El caso Baldovino Vargas y su hijo: 43 años sin respuestas
Avistamientos de una nave color aluminio emergiendo del lago Llanquihue, una sustancia gelatinosa en el agua y la aparición de un bote con quemaduras inexplicables son parte de los extraños sucesos que, durante casi cuatro años, rodearon la vida del extrabajador del Hotel Centinela. Su familia nunca tuvo dudas: "A mi papá se lo llevó un OVNI".
En mayo de 1982, lugareños de Las Cascadas encontraron un bote con extrañas quemaduras circulares en su parte superior. La pequeña embarcación pertenecía a Baldovino Vargas, quien en marzo de ese año había desaparecido junto a su hijo de 14 años tras salir a pescar desde Puerto Octay. Este incidente culminó una serie de eventos inexplicables que comenzaron el 23 de agosto de 1978, cuando Vargas, entonces trabajador del histórico Hotel Centinela de esa comuna, afirmó haber visto emerger del lago "una especie de bote, como huevo alargado de color aluminio".
El matrimonio conformado por Andrés Schmölz Alt y Nubia Carrillo González, administradores del Hotel Centinela desde 1968, recordaron que una madrugada de 1978, alrededor de las 6:00 horas, Vargas subió aterrorizado para relatar lo que acababa de presenciar en el lago. Describió una estructura de aproximadamente cinco metros de largo con una cúpula de un metro y medio en la parte superior.
Inicialmente escépticos, el matrimonio salió a las dependencias del Hotel Centinela dos horas después, cerca de las 8 de la mañana. Nubia Carrillo recordó: "Iba a Puerto Varas, como pasé cerca, me detuve a observar el lugar por pura curiosidad y vi como una especie de huella de los esquí de los helicópteros. A la distancia, además, se observaba en el agua una capa gelatinosa de un verde cristalino, con la consistencia del petróleo".
Andrés Schmölz decidió buscar a un médico y a una tecnóloga que residían en Puerto Octay. "Ellos tomaron muestras del líquido, pero no pudieron llegar a ninguna conclusión", añadió.
El caso de Baldovino Vargas y su hijo forma parte del libro "Ovnis, extraterrestres y otros en Chile" del fallecido investigador Jorge Anfruns, quien señala que las muestras obtenidas en el lago contenían azufre. En 1986, el hijo menor de Baldovino Vargas declaró a El Austral de Osorno: "A mi papá y mi hermano se lo llevaron los ovnis. Creo que nunca contó todo lo que vio esa noche porque seguramente se sintió amenazado por seres que tripulan esas naves".
A pesar de las investigaciones y el tiempo transcurrido, la desaparición de Baldovino Vargas y su hijo continúa siendo un enigma sin resolver, alimentando las leyendas y misterios que rodean al lago Llanquihue y sus alrededores.
En 1992, diez años después de su desaparición, un grupo de turistas italianos declaró haber visto otro artefacto extraño en el lago: se trataba de un submarino que se alejó a gran velocidad tras el encuentro con ellos.
Fuente información: Agencia MI
En mayo de 1982, lugareños de Las Cascadas encontraron un bote con extrañas quemaduras circulares en su parte superior. La pequeña embarcación pertenecía a Baldovino Vargas, quien en marzo de ese año había desaparecido junto a su hijo de 14 años tras salir a pescar desde Puerto Octay. Este incidente culminó una serie de eventos inexplicables que comenzaron el 23 de agosto de 1978, cuando Vargas, entonces trabajador del histórico Hotel Centinela de esa comuna, afirmó haber visto emerger del lago "una especie de bote, como huevo alargado de color aluminio".
El matrimonio conformado por Andrés Schmölz Alt y Nubia Carrillo González, administradores del Hotel Centinela desde 1968, recordaron que una madrugada de 1978, alrededor de las 6:00 horas, Vargas subió aterrorizado para relatar lo que acababa de presenciar en el lago. Describió una estructura de aproximadamente cinco metros de largo con una cúpula de un metro y medio en la parte superior.
CAPA GELATINOSA
En una entrevista publicada por El Austral de Osorno el 24 de septiembre de 1986, Nubia Carrillo relató: "Nos gritó asustado que había visto algo muy extraño en el lago. Nosotros estábamos durmiendo, pero vimos a ese hombre realmente aterrorizado. Nos contó en su desesperación que el objeto había dejado en el lago una sustancia como petróleo y luego desapareció".Inicialmente escépticos, el matrimonio salió a las dependencias del Hotel Centinela dos horas después, cerca de las 8 de la mañana. Nubia Carrillo recordó: "Iba a Puerto Varas, como pasé cerca, me detuve a observar el lugar por pura curiosidad y vi como una especie de huella de los esquí de los helicópteros. A la distancia, además, se observaba en el agua una capa gelatinosa de un verde cristalino, con la consistencia del petróleo".
Andrés Schmölz decidió buscar a un médico y a una tecnóloga que residían en Puerto Octay. "Ellos tomaron muestras del líquido, pero no pudieron llegar a ninguna conclusión", añadió.
UNIVERSIDAD AUSTRAL
"En los días posteriores llegó mucha gente al sector. Incluso especialistas de las Naciones Unidas, parece, y de la Universidad Austral. Ellos se llevaron las muestras que teníamos y aunque prometieron informarnos de los resultados, nunca supimos nada más. Acá se desató una psicosis", recordó Andrés Schmölz en la entrevista de 1986.CASO DOCUMENTADO
Un grupo de periodistas se instaló en el Hotel Centinela. Una noche, no pudieron hacer funcionar su vehículo, sus cámaras y grabadoras. "Ellos estaban muy extrañados y creían que sobre la zona estaba actuando un campo magnético", relataron los administradores del centro vacacional.El caso de Baldovino Vargas y su hijo forma parte del libro "Ovnis, extraterrestres y otros en Chile" del fallecido investigador Jorge Anfruns, quien señala que las muestras obtenidas en el lago contenían azufre. En 1986, el hijo menor de Baldovino Vargas declaró a El Austral de Osorno: "A mi papá y mi hermano se lo llevaron los ovnis. Creo que nunca contó todo lo que vio esa noche porque seguramente se sintió amenazado por seres que tripulan esas naves".
UN HOTEL CON HISTORIA
El Hotel Centinela, construido en 1913 y diseñado por el arquitecto chileno Josué Smith Solar, ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos. Uno de los más destacados fue la visita de los príncipes británicos Eduardo VIII y Jorge VI en febrero de 1931, quienes, en su visita oficial a Chile, se hospedaron en la casona de la península Centinela, atraídos por la belleza y exuberancia de las tierras sureñas.A pesar de las investigaciones y el tiempo transcurrido, la desaparición de Baldovino Vargas y su hijo continúa siendo un enigma sin resolver, alimentando las leyendas y misterios que rodean al lago Llanquihue y sus alrededores.
En 1992, diez años después de su desaparición, un grupo de turistas italianos declaró haber visto otro artefacto extraño en el lago: se trataba de un submarino que se alejó a gran velocidad tras el encuentro con ellos.
Fuente información: Agencia MI