Síndrome del trabajador agotado
Por María Jesús García-Huidobro, gerente de marketing de Laborum.com.
Según datos recopilados por nuestra plataforma, en Chile el 82,4% de las personas señaló que se ha visto afectado, durante estos ocho meses de confinamiento, por el síndrome del burnout, o más bien conocido como el del trabajador excesivamente cansado. Además, según la encuesta Cadem correspondiente a agosto, aquellos que el año pasado se definían como personas felices disminuyó en un 41%, mientras que los que se declaran no felices aumentó en un 34%.
Uno de los puntos que más ha afectado a nuestros compatriotas es la incapacidad de desconexión laboral, luego un agotamiento fuera de lo normal debido a una carga excesiva de trabajo y por último una gran desmotivación. Sin duda estos son datos relevantes y preocupantes que nos llevan a preguntarnos: ¿qué estamos haciendo desde las compañías para bajar la carga laboral y mejorar el estado anímico de las personas? o tal vez, ¿cuánto hemos aportado para llegar a estos resultados?
Entendemos que los niveles de productividad y economía de las compañías son puntos que, sobre todo durante este tiempo, no podemos dejar de lado, sin embargo nuestro rol como empleadores es también entregar una mejor calidad de vida a quienes conforman nuestros equipos de trabajo.
Según datos recopilados por nuestra plataforma, en Chile el 82,4% de las personas señaló que se ha visto afectado, durante estos ocho meses de confinamiento, por el síndrome del burnout, o más bien conocido como el del trabajador excesivamente cansado. Además, según la encuesta Cadem correspondiente a agosto, aquellos que el año pasado se definían como personas felices disminuyó en un 41%, mientras que los que se declaran no felices aumentó en un 34%.
Uno de los puntos que más ha afectado a nuestros compatriotas es la incapacidad de desconexión laboral, luego un agotamiento fuera de lo normal debido a una carga excesiva de trabajo y por último una gran desmotivación. Sin duda estos son datos relevantes y preocupantes que nos llevan a preguntarnos: ¿qué estamos haciendo desde las compañías para bajar la carga laboral y mejorar el estado anímico de las personas? o tal vez, ¿cuánto hemos aportado para llegar a estos resultados?
Entendemos que los niveles de productividad y economía de las compañías son puntos que, sobre todo durante este tiempo, no podemos dejar de lado, sin embargo nuestro rol como empleadores es también entregar una mejor calidad de vida a quienes conforman nuestros equipos de trabajo.