Acreditaciones no son suficientes
Por:
Hugo Pérez White.
Se han publicado varios artículos de prensa con declaraciones públicas de dirigentes nacionales de algunos gremios, haciendo notar su preocupación por la baja calidad de algunos profesionales manifestando que ciertas universidades habrían titulado a alumnos con escasas capacidades para ejercer ciertas profesiones y muchos de ellos con escasas proyecciones para insertarse en el ámbito laboral, sin las habilidades técnicas especializadas y con algunas debilidades de conocimientos específicos en algunas áreas de alta vulnerabilidad.
Dichas falencias las explicitó a un medio televisivo un ex presidente del colegio médico, insinuando que existían algunos profesionales ejerciendo en centros de salud con capacidades insuficientes para desarrollar tan delicadas funciones sociales y solicitaba mayor fiscalización a los currículos de las escuelas que imparten esta carrera.
Sugería también la necesidad de realizar exámenes nacionales y hacer lo mismo con los médicos extranjeros que ejercen en el país y parece que fue escuchado porque así se está realizando, cuyos resultados se han dado a conocer a la opinión pública, ratificando que lo dicho por el dirigente era de total veracidad, pues, un alto porcentaje de galenos fueron reprobados en estos exámenes.
Lo mismo ha sucedido con los abogados mediante reclamos de las más altas autoridades del poder judicial y ya no se trata de dirigentes gremiales, sino, de los propios ministros sugiriendo a las autoridades de las escuelas de derecho mayor preocupación formativa en sus estamentos universitarios y les recomendaba mejorar la calidad de sus egresados para lograr una justicia más adecuada a los tiempos.
Ahora les toca el turno a los arquitectos involucrados en las empresas constructoras de edificios de altura que se han caído estrepitosamente, como consecuencia del terremoto que afectó gran parte del país el 27 de febrero del año 2010 y muchos de ellos relativamente nuevos y aún con departamentos pilotos para que los interesados que buscaban su casa para hacer sus vidas con proyecciones de futuro, no dudaran en las bondades antisísmicas que se suponía debían tener en sus estructuras estos edificios y nunca se imaginaron que la tierra les iba a demostrar lo contrario porque los parámetros que hoy se usan en todo el mundo con tecnologías modernas y antisísmicas, no se aplicaron adecuadamente o simplemente no se ejecutaron ya sea por avaricia económica o por incapacidad profesional de quienes construyeron los edificios o hicieron los cálculos de calidad de los terrenos donde se levantaron los edificios que fueron destruidos por el sismo que azotó la zona centro sur del país aquella madrugada trágica.
Lo mismo sucede con algunas carreteras o puentes que se han destruido y con ellos se han ido las ilusiones de muchos pobladores que han debido soportar el aislamiento de su comunidades con el resto del país y las vidas de centenares de personas se han visto en peligro incluso han ocasionado pérdidas de vidas humanas y los responsables siguen en la impunidad.
Así estamos tejiendo nuestro futuro y sobrevivimos balanceándonos en un hilo de incertidumbre entre la vida y la muerte sin saber en qué momento se va a cortar el hilo que nos sostiene cada día y para qué seguir enumerando casos de ineptitud profesional y ahora aparecen casos de compra de títulos universitarios sin que nadie se haya percatado de estas actividades ilícitas.
Es indudable que se está perdiendo la calidad educacional en todos los niveles y debemos reparar esta falencia con prontitud para no caer en el oscurantismo cultural que envilece a los pueblos.
Se han publicado varios artículos de prensa con declaraciones públicas de dirigentes nacionales de algunos gremios, haciendo notar su preocupación por la baja calidad de algunos profesionales manifestando que ciertas universidades habrían titulado a alumnos con escasas capacidades para ejercer ciertas profesiones y muchos de ellos con escasas proyecciones para insertarse en el ámbito laboral, sin las habilidades técnicas especializadas y con algunas debilidades de conocimientos específicos en algunas áreas de alta vulnerabilidad.
Dichas falencias las explicitó a un medio televisivo un ex presidente del colegio médico, insinuando que existían algunos profesionales ejerciendo en centros de salud con capacidades insuficientes para desarrollar tan delicadas funciones sociales y solicitaba mayor fiscalización a los currículos de las escuelas que imparten esta carrera.
Sugería también la necesidad de realizar exámenes nacionales y hacer lo mismo con los médicos extranjeros que ejercen en el país y parece que fue escuchado porque así se está realizando, cuyos resultados se han dado a conocer a la opinión pública, ratificando que lo dicho por el dirigente era de total veracidad, pues, un alto porcentaje de galenos fueron reprobados en estos exámenes.
Lo mismo ha sucedido con los abogados mediante reclamos de las más altas autoridades del poder judicial y ya no se trata de dirigentes gremiales, sino, de los propios ministros sugiriendo a las autoridades de las escuelas de derecho mayor preocupación formativa en sus estamentos universitarios y les recomendaba mejorar la calidad de sus egresados para lograr una justicia más adecuada a los tiempos.
Ahora les toca el turno a los arquitectos involucrados en las empresas constructoras de edificios de altura que se han caído estrepitosamente, como consecuencia del terremoto que afectó gran parte del país el 27 de febrero del año 2010 y muchos de ellos relativamente nuevos y aún con departamentos pilotos para que los interesados que buscaban su casa para hacer sus vidas con proyecciones de futuro, no dudaran en las bondades antisísmicas que se suponía debían tener en sus estructuras estos edificios y nunca se imaginaron que la tierra les iba a demostrar lo contrario porque los parámetros que hoy se usan en todo el mundo con tecnologías modernas y antisísmicas, no se aplicaron adecuadamente o simplemente no se ejecutaron ya sea por avaricia económica o por incapacidad profesional de quienes construyeron los edificios o hicieron los cálculos de calidad de los terrenos donde se levantaron los edificios que fueron destruidos por el sismo que azotó la zona centro sur del país aquella madrugada trágica.
Lo mismo sucede con algunas carreteras o puentes que se han destruido y con ellos se han ido las ilusiones de muchos pobladores que han debido soportar el aislamiento de su comunidades con el resto del país y las vidas de centenares de personas se han visto en peligro incluso han ocasionado pérdidas de vidas humanas y los responsables siguen en la impunidad.
Así estamos tejiendo nuestro futuro y sobrevivimos balanceándonos en un hilo de incertidumbre entre la vida y la muerte sin saber en qué momento se va a cortar el hilo que nos sostiene cada día y para qué seguir enumerando casos de ineptitud profesional y ahora aparecen casos de compra de títulos universitarios sin que nadie se haya percatado de estas actividades ilícitas.
Es indudable que se está perdiendo la calidad educacional en todos los niveles y debemos reparar esta falencia con prontitud para no caer en el oscurantismo cultural que envilece a los pueblos.