Proponen cambios en la indemnización por años de servicio

Proponen cambios en la indemnización por años de servicio
Fundación Pivotes propone rediseño de indemnización por años de servicio para impulsar el empleo formal y productividad.

La Fundación Pivotes ha presentado un informe que sugiere una reestructuración de la indemnización por años de servicio en Chile, transformándola en un sistema "a todo evento". La propuesta busca dinamizar el mercado laboral chileno, que, según datos de la entidad, ha mostrado un deterioro sostenido en la creación de empleos formales y un aumento en la tasa de desempleo en la última década. La economista Elisa Cabezón, de Pivotes, destacó que esta reforma, que ya ha sido objeto de discusión entre especialistas y recomendada por la OCDE, busca fomentar la contratación, mejorar la productividad y brindar mayor libertad y seguridad a los trabajadores.

El informe de Pivotes aborda la situación actual del mercado laboral chileno, señalando una significativa disminución en la creación de empleos formales. Según Elisa Cabezón, mientras que en períodos anteriores (gobiernos de Bachelet I y Piñera I) se generaban más de 200 mil empleos formales al año, en los últimos tres años esa cifra se ha reducido a poco más de 20 mil anuales. A esto se suma el aumento de la tasa de desempleo, que pasó de un 5,3% en 2013 a un 8,8% en la actualidad, lo que representa un incremento de más de tres puntos porcentuales. Esta situación, calificada como un "mercado laboral debilitado y estancado", subraya la necesidad de medidas que impulsen su dinamismo.

La propuesta central de Pivotes se enfoca en la indemnización por años de servicio, que actualmente se aplica a los trabajadores con contrato indefinido en caso de despido, otorgando un monto equivalente a un mes de sueldo por cada año trabajado. Elisa Cabezón enfatiza que esta indemnización en Chile es "súper alta en comparación con los países de la OCDE", siendo el país con los mayores montos exigidos al despedir. A modo de ejemplo, un trabajador con diez años de antigüedad en Chile recibe diez sueldos al ser despedido, mientras que el promedio de la OCDE es de 3,2 sueldos, lo que implica que en Chile es tres veces más costoso despedir. Además, cuatro países (Chile, Israel, Corea del Sur y Turquía) tienen la mayor indemnización, pagando un sueldo por cada año trabajado. Incluso, la OCDE tiene once países que no tienen indemnización por despido.

Esta elevada indemnización, aunque busca proteger al trabajador, genera efectos "contraintuitivos" y negativos. Según Cabezón, si es caro despedir, también es caro contratar, desincentivando a las empresas a crear empleos formales de calidad, que son aquellos con mayor seguridad, estabilidad, mejores sueldos, capacitación y seguridad social. Además, se generan distorsiones que afectan los salarios y el ambiente laboral. 

Un trabajador solo recibe la indemnización si es despedido, lo que desincentiva la renuncia voluntaria incluso si no está feliz en su trabajo o busca una mejor oportunidad. Esto puede llevar a situaciones donde trabajadores "fuerzan el despido" para acceder a la indemnización o se mantienen en puestos donde su desempeño es bajo, afectando la productividad. La economista de Pivotes recalca que esta situación "nos vuelve más improductivos como país", ya que impide que los trabajadores se muevan hacia empresas más compatibles con sus habilidades o más productivas, lo que finalmente se traduce en "menores salarios para los chilenos".

La propuesta de Pivotes no busca eliminar la indemnización, sino "reducirla y hacerla a todo evento". Esto significa que el trabajador sería "dueño de su indemnización", recibiéndola tanto si es despedido como si renuncia voluntariamente. La iniciativa se basa en fortalecer la cuenta individual del Seguro de Cesantía. Actualmente, el 2,2% del sueldo se destina a esta cuenta, que es propiedad del trabajador. La propuesta sugiere agregar un 1,9% de cotización extra a esta cuenta, con lo que se alcanzaría un total de 4,11 puntos de cotización, financiando así un monto equivalente a medio sueldo por cada año trabajado, sin considerar los intereses que generaría la inversión de este fondo.

Este 1,9% adicional de cotización estaría a cargo del empleador, aunque, según Cabezón, a la larga "le bajan los costos laborales al trabajador". Es importante destacar que esta reforma aplicaría solo para las "nuevas contrataciones", manteniendo los contratos actuales con el sistema de indemnización vigente. Los empleadores tendrían la opción de pactar con los nuevos empleados este sistema a todo evento o el antiguo.

Uno de los beneficios clave de la propuesta es la reducción del conflicto laboral. Al ser el trabajador dueño de su indemnización, no tendría por qué mantenerse en un trabajo que no le agrada, pudiendo cambiarse sin conflictos y llevándose consigo su fondo. Esto, a su vez, facilita que las empresas contraten más y generen más empleos formales.

En cuanto a cómo se usaría este fondo, Elisa Cabezón explicó que "solamente la puedes usar en época de cesantía", recibiendo una prestación más generosa que el seguro de cesantía actual. Sin embargo, si un trabajador logra acumular en su cuenta un monto que le permita financiar al menos cinco meses de cesantía, el excedente sobre ese monto podría ser retirado y usado por el trabajador para lo que estime necesario, incluso si no está cesante, como iniciar un emprendimiento o comprar un auto. La restricción de los cinco meses de cesantía busca garantizar una seguridad social mínima.

La economista también abordó la preocupación sobre la volatilidad del mercado financiero, señalando que el Seguro de Cesantía ya se invierte en el mercado de capitales, pero con un régimen más conservador que los fondos de pensiones, con menos volatilidad y mayor liquidez, lo que lo hace menos susceptible a escenarios económicos adversos en el corto plazo.

Finalmente, Elisa Cabezón afirmó que la propuesta es "una propuesta que favorece al trabajador", dándole más libertad y poder de negociación al momento de cambiar de empleo o buscar mejores condiciones laborales. La iniciativa busca generar un "mejor ambiente laboral" y condiciones que fomenten una mayor productividad y salarios más altos para los trabajadores chilenos. La propuesta mantiene el fondo solidario de cesantía, con aportes del empleador y del Estado, el cual complementa al trabajador cuando su cuenta individual no cubre los cinco meses de cesantía, garantizando así la protección social. De esta manera, se fortalecen las prestaciones individuales sin menoscabar la red de seguridad existente.




Fuente información: Rocío Gambra
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