El humor: un asunto… muy serio

El humor: un asunto… muy serio
Por el Dr. Franco Lotito C., Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)– www.aurigaservicios.cl



Clínica Alemana Osorno

Todos los seres humanos nacen con la capacidad para reírse y cuando cumplimos los dos años de edad ya estamos en condiciones de asumir un rol activo frente al humor. Y dado el hecho que se trata de un asunto muy contagioso –intermediado por una serie de células llamadas “células o neuronas espejo”–, los padres deberían estar muy conscientes que ellos servirán de ejemplo –y modelos– cuando sus hijos escojan qué cosa encontrarán gracioso y qué cosa no.

Las neuronas espejo fue un gran descubrimiento hecho por el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, por cuanto, este grupo de neuronas permiten explicar cómo las mentes de las personas se pueden conectar entre sí, además de dar cuenta de cómo nuestro cerebro copia, imita, siente y actúa en base a los estímulos que percibe en el otro. Es así, por ejemplo, que cuando vemos sonreír a la persona que tenemos frente a nosotros, de manera inconsciente y sin darnos casi cuenta, imitamos su sonrisa sin siquiera saber la razón de por qué sonríe la otra persona.

Ahora bien, cuando analizamos las veces que se ríe un niño durante un día y lo comparamos con las veces que se ríe un adulto durante el mismo lapso de tiempo, se advierten de manera muy rápida diferencias que son tremendamente llamativas y significativas, por cuanto, los niños pueden llegar a reírse más de 100 veces por día, en tanto que el adulto lo hace, tan solo, un promedio de 17,5 veces.

Estos resultados los entregó una investigación realizada por la Universidad Western Ontario, en Canadá, lo que indica que eso de “convertirse en un viejo gruñón y amargado” puede representar para muchas personas un peligro muy real.

Ahora bien, cuando nos reímos, la risa provoca una serie de cambios en nuestro organismo que son todos positivos, por cuanto, el acto de reír genera una serie de cambios hormonales en nuestro cuerpo como consecuencia del torrente de endorfinas –u hormonas de la felicidad– que provoca la risa y, al mismo tiempo que contraemos todos los músculos, la risa potencia la capacidad respiratoria, mejora la oxigenación de nuestro organismo, aumenta nuestro ritmo cardíaco y nos libera de una serie de tensiones, al mismo tiempo que disminuye la presión arterial.

No obstante lo anterior, si no somos capaces de frenar la risa a tiempo y sufrimos un “ataque de risa”, la persona podría llegar a experimentar algún tipo de colapso de carácter grave asociado a una asfixia y a un paro cardíaco. De ahí viene la expresión “morirse de la risa”, con algunos casos reales que han sido documentados.

La capacidad de reírse es anterior a la aparición de la raza humana y los etólogos han podido determinar que el acto de reír es compartido por otras especies, a lo menos, por simios y roedores. Tanto es así, que un estudio del Dr. Jaak Panksepp pudo determinar que las ratas emitían un chillido ultrasónico cuando los científicos les hacían cosquillas. Estas “risitas” de las ratas eran provocadas por los circuitos nerviosos del cerebro que liberan un neurotransmisor llamado dopamina, lo que en opinión del Dr. Panksepp, revelaría que el bromear emergió en las regiones superiores de nuestro cerebro.

Cuando el homo sapiens comenzó a desarrollarse en torno a comunidades, estuvo en condiciones de pasar de la bufonada a la ironía, al sarcasmo y al humor maduro, es decir, aquel humor que consiste en ser capaz de reírse de uno mismo. En este sentido, el filósofo Friedrich Nietzsche decía que el hombre se vio obligado a inventar la risa con la finalidad de poder soportar el sufrimiento que le significa el hecho de estar consciente de su propia vida y, asimismo, de su muerte.

Por otra parte, la ausencia del humor y de la risa puede ser un indicador de una enfermedad mental grave. Nadie confiaría, por ejemplo, en un vecino incapaz de esbozar una sonrisa… por falsa que ésta sea.

Ahora bien, el sentido del humor no se transmite, necesariamente, a través de los genes. Esto fue demostrado a través de una investigación realizada con decenas de gemelos y reveló que sólo el 20% de humor de una determinada persona es heredado, en tanto que el 80% restante es una habilidad social que se desarrolla y adquiere paulatinamente.

Una excelente noticia la entregan diversos estudios húngaros y noruegos, donde se señala que existe una relación directa entre el sentido del humor y la salud. El profesor Sven Svebak de la Universidad de Bergen, Noruega, dedicó más de tres décadas de su vida a relacionar tasas de mortalidad y el sentido del humor, asegurando que “quienes tienen humor sufren menos estrés y viven más”. El estudio húngaro, por su parte, concluyó que los enfermos de cáncer que eran dueños de un carácter alegre y con sentido del humor, tenían una mayor sobrevida al compararlos con otro grupo de individuos enfermos de cáncer que carecían de humor y que mostraban una actitud que tendía a ser pesimista y poco alegre.

A la hora de reírse, existe una gran diferencia entre los sexos. Una investigación del Dr. Eric Bressler de la U. de McMaster, Canadá, comprobó que un 65% de los hombres prefiere a las mujeres que se ríen con sus ocurrencias, en tanto que un 62% de las mujeres preferían a los hombres que las hacían reír, donde los varones son más proclives al uso de la burla, el garabato y el sarcasmo, que corresponde a un humor de tipo más bien negativo.

En un estudio realizado por la Dra. Mary Medlin de la U. de Mississippi con más de cien mujeres heterosexuales, todas ellas ratificaron que la presencia de humor, gracia y diversión eran importantes en la personalidad de una potencial pareja. Al profundizar en qué tipo de humor preferían las mujeres en sus parejas, la balanza se inclinó claramente por el “humor blanco”, mucho más que por el “humor sucio”, entendiéndose el “humor blanco” como aquél humor libre de obscenidades, garabatos, sexismo, con chistes subidos de tono o con claros tintes machistas. El dilema al que fueron expuestas estas cien mujeres, era elegir entre los varones que les parecían más atractivos como posibles candidatos para mantener una relación estable o bien para una aventura ocasional. El resultado no dejó indiferente a nadie: la gran mayoría de las mujeres eligió a los varones que cultivaban el humor blanco para ambas opciones, es decir, para una relación estable o una ocasional. De modo que atento los hombres que quieren impresionar a las mujeres con chistes machistas, sexistas, obscenos o subidos de tono.

Digamos finalmente, que la recomendación es aprender a reírse más durante nuestra vida, por cuanto, además de todos los beneficios arriba señalados, la risa es anti-estrés, anti-cáncer, anti-depresión y anti-hipertensión arterial, es decir, que además mejora la salud de nuestro corazón.


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