¿Dieta Keto o Low Carb? Descubre cuál es ideal para ti y sus riesgos ocultos

¿Dieta Keto o Low Carb? Descubre cuál es ideal para ti y sus riesgos ocultos
Dieta Keto y Low Carb: beneficios, riesgos y claves para elegir la adecuada.

En los últimos años, las dietas Keto y Low Carb han ganado popularidad como herramientas para mejorar la salud metabólica, perder peso y abordar ciertas enfermedades. Sin embargo, estas estrategias alimenticias, que reducen drásticamente el consumo de carbohidratos, presentan beneficios y riesgos que es importante entender antes de adoptarlas. La Dra. Bery Domenech, especialista en alimentación y salud metabólica, explica los pros y contras de estas dietas y ofrece recomendaciones basadas en objetivos personales.

¿Qué es la dieta Keto y en qué se diferencia de la Low Carb?


  • Dieta Keto: Consiste en reducir los carbohidratos a menos de 50 gramos al día, lo que induce al cuerpo a un estado de cetosis. En este estado, la grasa se convierte en la principal fuente de energía, generando cuerpos cetónicos. Su proporción suele ser un 70% de grasas, 20% de proteínas y 10% de carbohidratos.
  • Dieta Low Carb: Aunque también reduce carbohidratos, permite un mayor consumo, generalmente hasta 130 gramos diarios. Esto no induce cetosis, pero disminuye los niveles de insulina y favorece la pérdida de peso y la salud metabólica. Ambas dietas comparten beneficios similares, pero la dieta keto es más restrictiva y puede no ser sostenible a largo plazo para todas las personas.

Beneficios de las dietas bajas en carbohidratos


  1. Reducción de peso: Gracias a la saciedad proporcionada por las grasas y proteínas, estas dietas disminuyen el hambre y facilitan el control calórico.
  2. Mejora metabólica: Favorecen la sensibilidad a la insulina, reducen los triglicéridos y estabilizan el azúcar en sangre.
  3. Control de enfermedades específicas:
  • Epilepsia refractaria: La dieta keto es un tratamiento reconocido desde hace más de un siglo.
  • Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2: Ambas dietas pueden revertir o controlar estas condiciones.
  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP): Ayudan a regular la ovulación y reducir la inflamación.
  • Enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas: Se han observado mejoras significativas en algunos casos.
  • Beneficios neurológicos: La dieta Keto estabiliza la glucosa, lo que mejora la concentración y reduce las fluctuaciones de energía.

Riesgos y desafíos de las dietas keto y low carb


  1. Deficiencias nutricionales: La restricción de alimentos puede llevar a deficiencias de magnesio, vitamina C y fibra, esenciales para el organismo.
  2. Impacto hormonal: A largo plazo, una dieta muy baja en carbohidratos puede afectar hormonas como la insulina y la T3 (triyodotironina), clave en la función tiroidea.
  3. Adaptación inicial: La transición al uso de grasas como energía puede causar la conocida "keto flu", con síntomas como fatiga, dolor de cabeza y mareos.
  4. Sostenibilidad social y práctica: La estricta planificación de las comidas y las limitaciones sociales pueden dificultar la adherencia a largo plazo.
  5. Riesgo cardiovascular en ciertos casos: En personas genéticamente predispuestas (hipercolesterolemia familiar), el aumento del colesterol LDL puede ser problemático.

¿Para quiénes son recomendables estas dietas?


  • Sí a la dieta Keto: Personas con enfermedades metabólicas o inflamatorias, sobrepeso u obesidad, epilepsia refractaria o síndrome de ovario poliquístico. Es especialmente útil como herramienta temporal para alcanzar objetivos específicos.
  • Sí a la dieta Low Carb: Ideal para la mayoría de la población, ya que es más flexible y sostenible. Beneficia a quienes desean mejorar su salud metabólica sin recurrir a la cetosis estricta.
  • No a largo plazo: La dieta keto no es adecuada como estilo de vida permanente para la mayoría de las personas, excepto en contextos médicos específicos.

Recomendaciones para quienes desean probar estas dietas


  1. Definir objetivos claros: Perder peso, controlar enfermedades metabólicas o mejorar el rendimiento físico requieren enfoques diferentes.
  2. Incorporar grasas saludables: Priorizar grasas de buena calidad, como las provenientes de aguacates, frutos secos y pescados grasos.
  3. Evitar deficiencias: Suplementar nutrientes clave como magnesio, vitamina D y fibra.
  4. Mantener el equilibrio social y emocional: Incorporar flexibilidad para evitar la frustración y el aislamiento social.
  5. Consultar a especialistas: Cada organismo es diferente, y una evaluación médica puede guiar la mejor opción alimenticia.




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