Blanqueo del 18-O: La Estrategia del Oficialismo ante el Castigo Electoral
Por Héctor Zúñiga Gajardo, Vicepresidente Evópoli Los Lagos.
El reciente análisis del Presidente Gabriel Boric sobre el estallido social del 18-O, durante el lanzamiento del Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024 del PNUD, ofrece una visión que busca enmarcar las demandas sociales en un contexto de continuidad y responsabilidad. Sin embargo, su crítica al uso de términos como "estallido delictual" y "golpe de Estado no convencional" plantea interrogantes sobre la comprensión y manejo del malestar social por parte del gobierno, y si realmente se está abordando de manera efectiva el problema de fondo.
Boric subraya la necesidad de no reducir el estallido social a sus manifestaciones más violentas, una perspectiva que, aunque válida, puede desviar la atención de los actos de violencia y destrucción que marcaron esos días. Es importante reconocer que, aunque el malestar social era real, la forma en que se expresó también involucró a sectores que buscaron imponer agendas políticas a través de la violencia. Minimizar estos hechos bajo la idea de que fueron simplemente reacciones legítimas podría ser perjudicial para el debate sobre cómo abordar las causas subyacentes de este malestar.
El Presidente también llama a evitar el "cortoplacismo" y no permitir que el "péndulo" vuelva a los extremos. No obstante, esta postura parece ignorar que muchos de los problemas actuales se originaron en esa falta de disposición para construir acuerdos y avanzar en reformas graduales. Ahora que el gobierno enfrenta la necesidad de concretar cambios estructurales, la misma falta de consenso que antes se evitó está dificultando la capacidad de avanzar de manera efectiva.
A poco de las elecciones municipales en octubre, es evidente que algunos candidatos de izquierda están presentándose como "independientes" en un intento de distanciarse de las posturas más extremas y captar a un electorado que busca estabilidad. Esta estrategia puede verse como un esfuerzo por blanquear la imagen del 18-O y evitar que las elecciones se conviertan en un arma de castigo de la ciudadanía hacia el oficialismo. Es fundamental que los votantes examinen críticamente estas candidaturas y consideren si realmente representan un cambio o si buscan ocultar las divisiones que han marcado el período post-estallido.
Chile necesita urgentemente volver a un camino de crecimiento y desarrollo, especialmente dirigido a los más vulnerables. Sin embargo, este crecimiento no será posible mientras persista la amenaza de un nuevo estallido social, alimentado por la falta de consenso y la incapacidad para abordar las necesidades reales de la sociedad. El país necesita estabilidad para prosperar, y esto solo se logrará si se enfrenta de manera honesta el legado del 18-O y se construyen consensos reales que incluyan a todos los sectores de la sociedad.
Fuente información: heangajardo@gmail.com
El reciente análisis del Presidente Gabriel Boric sobre el estallido social del 18-O, durante el lanzamiento del Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024 del PNUD, ofrece una visión que busca enmarcar las demandas sociales en un contexto de continuidad y responsabilidad. Sin embargo, su crítica al uso de términos como "estallido delictual" y "golpe de Estado no convencional" plantea interrogantes sobre la comprensión y manejo del malestar social por parte del gobierno, y si realmente se está abordando de manera efectiva el problema de fondo.
Boric subraya la necesidad de no reducir el estallido social a sus manifestaciones más violentas, una perspectiva que, aunque válida, puede desviar la atención de los actos de violencia y destrucción que marcaron esos días. Es importante reconocer que, aunque el malestar social era real, la forma en que se expresó también involucró a sectores que buscaron imponer agendas políticas a través de la violencia. Minimizar estos hechos bajo la idea de que fueron simplemente reacciones legítimas podría ser perjudicial para el debate sobre cómo abordar las causas subyacentes de este malestar.
El Presidente también llama a evitar el "cortoplacismo" y no permitir que el "péndulo" vuelva a los extremos. No obstante, esta postura parece ignorar que muchos de los problemas actuales se originaron en esa falta de disposición para construir acuerdos y avanzar en reformas graduales. Ahora que el gobierno enfrenta la necesidad de concretar cambios estructurales, la misma falta de consenso que antes se evitó está dificultando la capacidad de avanzar de manera efectiva.
A poco de las elecciones municipales en octubre, es evidente que algunos candidatos de izquierda están presentándose como "independientes" en un intento de distanciarse de las posturas más extremas y captar a un electorado que busca estabilidad. Esta estrategia puede verse como un esfuerzo por blanquear la imagen del 18-O y evitar que las elecciones se conviertan en un arma de castigo de la ciudadanía hacia el oficialismo. Es fundamental que los votantes examinen críticamente estas candidaturas y consideren si realmente representan un cambio o si buscan ocultar las divisiones que han marcado el período post-estallido.
Chile necesita urgentemente volver a un camino de crecimiento y desarrollo, especialmente dirigido a los más vulnerables. Sin embargo, este crecimiento no será posible mientras persista la amenaza de un nuevo estallido social, alimentado por la falta de consenso y la incapacidad para abordar las necesidades reales de la sociedad. El país necesita estabilidad para prosperar, y esto solo se logrará si se enfrenta de manera honesta el legado del 18-O y se construyen consensos reales que incluyan a todos los sectores de la sociedad.
Fuente información: heangajardo@gmail.com