Alertan por riesgo sanitario y comercial por importación desde Brasil
Eduardo Winkler, gerente de FEDECARNE, manifestó su inquietud ante los recientes cambios en la importación de carne, principalmente por la posible llegada de productos con hueso desde estados brasileños que han sido declarados libres de fiebre aftosa. La federación busca resguardar la cadena productiva nacional y planteará al Ministerio de Agricultura la necesidad de mantener el estatus sanitario del país y exigir reciprocidad en las normativas para los productos extranjeros.
El gerente de la Federación Nacional de Productores de Ganado Bovino, FEDECARNE, Eduardo Winkler, ha encendido las alarmas en la industria ganadera chilena, advirtiendo sobre los riesgos sanitarios y comerciales que podría traer la entrada de carne con hueso desde Brasil. En una entrevista, Winkler detalló los desafíos que enfrenta el mercado nacional, incluyendo la situación de los precios, los cambios en la normativa internacional y la necesidad de proteger a los productores locales.
Según Winkler, actualmente el precio del ganado en Chile se encuentra "muy firme". Esta situación beneficia a los ganaderos, pero se traduce en precios altos para los consumidores. Un factor clave en este panorama es que Chile es un país importador, donde entre el 60 y 70% de la carne que se consume es extranjera. De ese total, cerca del 45-46% proviene de Brasil, un 40% de Paraguay y un 7-10% de Argentina.
La preocupación central de FEDECARNE radica en la reciente declaración de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que ha reconocido a Brasil y Argentina como países libres de fiebre aftosa sin vacunación. Aunque esta certificación no es vinculante para Chile, sí abre la puerta para que estados brasileños del sur, como Paraná, puedan solicitar el envío de carne con hueso.
El gerente de la Federación explicó que esta situación reviste un doble riesgo. Por un lado, existe un riesgo sanitario, ya que se teme que Brasil no tenga barreras internas efectivas para contener posibles focos de aftosa provenientes de estados vecinos a Venezuela. Chile ha mantenido su condición de país libre de aftosa sin vacunación desde 1982. Ante un eventual brote, la catástrofe para el ganado nacional sería mayúscula, dado que no posee defensas naturales contra la enfermedad.
Por otro lado, la amenaza es comercial. Winkler señaló que Estados Unidos aplicó un arancel del 56% a la carne brasileña, lo que podría desviar grandes volúmenes de ese producto hacia otros mercados, como el chileno. La entrada de este "chorro de carne" brasileña, especialmente si fuera a precios más bajos, podría desplomar el valor del ganado local, afectando gravemente a los engordadores y, en un ciclo de producción que puede durar hasta 30 meses, poner en riesgo la rentabilidad a largo plazo. El gremio sostiene que este escenario podría destrozar la cadena productiva nacional.
Además, FEDECARNE criticó la falta de reciprocidad en las exigencias entre productores nacionales e importadores. Mientras la ganadería chilena cumple con altos estándares de trazabilidad, restricciones antimicrobianas y tipificación, lo mismo no se exige a la carne que llega desde el extranjero. Para abordar estos desafíos, la federación trabaja en un "sello Chile origen consciente", que busca que los consumidores puedan distinguir la carne producida en el país por su sustentabilidad, bienestar animal y menor huella de carbono.
Fuente información: Rocío Gambra
El gerente de la Federación Nacional de Productores de Ganado Bovino, FEDECARNE, Eduardo Winkler, ha encendido las alarmas en la industria ganadera chilena, advirtiendo sobre los riesgos sanitarios y comerciales que podría traer la entrada de carne con hueso desde Brasil. En una entrevista, Winkler detalló los desafíos que enfrenta el mercado nacional, incluyendo la situación de los precios, los cambios en la normativa internacional y la necesidad de proteger a los productores locales.
Según Winkler, actualmente el precio del ganado en Chile se encuentra "muy firme". Esta situación beneficia a los ganaderos, pero se traduce en precios altos para los consumidores. Un factor clave en este panorama es que Chile es un país importador, donde entre el 60 y 70% de la carne que se consume es extranjera. De ese total, cerca del 45-46% proviene de Brasil, un 40% de Paraguay y un 7-10% de Argentina.
La preocupación central de FEDECARNE radica en la reciente declaración de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que ha reconocido a Brasil y Argentina como países libres de fiebre aftosa sin vacunación. Aunque esta certificación no es vinculante para Chile, sí abre la puerta para que estados brasileños del sur, como Paraná, puedan solicitar el envío de carne con hueso.
El gerente de la Federación explicó que esta situación reviste un doble riesgo. Por un lado, existe un riesgo sanitario, ya que se teme que Brasil no tenga barreras internas efectivas para contener posibles focos de aftosa provenientes de estados vecinos a Venezuela. Chile ha mantenido su condición de país libre de aftosa sin vacunación desde 1982. Ante un eventual brote, la catástrofe para el ganado nacional sería mayúscula, dado que no posee defensas naturales contra la enfermedad.
Por otro lado, la amenaza es comercial. Winkler señaló que Estados Unidos aplicó un arancel del 56% a la carne brasileña, lo que podría desviar grandes volúmenes de ese producto hacia otros mercados, como el chileno. La entrada de este "chorro de carne" brasileña, especialmente si fuera a precios más bajos, podría desplomar el valor del ganado local, afectando gravemente a los engordadores y, en un ciclo de producción que puede durar hasta 30 meses, poner en riesgo la rentabilidad a largo plazo. El gremio sostiene que este escenario podría destrozar la cadena productiva nacional.
Además, FEDECARNE criticó la falta de reciprocidad en las exigencias entre productores nacionales e importadores. Mientras la ganadería chilena cumple con altos estándares de trazabilidad, restricciones antimicrobianas y tipificación, lo mismo no se exige a la carne que llega desde el extranjero. Para abordar estos desafíos, la federación trabaja en un "sello Chile origen consciente", que busca que los consumidores puedan distinguir la carne producida en el país por su sustentabilidad, bienestar animal y menor huella de carbono.
Fuente información: Rocío Gambra