Ganadería e innovación: cómo Ignacio Besoain transformó el consumo de carne en Chile
Ignacio Besoain: la historia detrás de una exitosa integración vertical en el mercado de la carne chilena.
En el más reciente episodio del podcast "Raíces y Horizontes", conducido por Rocío Gambra y Eduardo Winkler, el empresario Ignacio Besoain compartió su experiencia de más de 25 años en el sector agrícola y ganadero, donde ha logrado implementar una estrategia de integración vertical que lo ha posicionado como referente en el mercado de la carne nacional.
Originario de Santiago, Besoain decidió mudarse al sur de Chile hace más de 16 años, buscando desarrollar un negocio ganadero que iniciara con la crianza y culminara con la comercialización de carne premium. Su marca, Corte Criollo, ha evolucionado hasta convertirse en un modelo destacado, no solo por su producción de calidad, sino también por la innovación en la presentación y distribución de sus productos.
Besoain comenzó en el sector frutícola, pero pronto dirigió sus esfuerzos al negocio ganadero, adquiriendo campos en la zona sur y mejorando la genética de su ganado. Su apuesta por razas Angus y un manejo enfocado en la calidad le permitió construir una base sólida para su marca. Desde sus primeras incursiones en la comercialización directa, como la apertura de locales en Puerto Varas y Los Ángeles, hasta la creación de una red de distribución a través de terceros, Corte Criollo ha mantenido un enfoque en ofrecer carne de alta calidad y cortes innovadores.
"Lo que buscábamos era dar valor agregado a nuestra producción", señaló Besoain, quien destacó cómo su equipo adaptó modelos internacionales de venta de carne al contexto chileno. Esto incluyó la incorporación de cortes poco convencionales, como el Petit Criollo o el Flat Iron, que ahora son ampliamente valorados gracias al auge de las redes sociales y la educación gastronómica de los consumidores.
La integración vertical fue un paso crucial en la estrategia de Corte Criollo. En 2019, Besoain y sus socios adquirieron un matadero en Angol, lo que les permitió independizarse de terceros y controlar todo el proceso productivo, desde la faena hasta el desposte y el envasado. Este control les ha dado la capacidad de ofrecer carne consistente en calidad y presentación, reforzando su posición en el mercado nacional.
Hoy en día, Corte Criollo cuenta con siete locales propios, dos franquicias en Santiago y más de 35 tiendas asociadas. Además, han incursionado en el segmento ORECA (hoteles, restaurantes y casinos), donde proveen cortes secundarios y materias primas para cadenas de hamburgueserías, destacando su enfoque en la sustentabilidad y el bienestar animal.
A pesar de su éxito, Besoain reconoce que el consumo de carne en Chile aún está en una etapa de desarrollo cultural. "Creemos que somos un país con mucha cultura de carne, pero recién estamos aprendiendo", afirmó. Comparó este proceso con el desarrollo del mercado del vino en décadas pasadas, cuando los consumidores comenzaron a apreciar las diferencias en cepas y calidad.
Con un enfoque en la carne nacional, Besoain subrayó que su principal competencia no son otras marcas locales, sino la carne importada, que aún representa el 65% del consumo nacional. Su objetivo es seguir ganando terreno en este mercado, ofreciendo productos diferenciados que valoricen la producción local.
A pesar de los desafíos económicos recientes, Besoain planea seguir creciendo. Entre sus proyectos se encuentra la apertura de más locales y el desarrollo de nuevos cortes que diversifiquen la oferta de carne en Chile. "El potencial del mercado nacional es tremendo, y nuestro compromiso es seguir promoviendo la carne chilena como un producto de calidad y tradición", concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra
En el más reciente episodio del podcast "Raíces y Horizontes", conducido por Rocío Gambra y Eduardo Winkler, el empresario Ignacio Besoain compartió su experiencia de más de 25 años en el sector agrícola y ganadero, donde ha logrado implementar una estrategia de integración vertical que lo ha posicionado como referente en el mercado de la carne nacional.
Originario de Santiago, Besoain decidió mudarse al sur de Chile hace más de 16 años, buscando desarrollar un negocio ganadero que iniciara con la crianza y culminara con la comercialización de carne premium. Su marca, Corte Criollo, ha evolucionado hasta convertirse en un modelo destacado, no solo por su producción de calidad, sino también por la innovación en la presentación y distribución de sus productos.
Besoain comenzó en el sector frutícola, pero pronto dirigió sus esfuerzos al negocio ganadero, adquiriendo campos en la zona sur y mejorando la genética de su ganado. Su apuesta por razas Angus y un manejo enfocado en la calidad le permitió construir una base sólida para su marca. Desde sus primeras incursiones en la comercialización directa, como la apertura de locales en Puerto Varas y Los Ángeles, hasta la creación de una red de distribución a través de terceros, Corte Criollo ha mantenido un enfoque en ofrecer carne de alta calidad y cortes innovadores.
"Lo que buscábamos era dar valor agregado a nuestra producción", señaló Besoain, quien destacó cómo su equipo adaptó modelos internacionales de venta de carne al contexto chileno. Esto incluyó la incorporación de cortes poco convencionales, como el Petit Criollo o el Flat Iron, que ahora son ampliamente valorados gracias al auge de las redes sociales y la educación gastronómica de los consumidores.
La integración vertical fue un paso crucial en la estrategia de Corte Criollo. En 2019, Besoain y sus socios adquirieron un matadero en Angol, lo que les permitió independizarse de terceros y controlar todo el proceso productivo, desde la faena hasta el desposte y el envasado. Este control les ha dado la capacidad de ofrecer carne consistente en calidad y presentación, reforzando su posición en el mercado nacional.
Hoy en día, Corte Criollo cuenta con siete locales propios, dos franquicias en Santiago y más de 35 tiendas asociadas. Además, han incursionado en el segmento ORECA (hoteles, restaurantes y casinos), donde proveen cortes secundarios y materias primas para cadenas de hamburgueserías, destacando su enfoque en la sustentabilidad y el bienestar animal.
A pesar de su éxito, Besoain reconoce que el consumo de carne en Chile aún está en una etapa de desarrollo cultural. "Creemos que somos un país con mucha cultura de carne, pero recién estamos aprendiendo", afirmó. Comparó este proceso con el desarrollo del mercado del vino en décadas pasadas, cuando los consumidores comenzaron a apreciar las diferencias en cepas y calidad.
Con un enfoque en la carne nacional, Besoain subrayó que su principal competencia no son otras marcas locales, sino la carne importada, que aún representa el 65% del consumo nacional. Su objetivo es seguir ganando terreno en este mercado, ofreciendo productos diferenciados que valoricen la producción local.
A pesar de los desafíos económicos recientes, Besoain planea seguir creciendo. Entre sus proyectos se encuentra la apertura de más locales y el desarrollo de nuevos cortes que diversifiquen la oferta de carne en Chile. "El potencial del mercado nacional es tremendo, y nuestro compromiso es seguir promoviendo la carne chilena como un producto de calidad y tradición", concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra