Aurita Barría Medina en "Mamás en Movimiento Podcast"
Aurita Barría: De madre a deportista multifacética y el legado del deporte en familia.
Aurita Barría, deportista y madre, compartió en el podcast "Mamás en Movimiento" su trayectoria en el básquetbol, deporte que ha sido una constante desde su infancia. Aurita comenzó su carrera a los 7 años, cuando fue inscrita en una escuela deportiva en Osorno, y desde entonces no ha dejado de practicar y competir. Su pasión la llevó a participar en competiciones locales, nacionales e internacionales, logrando destacar en las preselecciones chilenas y en campeonatos universitarios, donde cosechó numerosos logros.
Aurita divide su carrera en tres etapas: la formativa, donde desarrolló su amor por el básquetbol; la competitiva, donde alcanzó su mejor nivel; y una etapa más relajada, en la que sigue activa en el equipo de Maxi Básquetbol, combinando el deporte con su rol de madre y profesional.
Aurita es madre de dos hijos pequeños, lo que hace que su rutina diaria sea intensa y demandante. Se organiza meticulosamente junto a su pareja, quien también es deportista, para equilibrar los entrenamientos, las responsabilidades laborales y el cuidado de sus hijos. “Mi compañero es clave en esta organización, sin él no sería posible”, comenta Aurita. Su jornada comienza temprano y se centra en cumplir con sus compromisos familiares y profesionales, reservando los entrenamientos para momentos estratégicos de su agenda semanal.
A pesar de contar con una red de apoyo limitada en términos de cercanía, Aurita encuentra respaldo en amigos y compañeros de equipo que valoran y entienden su pasión por el deporte. Este apoyo emocional y motivacional le ha permitido continuar en el básquetbol sin dejar de lado su rol como madre.
A diferencia de muchos otros deportistas, Aurita no ha enfrentado barreras institucionales significativas, pero reconoce que el sistema sigue siendo hostil para muchas mujeres deportistas. En particular, critica la falta de apoyo financiero y la persistencia de prejuicios sobre las madres deportistas. “Todavía existen ideas anticuadas que juzgan a las mujeres por dedicar tiempo al deporte, como si eso significara abandonar a sus hijos”, señala.
Aurita considera esencial un cambio cultural que normalice la práctica deportiva en las madres y fomente la equidad en el financiamiento. Destaca la necesidad de programas de apoyo económico y la profesionalización del básquetbol femenino en Chile, para que las deportistas, especialmente las madres, tengan las mismas oportunidades que los hombres.
Aurita transmite a otras madres deportistas un mensaje de motivación y perseverancia. Recomienda no renunciar a la pasión por el deporte, resaltando que volver a la cancha tras ser madre puede ser una experiencia muy enriquecedora. “El deporte me permite sentirme plena y feliz, y me permite dar un ejemplo positivo a mis hijos”, menciona. Para ella, lo importante es que sus hijos vivan el deporte desde pequeños y que crezcan entendiendo los valores de esfuerzo y constancia que este inculca.
Aurita concluye su reflexión destacando que ser madre y deportista no son roles excluyentes. La práctica deportiva no solo enriquece la vida de las madres, sino que también les permite transmitir valores fundamentales a sus hijos, fortaleciendo su desarrollo y su relación familiar.
Fuente información: Agencia MI
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Aurita Barría, deportista y madre, compartió en el podcast "Mamás en Movimiento" su trayectoria en el básquetbol, deporte que ha sido una constante desde su infancia. Aurita comenzó su carrera a los 7 años, cuando fue inscrita en una escuela deportiva en Osorno, y desde entonces no ha dejado de practicar y competir. Su pasión la llevó a participar en competiciones locales, nacionales e internacionales, logrando destacar en las preselecciones chilenas y en campeonatos universitarios, donde cosechó numerosos logros.
Aurita divide su carrera en tres etapas: la formativa, donde desarrolló su amor por el básquetbol; la competitiva, donde alcanzó su mejor nivel; y una etapa más relajada, en la que sigue activa en el equipo de Maxi Básquetbol, combinando el deporte con su rol de madre y profesional.
Aurita es madre de dos hijos pequeños, lo que hace que su rutina diaria sea intensa y demandante. Se organiza meticulosamente junto a su pareja, quien también es deportista, para equilibrar los entrenamientos, las responsabilidades laborales y el cuidado de sus hijos. “Mi compañero es clave en esta organización, sin él no sería posible”, comenta Aurita. Su jornada comienza temprano y se centra en cumplir con sus compromisos familiares y profesionales, reservando los entrenamientos para momentos estratégicos de su agenda semanal.
A pesar de contar con una red de apoyo limitada en términos de cercanía, Aurita encuentra respaldo en amigos y compañeros de equipo que valoran y entienden su pasión por el deporte. Este apoyo emocional y motivacional le ha permitido continuar en el básquetbol sin dejar de lado su rol como madre.
A diferencia de muchos otros deportistas, Aurita no ha enfrentado barreras institucionales significativas, pero reconoce que el sistema sigue siendo hostil para muchas mujeres deportistas. En particular, critica la falta de apoyo financiero y la persistencia de prejuicios sobre las madres deportistas. “Todavía existen ideas anticuadas que juzgan a las mujeres por dedicar tiempo al deporte, como si eso significara abandonar a sus hijos”, señala.
Aurita considera esencial un cambio cultural que normalice la práctica deportiva en las madres y fomente la equidad en el financiamiento. Destaca la necesidad de programas de apoyo económico y la profesionalización del básquetbol femenino en Chile, para que las deportistas, especialmente las madres, tengan las mismas oportunidades que los hombres.
Aurita transmite a otras madres deportistas un mensaje de motivación y perseverancia. Recomienda no renunciar a la pasión por el deporte, resaltando que volver a la cancha tras ser madre puede ser una experiencia muy enriquecedora. “El deporte me permite sentirme plena y feliz, y me permite dar un ejemplo positivo a mis hijos”, menciona. Para ella, lo importante es que sus hijos vivan el deporte desde pequeños y que crezcan entendiendo los valores de esfuerzo y constancia que este inculca.
Aurita concluye su reflexión destacando que ser madre y deportista no son roles excluyentes. La práctica deportiva no solo enriquece la vida de las madres, sino que también les permite transmitir valores fundamentales a sus hijos, fortaleciendo su desarrollo y su relación familiar.
Fuente información: Agencia MI
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