El grave accidente que expuso la crisis de los perros asilvestrados
Un grave accidente de tránsito en Purranque, Región de Los Lagos, donde 120 vacunos irrumpieron en la carretera, destapó una crisis mayor: la huida de los animales se debió al ataque de una jauría. Anita Jans, gerenta de Aproleche, denuncia la frustración del sector agrario ante la falta de herramientas efectivas para controlar a los perros asilvestrados o con dueños irresponsables, la inaplicabilidad de la "Ley Cholito" en zonas rurales y la doble victimización que sufren los agricultores, quienes además de perder sus animales, enfrentan procesos judiciales.
Un reciente y grave accidente en la comuna de Purranque, que involucró a 120 animales en la carretera, ha vuelto a poner en el centro del debate el problema de los perros asilvestrados y la tenencia irresponsable de mascotas en el mundo rural. Lo que inicialmente parecía un descuido en los cercos de un predio, resultó ser una estampida provocada por el ataque de una jauría, que dejó un saldo de vacunos muertos tanto por las mordeduras como por los posteriores atropellos.
Anita Jans, gerenta de la Asociación Gremial de Productores de Leche de la Región de Los Lagos (Aproleche), relató la compleja situación que enfrentó el productor afectado. "Ningún agricultor quiere que sus animales anden en los caminos por el riesgo que eso implica", afirmó, explicando que el pánico de los 120 animales fue tal que rompieron las cercas en su intento desesperado por huir. "Cuando fueron a ver del lugar donde estaban los animales y por qué salieron, se encontraron animales muertos atacados por perros", detalló.
La gerenta de Aproleche fue enfática en criticar la reacción de las autoridades y la legislación vigente. "El productor prácticamente fue tratado como delincuente, como irresponsable", lamentó Jans. Esta situación contrasta fuertemente con la nula respuesta que, según acusa, obtienen al denunciar los ataques. "Cuando tú vas a hacer donde Carabineros una denuncia por ataque de perro, ahí queda, no pasa nada". Por ello, desde el gremio instan a sus socios a seguir denunciando para que las estadísticas reflejen la magnitud del problema y se puedan conseguir más recursos.
Actualmente, la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía, conocida como "Ley Cholito", asigna la responsabilidad a las municipalidades, pero según Jans, esta normativa "no se está cumpliendo y tampoco sirve para el mundo rural, está pensada para la ciudad". La solución, a su juicio, pasa por una nueva propuesta legislativa, ya que un intento anterior fue rechazado y está próximo a cumplir el año para poder ser reingresado. Esta nueva ley debería, según propone, otorgar mayores atribuciones al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para fiscalizar, capturar a los perros, identificar a sus dueños mediante chip y aplicar multas "gigantescas" para desincentivar la irresponsabilidad.
El aumento de las parcelaciones de agrado ha sido identificado como un factor que agrava el problema, incrementando la población canina en zonas rurales sin los resguardos necesarios. Jans subraya la peligrosidad de la situación, recordando casos fatales de ataques a personas y el devastador impacto económico y emocional en pequeños productores que pierden su sustento. "Vamos a esperar que pase algo", cuestionó, aludiendo a la necesidad de una tragedia mayor para que las autoridades actúen con decisión.
Un reciente y grave accidente en la comuna de Purranque, que involucró a 120 animales en la carretera, ha vuelto a poner en el centro del debate el problema de los perros asilvestrados y la tenencia irresponsable de mascotas en el mundo rural. Lo que inicialmente parecía un descuido en los cercos de un predio, resultó ser una estampida provocada por el ataque de una jauría, que dejó un saldo de vacunos muertos tanto por las mordeduras como por los posteriores atropellos.
Anita Jans, gerenta de la Asociación Gremial de Productores de Leche de la Región de Los Lagos (Aproleche), relató la compleja situación que enfrentó el productor afectado. "Ningún agricultor quiere que sus animales anden en los caminos por el riesgo que eso implica", afirmó, explicando que el pánico de los 120 animales fue tal que rompieron las cercas en su intento desesperado por huir. "Cuando fueron a ver del lugar donde estaban los animales y por qué salieron, se encontraron animales muertos atacados por perros", detalló.
La gerenta de Aproleche fue enfática en criticar la reacción de las autoridades y la legislación vigente. "El productor prácticamente fue tratado como delincuente, como irresponsable", lamentó Jans. Esta situación contrasta fuertemente con la nula respuesta que, según acusa, obtienen al denunciar los ataques. "Cuando tú vas a hacer donde Carabineros una denuncia por ataque de perro, ahí queda, no pasa nada". Por ello, desde el gremio instan a sus socios a seguir denunciando para que las estadísticas reflejen la magnitud del problema y se puedan conseguir más recursos.
Actualmente, la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía, conocida como "Ley Cholito", asigna la responsabilidad a las municipalidades, pero según Jans, esta normativa "no se está cumpliendo y tampoco sirve para el mundo rural, está pensada para la ciudad". La solución, a su juicio, pasa por una nueva propuesta legislativa, ya que un intento anterior fue rechazado y está próximo a cumplir el año para poder ser reingresado. Esta nueva ley debería, según propone, otorgar mayores atribuciones al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para fiscalizar, capturar a los perros, identificar a sus dueños mediante chip y aplicar multas "gigantescas" para desincentivar la irresponsabilidad.
El aumento de las parcelaciones de agrado ha sido identificado como un factor que agrava el problema, incrementando la población canina en zonas rurales sin los resguardos necesarios. Jans subraya la peligrosidad de la situación, recordando casos fatales de ataques a personas y el devastador impacto económico y emocional en pequeños productores que pierden su sustento. "Vamos a esperar que pase algo", cuestionó, aludiendo a la necesidad de una tragedia mayor para que las autoridades actúen con decisión.
Fuente información: Rocío Gambra