Encontrar trabajo después de los 50 años… difícil, pero no imposible

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Por el Dr. Franco Lotito C.www.aurigaservicios.cl - Conferencista, escritor e investigador (PUC).



Muchas de las personas que pierden su trabajo después de los 50 años, corren el riesgo de caer en la desesperanza, frustración, depresión y conductas poco saludables –tal como por ejemplo, el consumo de alcohol–, si luego de transcurrido mucho tiempo, no logran encontrar trabajo y no vuelven a reinsertarse en el mundo laboral.

Para un jefe de hogar, el perder su trabajo constituye un gran golpe a su autoestima, a lo cual se suman dos aspectos adicionales: (a) la dificultad para enfrentar los gastos mensuales, tal como el pago de cuentas, la colegiatura de los hijos, deudas con bancos y casas comerciales, y (b) las posibles recriminaciones por parte de la pareja e hijos por no poder mantener el estándar de vida al que estaban acostumbrados.

En términos generales, el promedio de tiempo que tardan en recolocarse quienes han perdido el trabajo y tienen menos de 50 años, es de seis a siete meses, versus los 14 meses de las personas que tienen 50 años o más. En algunos casos –dependiendo de la profesión– puede demorar hasta dos años y más encontrar un trabajo acorde con las competencias y la experiencia de la persona. Por lo general, este grupo de cesantes “está dispuesto a ser recontratado por un sueldo inferior al de mercado y menor al ingreso al que estaban acostumbrados a recibir, antes de perder su trabajo”.

Dado el escenario actual de incertidumbre y constantes cambios que vive el mundo –a raíz de los avances tecnológicos y la aparición de la Inteligencia Artificial en gloria y majestad–, para una persona que supera los 50 años –incluso si es un profesional con educación superior completa–, encontrar un puesto de trabajo acorde con la experiencia, conocimientos y las pretensiones de renta que tiene, puede convertirse en un escollo difícil de superar. ¿La razón? Estamos “en una sociedad y cultura que privilegia la juventud, a raíz de lo cual, se la visualiza como una variable que se asocia con ciertas características deseables en los colaboradores”, tales como: flexibilidad, adaptabilidad, creatividad, rapidez y ser menos “mañoso” que un profesional de más edad.

A lo anterior, se suma un segundo aspecto –más bien negativo– en cuanto al hecho que algunas empresas ven al sujeto mayor de 50 años, como poco tecnológico, conservador y poco dado al riesgo, una percepción que puede estar muy equivocada.

Un tercer factor que dificulta su contratación es que, en la mayoría de los casos, se trata de un profesional considerado “sobre calificado para el puesto”, en función de lo cual, a las empresas les saldría más caro que contratar a uno más joven. Un dato importante a tener en cuenta: si bien la “educación superior sigue siendo el principal motor de movilidad social”, de acuerdo con Santiago González Larraín, Rector de la U. Central, en un reciente estudio se consigna que la tasa de desocupación para personas con educación superior completa –llamado también “desempleo ilustrado”– alcanzó un 8,1% en el trimestre de marzo-mayo de 2025.

Otro factor que influye, es cuando se trata de un profesional muy especializado en un área laboral que tiene poca demanda o con grandes avances tecnológicos, ya que corre el riesgo de quedar obsoleto frente a colegas más jóvenes, si es que ha transcurrido mucho tiempo desde que perdió su fuente laboral, hasta el momento en que vuelve a ser recontratado.

Sin embargo, las empresas que andan a la búsqueda de personal calificado, deberán tener muy en cuenta, que el hecho de que el profesional tenga ciertos años a cuesta, puede convertirse en una gran ventaja para la empresa contratante, ya que estas personas suelen tener un mayor grado de paciencia y tolerancia ante situaciones que a los profesionales más jóvenes les producen gran frustración y rechazo.

A lo anterior, se suma el hecho, que el profesional de más edad se maneja mejor ante distintos escenarios, tiene más experiencia en el arte de la negociación y resolución de problemas y será un sujeto “altamente comprometido con la empresa que contrate sus servicios”, porque tenderá a valorar mucho más la oportunidad que se le brinda de volver a tener un ingreso y un empleo estable, en tanto que los más jóvenes estarán siempre atentos a “mirar para el lado”, buscando nuevas oportunidades de ser promovidos a un cargo que incluya una mejora de sus ingresos, al cambiarse a otras empresas.

Dos variables a tener muy en cuenta: primero, el proceso de envejecer es inevitable e igual para todos, y segundo, todos estamos expuestos a perder la fuente laboral, razones de más, para ser cautos y precavidos, lo que debería traducirse en acciones muy concretas, tales como:

  1. La obligación de mantenerse al día con los conocimientos, lo que implica que nunca hay que dejar de actualizarse en el área de experticia que uno tiene.
  2. Tener la precaución de construir redes de contacto, al mismo tiempo que salir por la puerta ancha cuando la persona se cambia de trabajo, ya que nunca se sabe si la coyuntura económica del país obligará al sujeto a volver a su antigua empresa.
  3. Conocer y estar actualizado acerca de qué está sucediendo en el ámbito laboral donde se desempeña la persona, debido a los constantes cambios que se producen en el mercado, ya sea: (a) por avances y “saltos tecnológicos”, (b) a causa de crisis económicas, (c) como consecuencia de “guerras comerciales” entre países, (d) por problemas económicos de las empresas que conducen a una reducción de personal, (e) por causa de desastres naturales que hacen perder fuentes laborales, etcétera.

Lo anterior, implica dos cosas: las personas deben ser capaces de enfrentarse a distintas realidades y estar abiertas a los cambios y, en segundo lugar, estar dispuestas a re-inventarse las veces que sea necesario. Y si ello requiere capacitarse, estudiar, cursar nuevos estudios, entonces, es mejor estar preparado para ello.

Ahora bien, cuando la demora en encontrar trabajo se extiende por mucho tiempo, ello obliga a muchos trabajadores a ceder en el ítem remuneración, al punto, que un estudio mostró que de un total de más de 35.000 ejecutivos inscritos en la base de datos de una empresa consultora, alrededor del 40% de estas personas estaba dispuesta a aceptar un sueldo menor que la “renta de mercado”, con tal de poder reinsertarse laboralmente.

 

Fuente información: flotitoc@gmail.com
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