Clubes de la Segunda División exigen una reforma estructural a la ANFP

Clubes de la Segunda División exigen una reforma estructural a la ANFP
En una acción unificada, la totalidad de los 13 clubes que conforman la Segunda División Profesional del fútbol chileno presentaron formalmente una propuesta a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) para enfrentar la profunda crisis financiera que amenaza la viabilidad de la categoría. La iniciativa busca crear un nuevo formato de campeonato para 2026 que asegure la sostenibilidad económica y advierte que, de no recibir una respuesta adecuada, los equipos evaluarán la adopción de medidas de presión.

La Segunda División del fútbol profesional chileno atraviesa una crisis terminal y sus clubes han decidido actuar en bloque. Durante los últimos días, las 13 instituciones que componen la categoría presentaron una propuesta formal ante la ANFP en Quilín, con el objetivo de implementar cambios profundos que garanticen la supervivencia económica de una competencia que, según afirman, es actualmente inviable.

El documento entregado a la mesa directiva que encabeza el presidente Pablo Milad se centra en la creación de un nuevo formato de campeonato a partir del año 2026. Este plan incluye la disputa de una copa paralela, con la finalidad de aumentar significativamente el número de partidos que cada equipo juega anualmente. Con más encuentros, los clubes buscan generar mayores ingresos por concepto de recaudación, así como crear un producto más atractivo para la comercialización y la obtención de patrocinios.

La drástica acción responde a una situación económica insostenible que afecta a la mayoría de los equipos. El caso de San Antonio Unido, que a mediados de año admitió públicamente su estado de insolvencia, es solo un reflejo de una problemática sistémica. La principal causa de esta crisis estructural es la profunda asimetría económica en comparación con la Primera División y la Primera B. A diferencia de las dos principales categorías, la Segunda División no recibe ingresos por los derechos de televisación, pero debe solventar costos operativos de carácter profesional, como planillas de jugadores, logística de traslados y seguridad en los estadios.

Este escenario ha llevado a que los clubes dependan casi exclusivamente de los aportes de sus dueños o de inversionistas privados, un modelo que se ha demostrado insostenible a largo plazo.

Los representantes de los equipos han sido claros en su advertencia: si no reciben una respuesta adecuada por parte de la ANFP en los plazos estipulados, evaluarán "otras alternativas de acción". Esta declaración deja abierta la posibilidad de futuras paralizaciones de la competencia o la adopción de medidas más drásticas para visibilizar su reclamo.

Este conflicto no es nuevo y se enmarca en un historial de demandas por parte de la categoría, que incluyen disputas legales contra la ANFP por prácticas consideradas anticompetitivas, como el cobro de cuotas de incorporación para ascender, y la exclusión de sus representantes del Consejo de Presidentes con derecho a voto. La respuesta del ente rector del fútbol chileno en las próximas semanas será crucial para determinar el futuro de la división.


Fuente información: Agencia MI - Álvaro Torres
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