Agenda género, ninguna medida de equidad para la vejez
Por Paula Forttes Valdivia, Gerontóloga, Directora de Comunidad Mayor
En el marco de la agenda de género tan necesaria y recientemente presentada por el Presidente Sebastian Piñera, llama la atención que no haya ninguna medida, sí, ninguna medida en materia de vejez y género, lo que viene a reforzar la invisibilidad de las personas mayores en las políticas públicas y en las agendas en general.
Resulta una omisión lamentable porque la vejez tiene rostro de mujer, las mujeres vivimos más que los hombres y en peores condiciones ya que arrastramos las inequidades de toda nuestra historia vital y las acrecentamos con más necesidades y menos recursos en materia de pensiones y servicios sociosanitarios, en especial de cuidados.
Es significativo cómo a mayor edad hay mayor proporción de mujeres respecto de hombres y es significativa las diferencias en materia de ingresos en la vejez. Por ejemplo, el informe de la Comisión Asesora sobre el Sistema de Pensiones hace dos años enfatizó que las diferencias entre las pensiones de hombres y mujeres son mayores que las brechas de ingresos observadas en el mercado del trabajo.
Si ser mujer a lo largo de la vida suma inequidades, en la vejez el resultado es acumulado. Se agudiza el problema justamente cuando vamos perdiendo autonomía, reduciendo nuestras redes y necesitando una protección mayor de nuestros derechos.
Una sociedad que desea avanzar en protección social y en equidad de género debe observar todo el ciclo vital para prevenir desde los inicios y para compensar al final de la vida.
Lo más lamentable de todo es que a muy pocos les llame la atención que un segmento tan relevante y en aumento sostenido, simplemente sea invisible. Quizás sea necesario que las mujeres mayores también salgan a mostrar sus pechos....
Fuente: Eduardo Fernandez
En el marco de la agenda de género tan necesaria y recientemente presentada por el Presidente Sebastian Piñera, llama la atención que no haya ninguna medida, sí, ninguna medida en materia de vejez y género, lo que viene a reforzar la invisibilidad de las personas mayores en las políticas públicas y en las agendas en general.
Resulta una omisión lamentable porque la vejez tiene rostro de mujer, las mujeres vivimos más que los hombres y en peores condiciones ya que arrastramos las inequidades de toda nuestra historia vital y las acrecentamos con más necesidades y menos recursos en materia de pensiones y servicios sociosanitarios, en especial de cuidados.
Es significativo cómo a mayor edad hay mayor proporción de mujeres respecto de hombres y es significativa las diferencias en materia de ingresos en la vejez. Por ejemplo, el informe de la Comisión Asesora sobre el Sistema de Pensiones hace dos años enfatizó que las diferencias entre las pensiones de hombres y mujeres son mayores que las brechas de ingresos observadas en el mercado del trabajo.
Si ser mujer a lo largo de la vida suma inequidades, en la vejez el resultado es acumulado. Se agudiza el problema justamente cuando vamos perdiendo autonomía, reduciendo nuestras redes y necesitando una protección mayor de nuestros derechos.
Una sociedad que desea avanzar en protección social y en equidad de género debe observar todo el ciclo vital para prevenir desde los inicios y para compensar al final de la vida.
Lo más lamentable de todo es que a muy pocos les llame la atención que un segmento tan relevante y en aumento sostenido, simplemente sea invisible. Quizás sea necesario que las mujeres mayores también salgan a mostrar sus pechos....
Fuente: Eduardo Fernandez
