Florencia Kuschel: Agrónoma frutillarina que une la tradición del campo con la innovación empresarial
La ingeniera agrónoma Florencia Kuschel, oriunda de Frutillar, detalló su multifacética carrera y su visión sobre el futuro del sector agropecuario del sur de Chile durante una entrevista en el podcast "Raíces y Horizontes". En la conversación, abordó su paso por empresas multinacionales, la banca, la administración directa de un predio lechero y su actual rol como asesora en gestión financiera y productiva. Además, destacó su profundo compromiso con el patrimonio cultural de su ciudad natal como tesorera de las Semanas Musicales de Frutillar, institución fundada por su abuela, Flora Inostrosa.
Una completa radiografía de su carrera profesional y su visión sobre los desafíos y oportunidades del sector agrícola en el sur del país fue la que entregó la ingeniera agrónoma Florencia Kuschel. Con profundas raíces en Frutillar, la profesional ha desarrollado un camino que la ha llevado desde el trabajo corporativo en Santiago a la gestión en terreno de lecherías en la cuenca del Lago Llanquihue, consolidando una perspectiva que hoy aplica en la asesoría a decenas de productores.
Actualmente, Kuschel se desempeña en la empresa BestFed, donde lidera un servicio de gestión que busca transformar a los productores de leche en empresarios agrícolas. Su labor consiste en analizar en detalle las finanzas y los procesos productivos de cerca de 45 agricultores de la zona, con el objetivo de optimizar la toma de decisiones. “La idea es que el productor no sea un productor de leche, sea un empresario. Que tenga la información para poder tomar una decisión”, explicó durante la entrevista.
Este rol es el resultado de una carrera diversa y exigente. Uno de los hitos que marcó su trayectoria fue la administración durante cinco años del Fundo San Ernesto en Frutillar. Allí enfrentó el desafío de asumir un predio con indicadores complejos, como un recuento de 700.000 células somáticas en la leche, un indicador crítico de salud mamaria en el rebaño. Bajo su gestión, no solo logró implementar programas de mejora como el PAPCO, sino que también aumentó la producción de 1,8 millones a casi 2,5 millones de litros de leche. "Fue un guatazo. No es tan fácil, porque yo veía las liquidaciones y llegué al campo y la realidad es muy distinta", confesó sobre ese cambio.
Nacida en Osorno por circunstancias familiares pero criada en Frutillar, Kuschel estudió en la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, donde se especializó en Economía Agraria. Su carrera comenzó con una pasantía en control de calidad de fruta en Los Ángeles, California, para luego regresar a Osorno.
En el sur, su primer trabajo fue en la planta de Nestlé en Ovejería, para luego pasar al sector financiero como ejecutiva de cuentas agrícolas en el Banco Santander. Esta experiencia le permitió conocer la realidad económica de los mismos productores con los que trataba en la planta lechera. "Los mismos viejos que iban a la fábrica a llorar, que no tenían plata, después les renovaban los depósitos a plazo", recordó.
Posteriormente, se trasladó a Santiago para trabajar en las oficinas centrales de Nestlé, una etapa que duró seis años y donde se desempeñó en un rol de planificación y presupuesto. Sin embargo, la necesidad de una red de apoyo familiar tras el nacimiento de su segundo hijo motivó su regreso definitivo al sur, instalándose en Puerto Varas.
Desde su experiencia actual, Kuschel identifica que los costos de la energía eléctrica y la mano de obra son dos de los desafíos más significativos para los productores lecheros hoy en día. En respuesta, observa una creciente adopción de tecnologías como la robótica en salas de ordeña y la instalación de plantas fotovoltaicas.
Sobre el financiamiento, defiende el uso estratégico de la deuda para inversiones a largo plazo. “Todas las inversiones que van a rentar mucho a largo plazo, ¿para qué vas a arriesgar tu caja? Usa a otro que te dé la plata y ese extra se lo paga”, argumentó, diferenciando claramente entre créditos de inversión y el financiamiento de costos operativos.
Asimismo, destacó que el sector agrícola puede ser muy compatible con la maternidad debido a la flexibilidad que permite. “No te van a decir, oye, tienes una reunión de tal hora a tal hora, igual uno se acomoda. Si hay un acto en el colegio, puedes ir y puedes volver”, afirmó, refiriéndose a su experiencia administrando un campo.
Paralelamente a su carrera en el agro, Florencia Kuschel mantiene un fuerte vínculo con su ciudad natal a través de las Semanas Musicales de Frutillar. Como nieta de su fundadora, Flora Inostrosa, y actual tesorera del directorio, su objetivo es asegurar la continuidad de este patrimonio cultural que ya cuenta con 57 años de historia.
"Creo que es súper importante no perder esas como tradiciones. Al final, Frutillar es lo que es, en gran parte, por las Semanas Musicales", señaló. Enfatizó que la corporación cultural depende en gran medida de fondos públicos y auspiciadores para financiar no solo el evento principal, sino también una amplia gama de conciertos de extensión gratuitos en diversas comunas y programas educativos.
Su proyección es clara: seguir contribuyendo a la profesionalización y sostenibilidad del campo en el sur de Chile, convencida de que las nuevas generaciones de agricultores vienen con una energía renovada. Su historia personal y profesional refleja un horizonte donde la gestión moderna y el arraigo a la tradición no solo coexisten, sino que se potencian mutuamente.
Fuente información: Rocío Gambra
Una completa radiografía de su carrera profesional y su visión sobre los desafíos y oportunidades del sector agrícola en el sur del país fue la que entregó la ingeniera agrónoma Florencia Kuschel. Con profundas raíces en Frutillar, la profesional ha desarrollado un camino que la ha llevado desde el trabajo corporativo en Santiago a la gestión en terreno de lecherías en la cuenca del Lago Llanquihue, consolidando una perspectiva que hoy aplica en la asesoría a decenas de productores.
Actualmente, Kuschel se desempeña en la empresa BestFed, donde lidera un servicio de gestión que busca transformar a los productores de leche en empresarios agrícolas. Su labor consiste en analizar en detalle las finanzas y los procesos productivos de cerca de 45 agricultores de la zona, con el objetivo de optimizar la toma de decisiones. “La idea es que el productor no sea un productor de leche, sea un empresario. Que tenga la información para poder tomar una decisión”, explicó durante la entrevista.
Este rol es el resultado de una carrera diversa y exigente. Uno de los hitos que marcó su trayectoria fue la administración durante cinco años del Fundo San Ernesto en Frutillar. Allí enfrentó el desafío de asumir un predio con indicadores complejos, como un recuento de 700.000 células somáticas en la leche, un indicador crítico de salud mamaria en el rebaño. Bajo su gestión, no solo logró implementar programas de mejora como el PAPCO, sino que también aumentó la producción de 1,8 millones a casi 2,5 millones de litros de leche. "Fue un guatazo. No es tan fácil, porque yo veía las liquidaciones y llegué al campo y la realidad es muy distinta", confesó sobre ese cambio.
Nacida en Osorno por circunstancias familiares pero criada en Frutillar, Kuschel estudió en la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, donde se especializó en Economía Agraria. Su carrera comenzó con una pasantía en control de calidad de fruta en Los Ángeles, California, para luego regresar a Osorno.
En el sur, su primer trabajo fue en la planta de Nestlé en Ovejería, para luego pasar al sector financiero como ejecutiva de cuentas agrícolas en el Banco Santander. Esta experiencia le permitió conocer la realidad económica de los mismos productores con los que trataba en la planta lechera. "Los mismos viejos que iban a la fábrica a llorar, que no tenían plata, después les renovaban los depósitos a plazo", recordó.
Posteriormente, se trasladó a Santiago para trabajar en las oficinas centrales de Nestlé, una etapa que duró seis años y donde se desempeñó en un rol de planificación y presupuesto. Sin embargo, la necesidad de una red de apoyo familiar tras el nacimiento de su segundo hijo motivó su regreso definitivo al sur, instalándose en Puerto Varas.
Desde su experiencia actual, Kuschel identifica que los costos de la energía eléctrica y la mano de obra son dos de los desafíos más significativos para los productores lecheros hoy en día. En respuesta, observa una creciente adopción de tecnologías como la robótica en salas de ordeña y la instalación de plantas fotovoltaicas.
Sobre el financiamiento, defiende el uso estratégico de la deuda para inversiones a largo plazo. “Todas las inversiones que van a rentar mucho a largo plazo, ¿para qué vas a arriesgar tu caja? Usa a otro que te dé la plata y ese extra se lo paga”, argumentó, diferenciando claramente entre créditos de inversión y el financiamiento de costos operativos.
Asimismo, destacó que el sector agrícola puede ser muy compatible con la maternidad debido a la flexibilidad que permite. “No te van a decir, oye, tienes una reunión de tal hora a tal hora, igual uno se acomoda. Si hay un acto en el colegio, puedes ir y puedes volver”, afirmó, refiriéndose a su experiencia administrando un campo.
Paralelamente a su carrera en el agro, Florencia Kuschel mantiene un fuerte vínculo con su ciudad natal a través de las Semanas Musicales de Frutillar. Como nieta de su fundadora, Flora Inostrosa, y actual tesorera del directorio, su objetivo es asegurar la continuidad de este patrimonio cultural que ya cuenta con 57 años de historia.
"Creo que es súper importante no perder esas como tradiciones. Al final, Frutillar es lo que es, en gran parte, por las Semanas Musicales", señaló. Enfatizó que la corporación cultural depende en gran medida de fondos públicos y auspiciadores para financiar no solo el evento principal, sino también una amplia gama de conciertos de extensión gratuitos en diversas comunas y programas educativos.
Su proyección es clara: seguir contribuyendo a la profesionalización y sostenibilidad del campo en el sur de Chile, convencida de que las nuevas generaciones de agricultores vienen con una energía renovada. Su historia personal y profesional refleja un horizonte donde la gestión moderna y el arraigo a la tradición no solo coexisten, sino que se potencian mutuamente.
Fuente información: Rocío Gambra