¿Crisis del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)?
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) enfrenta una grave crisis de gestión y presupuesto que estaría afectando su correcto funcionamiento, con denuncias de pasos fronterizos sin supervisión y paralización en mataderos debido a huelgas y falta de recursos. La situación, descrita como "haciendo aguas por todos lados" por el ex seremi Eduardo Winkler, se suma a un contexto de problemas presupuestarios en otras áreas del Estado y se vuelve particularmente sensible en zonas productoras como Los Lagos, donde un sindicato mantiene un proceso de negociación.
El funcionamiento del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) está siendo puesto en entredicho debido a una severa falta de recursos que, según diversas fuentes, amenaza la seguridad sanitaria y la operatividad del sector productivo nacional. Esta crisis se enmarca en un contexto de problemas de gestión en la administración pública, donde la falta de presupuesto parece ser una constante.
El concejal de Purranque y ex seremi de Agricultura, Eduardo Winkler, advirtió sobre el impacto directo de esta situación, señalando que "han habido pasos fronterizos que han quedado sin supervisión del servicio agrícola y ganadero porque no tienen la plata para pagarle a los funcionarios para estar ahí". Esta ausencia de personal en los controles fronterizos es especialmente grave, ya que el SAG constituye la "gran barrera" para evitar el ingreso de nuevas enfermedades y problemas sanitarios al país. La fiscalización en frontera, que incluye la revisión del equipaje con apoyo canino, es crucial para la protección del patrimonio zoosanitario y fitosanitario chileno.
A nivel interno, la escasez de recursos ha generado problemas operacionales. En la región de Los Lagos, el SAG ha sido afectado por una huelga sindical que, en su inicio, detuvo la actividad en mataderos. La inspección del SAG es obligatoria en cada animal faenado en Chile para certificar que no existan enfermedades, especialmente zoonóticas (transmisibles a humanos), como la tuberculosis.
Winkler señaló que, si el frigorífico o matadero no puede funcionar, "no va a salir a comprar, obviamente", lo que crea una cadena de consecuencias que afecta directamente al productor ganadero, especialmente a los más pequeños. La paralización del poder de compra en las ferias ganaderas genera el riesgo de una baja en el precio del ganado justo en una época clave.
Además de las huelgas, la falta de personal afecta tareas administrativas esenciales. El ex seremi indicó que no hay "gente para que haga la pega que siempre han tenido que digitar el formulario de movimiento animal". Esta labor es fundamental, ya que la mayoría de los pequeños productores, donde se encuentra más de la mitad del ganado en Chile, dependen de la digitación presencial de sus trámites debido a la falta de capacidades técnicas o conectividad.
El funcionamiento del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) está siendo puesto en entredicho debido a una severa falta de recursos que, según diversas fuentes, amenaza la seguridad sanitaria y la operatividad del sector productivo nacional. Esta crisis se enmarca en un contexto de problemas de gestión en la administración pública, donde la falta de presupuesto parece ser una constante.
El concejal de Purranque y ex seremi de Agricultura, Eduardo Winkler, advirtió sobre el impacto directo de esta situación, señalando que "han habido pasos fronterizos que han quedado sin supervisión del servicio agrícola y ganadero porque no tienen la plata para pagarle a los funcionarios para estar ahí". Esta ausencia de personal en los controles fronterizos es especialmente grave, ya que el SAG constituye la "gran barrera" para evitar el ingreso de nuevas enfermedades y problemas sanitarios al país. La fiscalización en frontera, que incluye la revisión del equipaje con apoyo canino, es crucial para la protección del patrimonio zoosanitario y fitosanitario chileno.
A nivel interno, la escasez de recursos ha generado problemas operacionales. En la región de Los Lagos, el SAG ha sido afectado por una huelga sindical que, en su inicio, detuvo la actividad en mataderos. La inspección del SAG es obligatoria en cada animal faenado en Chile para certificar que no existan enfermedades, especialmente zoonóticas (transmisibles a humanos), como la tuberculosis.
Winkler señaló que, si el frigorífico o matadero no puede funcionar, "no va a salir a comprar, obviamente", lo que crea una cadena de consecuencias que afecta directamente al productor ganadero, especialmente a los más pequeños. La paralización del poder de compra en las ferias ganaderas genera el riesgo de una baja en el precio del ganado justo en una época clave.
Además de las huelgas, la falta de personal afecta tareas administrativas esenciales. El ex seremi indicó que no hay "gente para que haga la pega que siempre han tenido que digitar el formulario de movimiento animal". Esta labor es fundamental, ya que la mayoría de los pequeños productores, donde se encuentra más de la mitad del ganado en Chile, dependen de la digitación presencial de sus trámites debido a la falta de capacidades técnicas o conectividad.
Problemas adicionales y carencia de recursos
- La crisis del SAG se suma a una serie de problemas presupuestarios detectados en otras instituciones públicas:
- Elecciones: Se ha reportado que el Ejército no contaría con recursos para cubrir las elecciones y el traslado de personal y material, generando incertidumbre sobre el resguardo histórico de los centros de votación.
- Viviendas: Se detectó que, a pesar de las ceremonias de entrega, "no hay fondo, se le da a las constructoras no hay plata para seguir avanzando entonces en el fondo se sobregiraron".
- Subsidios: Se calificó como "espantoso" que no se estén pagando los subsidios de arriendo a personas vulnerables, afectando a los arrendadores que dependen de esos ingresos.
El diagnóstico de la autoridad es que el Estado se encuentra "haciendo aguas por todos lados", en un panorama que el concejal Winkler califica como la "normalización" de la falta de dinero para el funcionamiento básico.
La situación del SAG se vuelve aún más crítica en el ámbito fitosanitario. Se ha denunciado un aumento de los brotes de Mosca de la Fruta, una plaga que afecta las exportaciones y que "se está descontrolando". A diferencia de décadas anteriores, este problema se ha mantenido "bastante callado" por los medios , lo que el ex seremi interpreta como una estrategia de "mejor taparlo bajo la alfombra y veamos qué se hace después", una táctica criticada que se ha visto en otros escándalos, como la duplicación de la inflación (IPC) en las cuentas de la luz, cuyo sobrecosto fue estimado en 100 millones de dólares.
Fuente información: Rocío Gambra