Libro "Violencia en Chile: La fragilidad del Orden Social"
Un nuevo libro, "Violencia en Chile: La fragilidad del Orden Social", editado por Aldo Mascareño, Rodrigo Vergara y Nicole Gardela del Centro de Estudios Públicos (CEP), advierte que la violencia en el país ya no se limita al ámbito delictual, sino que se ha expandido a diversas esferas sociales, incluyendo el bullying escolar, la violencia intrafamiliar y el narcotráfico. La obra, que reúne a 31 autores en 14 capítulos y cerca de 500 páginas, ofrece un diagnóstico exhaustivo de esta realidad, sus causas y propone recomendaciones de políticas públicas para abordarla de manera integral.
El lanzamiento de este volumen, que ya se encuentra disponible en las principales librerías del país bajo el sello del Fondo de Cultura Económica, generó gran interés, contando con la presencia de figuras políticas como las excandidatas presidenciales Evelyn Matthei y Carolina Tohá en su presentación, lo que subraya la relevancia y contingencia del tema para la discusión pública y las futuras políticas de seguridad y bienestar social.
Aldo Mascareño, investigador del CEP y coeditor del libro, enfatiza que, si bien la delincuencia es la manifestación más visible y de mayor impacto de la violencia en la actualidad, con delitos como los "portonazos" que generan una constante sensación de inseguridad, el fenómeno se ha entrometido en otros espacios de la sociedad chilena. "Nuestra tesis central es que el Estado de Derecho democrático de derechos, tiene la teoría de contener esa violencia", señala Mascareño, explicando que la expansión de la violencia en distintos ámbitos sugiere un problema en la capacidad del poder público para contenerla dentro de los márgenes de un orden social democrático y liberal.
El libro profundiza en manifestaciones de violencia que van más allá del crimen organizado o el delito común. Aborda el bullying escolar, explorando cómo factores como el entorno, las reglas y la infraestructura de las escuelas pueden promoverlo, más allá de las relaciones conflictivas entre estudiantes. Asimismo, examina la violencia intrafamiliar y su transmisión intergeneracional, destacando la paradoja de esperar que una familia que reproduce la violencia resuelva un problema de violencia escolar.
Otro aspecto crucial que analiza el volumen es la "inflación del concepto de violencia" en el discurso público. Mascareño explica que el uso extendido de términos como "violencia estructural", "violencia simbólica" y "violencia epistémica" desde antes del estallido social y su institucionalización en la Convención Constitucional, puede ser problemático. Esta generalización, argumenta, "limita la forma en que comprendemos la violencia concreta, como por ejemplo violencia como uso de la fuerza física, violencia discursiva y violencia psicológica", y puede llevar a justificar reacciones violentas contra las instituciones democráticas, ocultando problemas reales de exclusión y discriminación.
Fuente información: Rocío Gambra
El lanzamiento de este volumen, que ya se encuentra disponible en las principales librerías del país bajo el sello del Fondo de Cultura Económica, generó gran interés, contando con la presencia de figuras políticas como las excandidatas presidenciales Evelyn Matthei y Carolina Tohá en su presentación, lo que subraya la relevancia y contingencia del tema para la discusión pública y las futuras políticas de seguridad y bienestar social.
Aldo Mascareño, investigador del CEP y coeditor del libro, enfatiza que, si bien la delincuencia es la manifestación más visible y de mayor impacto de la violencia en la actualidad, con delitos como los "portonazos" que generan una constante sensación de inseguridad, el fenómeno se ha entrometido en otros espacios de la sociedad chilena. "Nuestra tesis central es que el Estado de Derecho democrático de derechos, tiene la teoría de contener esa violencia", señala Mascareño, explicando que la expansión de la violencia en distintos ámbitos sugiere un problema en la capacidad del poder público para contenerla dentro de los márgenes de un orden social democrático y liberal.
El libro profundiza en manifestaciones de violencia que van más allá del crimen organizado o el delito común. Aborda el bullying escolar, explorando cómo factores como el entorno, las reglas y la infraestructura de las escuelas pueden promoverlo, más allá de las relaciones conflictivas entre estudiantes. Asimismo, examina la violencia intrafamiliar y su transmisión intergeneracional, destacando la paradoja de esperar que una familia que reproduce la violencia resuelva un problema de violencia escolar.
Otro aspecto crucial que analiza el volumen es la "inflación del concepto de violencia" en el discurso público. Mascareño explica que el uso extendido de términos como "violencia estructural", "violencia simbólica" y "violencia epistémica" desde antes del estallido social y su institucionalización en la Convención Constitucional, puede ser problemático. Esta generalización, argumenta, "limita la forma en que comprendemos la violencia concreta, como por ejemplo violencia como uso de la fuerza física, violencia discursiva y violencia psicológica", y puede llevar a justificar reacciones violentas contra las instituciones democráticas, ocultando problemas reales de exclusión y discriminación.
Fuente información: Rocío Gambra