IATF aplicada en Ganadería de Carne

IATF aplicada en Ganadería de Carne
En el marco del podcast "Booster" de Veterquímica, los médicos veterinarios Ricardo Merino y Katherinne Martínez analizaron el potencial de la Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) como una herramienta crucial para la ganadería de carne. La técnica, que sincroniza el ciclo estral de las vacas para inseminar en una fecha y hora determinadas sin necesidad de detectar celos , permite concentrar partos al inicio de la temporada, resultando en terneros más pesados al destete y una mayor producción de kilos de carne.

La Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) se ha consolidado como una técnica de manejo reproductivo clave para mejorar la eficiencia en los sistemas de producción bovina. Según Ricardo Merino, médico veterinario y asesor reproductivo, esta metodología permite "preñar una buena cantidad de vacas en los inicios de la temporada de encaste, lo cual impacta directamente en la rentabilidad del sistema de crianza".

El principal beneficio radica en el ordenamiento del ciclo productivo. Merino explicó que el objetivo de un sistema rentable es obtener una cría por vaca al año (365 días). Sin embargo, descontando los 280 días de gestación y un período de espera voluntario de 40 días, al productor le quedan solo 45 días para lograr la preñez. "Si tú dejas que la vaca se preñe a su ritmo, probablemente un buen porcentaje de esas vacas va a lograr preñarse tarde, incluso algunas no preñarse".

La IATF permite programar la inseminación, buscando que la mayoría de las vacas se preñen "ojalá el día uno de tu estación de reproducción". Este adelanto tiene un impacto económico tangible. Merino calculó que una diferencia de 20 días al inicio de la temporada, asumiendo una ganancia de 700 gramos diarios por ternero, equivale a 14 kilos adicionales de carne. A precios actuales, esto puede representar una diferencia de "alrededor de 50.000 pesos" por animal.

Katherinne Martínez, jefa técnico comercial de la línea reproductiva en Veterquímica, destacó que el costo del protocolo es bajo en comparación con el beneficio. 
"Actualmente, con tres kilos de ternero se paga un protocolo", afirmó. Merino complementó que un protocolo hormonal completo ronda los doce mil pesos.

Errores comunes y la importancia del manejo


A pesar de los beneficios, la implementación de la IATF requiere disciplina y orden. Martínez señaló que uno de los errores más comunes es olvidar que se trabaja con hormonas, las cuales "son mensajeros y la idea del mensaje es que llegue en el momento correcto, a tiempo y con la dosis correcta".

Errores de manejo, cambios de productos o infraestructuras inadecuadas, como mangas muy amplias o antiguas, pueden afectar el resultado. Para mitigar esto, Martínez destacó que su compañía ha implementado productos con distintos colores, además de entregar "protocolos personalizados" en hojas plastificadas con dosis y horarios claros, y realizar capacitaciones previas con los trabajadores.

El foco en las vacas "difíciles"


Los expertos coincidieron en que la IATF no debe usarse solo en los mejores animales. Merino fue enfático: "Las vacas difíciles son las vacas que están flacas" o aquellas que, dejadas a su curso natural, "se van a preñar o muy tarde o no se van a preñar". El objetivo de la técnica es incluir a estos animales en el inicio de la temporada.

Con vacas en buena condición, Merino aseguró que los resultados son consistentes, logrando preñar "el 55, el 60 por ciento de las vacas con una inseminación a tiempo fijo".

Finalmente, Martínez resaltó que la IATF no es solo para productores grandes, sino que ha visto excelentes resultados en productores pequeños, de 40 vacas, que notan un cambio radical gracias al uso de mejoramiento genético, obteniendo terneros de mejor porte y crecimiento.





Fuente información: Rocío Gambra / Agencia MI
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