Hagámonos cargo de la precarización laboral en el delivery
Por Juan Andrés Cabrera, Co fundador de Rayo App.
En los últimos meses hemos podido evidenciar claros conflictos entre los trabajadores de reparto y las compañías de delivery, generalmente basadas en la poca ayuda o en el poco apoyo que tienen los colaboradores en temas de seguridad, y por estabilidad laboral y cuidados en pandemia.
Creo que es oportuno, y el momento adecuado, para comentar que es necesario acelerar el proceso de eficiencia de este mercado a través de la tecnología y el apoyo a nuestros trabajadores.
La economía colaborativa tiene una capacidad gigantesca para generar fuentes de ingresos para independientes y emprendedores y, además, dar grandes experiencias para los usuarios. Pero, al mismo tiempo, veo que esto ha generado una situación en cuanto a cómo el trabajador de estos espera sentirse como empleado y cómo está siendo tratado en realidad.
Las condiciones de trabajo están muy extremadas. Por un lado, hablamos de estas plataformas como un completo anexo desconectado de los trabajadores pero, por otro, reconocemos que existe una condición de subordinación y dependencia y control por parte de las empresas hacia ellos.
Hay que encontrar el equilibrio. Nosotros como Rayo estamos jugando con las reglas desde el día uno y estamos orgullosos de que acá no exista la precarización laboral ni el desinterés por cuáles son las condiciones en las que trabajan nuestros repartidores y repartidoras. De hecho, no creemos en los repartidores asociados, y contamos con colaboradores contratados, lo que nos ha hecho no tener ningún problema con ellos.
Nos genera malestar ver el escenario competitivo donde las autoridades no parecen estar interesadas y, lo que es peor, muchas veces los clientes tampoco parecen estarlo.
Hago este llamado a un año del estallido social, y sin meternos en política sino en la necesidad que puede llegar a sentir una persona cuando trabaja, que todos debemos hacernos cargo: desde el cliente corporativo que contrata una empresa, quien brinda los servicios tecnológicos o se hace cargo de la logística y el mismo repartidor o repartidora que hace el trabajo final. Todos debemos estar y jugar con las mismas reglas.
Si no lo hacemos, y dejamos de pagar los impuestos asociados o las imposiciones a nuestros colaboradores, le estamos haciendo daño a nuestro país y a nuestro futuro, sobre todo si seguimos tratando a nuestros repartidores y repartidoras, mal llamados freelancers, con total abuso y con claras muestras de subcontratación y dependencia laboral y económica.
Quien se haga cargo, tiene la oportunidad de mejorar las condiciones de todos, tanto para los repartidores como para la sociedad como tal.
Ocupemos la economía colaborativa y la tecnología, pero hagámoslo bien. Hay una gran diferencia entre dar rienda suelta a la eficiencia del mercado y hacerlo como corresponde.
Comunicado de Prensa / Fuente: Ignacia Medina / Wow Factor
En los últimos meses hemos podido evidenciar claros conflictos entre los trabajadores de reparto y las compañías de delivery, generalmente basadas en la poca ayuda o en el poco apoyo que tienen los colaboradores en temas de seguridad, y por estabilidad laboral y cuidados en pandemia.
Creo que es oportuno, y el momento adecuado, para comentar que es necesario acelerar el proceso de eficiencia de este mercado a través de la tecnología y el apoyo a nuestros trabajadores.
La economía colaborativa tiene una capacidad gigantesca para generar fuentes de ingresos para independientes y emprendedores y, además, dar grandes experiencias para los usuarios. Pero, al mismo tiempo, veo que esto ha generado una situación en cuanto a cómo el trabajador de estos espera sentirse como empleado y cómo está siendo tratado en realidad.
Las condiciones de trabajo están muy extremadas. Por un lado, hablamos de estas plataformas como un completo anexo desconectado de los trabajadores pero, por otro, reconocemos que existe una condición de subordinación y dependencia y control por parte de las empresas hacia ellos.
Hay que encontrar el equilibrio. Nosotros como Rayo estamos jugando con las reglas desde el día uno y estamos orgullosos de que acá no exista la precarización laboral ni el desinterés por cuáles son las condiciones en las que trabajan nuestros repartidores y repartidoras. De hecho, no creemos en los repartidores asociados, y contamos con colaboradores contratados, lo que nos ha hecho no tener ningún problema con ellos.
Nos genera malestar ver el escenario competitivo donde las autoridades no parecen estar interesadas y, lo que es peor, muchas veces los clientes tampoco parecen estarlo.
Hago este llamado a un año del estallido social, y sin meternos en política sino en la necesidad que puede llegar a sentir una persona cuando trabaja, que todos debemos hacernos cargo: desde el cliente corporativo que contrata una empresa, quien brinda los servicios tecnológicos o se hace cargo de la logística y el mismo repartidor o repartidora que hace el trabajo final. Todos debemos estar y jugar con las mismas reglas.
Si no lo hacemos, y dejamos de pagar los impuestos asociados o las imposiciones a nuestros colaboradores, le estamos haciendo daño a nuestro país y a nuestro futuro, sobre todo si seguimos tratando a nuestros repartidores y repartidoras, mal llamados freelancers, con total abuso y con claras muestras de subcontratación y dependencia laboral y económica.
Quien se haga cargo, tiene la oportunidad de mejorar las condiciones de todos, tanto para los repartidores como para la sociedad como tal.
Ocupemos la economía colaborativa y la tecnología, pero hagámoslo bien. Hay una gran diferencia entre dar rienda suelta a la eficiencia del mercado y hacerlo como corresponde.
Comunicado de Prensa / Fuente: Ignacia Medina / Wow Factor