Cómo barajar y repartir cartas
Para nadie es un secreto que el mundo de los naipes posee un lenguaje universal basado en la estrategia y el azar que, durante años, ha maravillado a los aficionados. Y es que incursionar en este juego de mesas es descubrir que, antes de que la primera apuesta se lleve a cabo, existe un paso a seguir que garantiza la fluidez e integridad de cualquier partida, y ese es el manejo del mazo, el cual cumple un rol muy importante, puesto que, para un principiante, ver a un crupier profesional barajar puede parecer un acto de magia, pero en realidad es una técnica que requiere mucha práctica, paciencia y respeto por las tradiciones de la mesa.
De hecho, cada vez son más los que sienten curiosidad y deciden incursionar en el mundo de los naipes, por lo que desean observar y aprender cómo se ejecutan estos procesos en un entorno de alta competencia antes de intentar replicarlos. Es por ello que una recomendación muy práctica es analizar la dinámica de los juegos de poker en plataformas digitales de prestigio, ya que estas salas cuentan con una gran variedad de modalidades de póker y entradas para torneos, lo que le permitirá al jugador novato familiarizarse con cada detalle del reparto, el orden de las manos y la secuencia lógica de las cartas.
Barajar con eficiencia es la base de todo
Se sabe que el objetivo principal a la hora de barajar es la aleatoriedad, ya que no basta con solo mover las cartas un par de veces, pues es necesario garantizar que ninguna secuencia de la mano anterior se repita, por lo que existen tres técnicas básicas que todo repartidor debe conocer y esas son las siguientes:
El lavado
El lavado consiste en extender todas las cartas boca abajo sobre la mesa y mezclarlas con ambas manos en movimientos circulares, como si se estuviera ‘lavando’ la superficie, siendo esta la técnica más sencilla y honesta a la hora de barajar. Cabe destacar que es ideal para cuando se abre un mazo nuevo o después de una mano caótica.
El riffle shuffle
También conocido como mezcla de abanico, el riffle shuffle es el estándar de la industria, ya que se divide el mazo en dos mitades iguales, colocadas una frente a la otra. Aunado a esto, usando los pulgares, se dejan caer las cartas de ambas mitades de forma intercalada; el secreto está en la presión que se ejerce al barajar, puesto que las cartas deben ‘correr’ suavemente en la superficie.
El stripping
El stripping es una técnica muy interesante, ya que se utiliza para romper cualquier secuencia que el rifle no haya alcanzado; consiste en tomar el mazo con una mano y, con la otra, ir extrayendo pequeños bloques de la parte superior para colocarlos en el fondo, repitiendo el proceso rápidamente.
El corte como ritual
Una de las reglas más importantes e interesantes en el mundo de los naipes es que, una vez que el mazo está barajado, nunca se debe repartir de inmediato, ya que el protocolo dicta que se debe ofrecer el mazo al jugador situado a la derecha del repartidor para que realice ‘el corte’. Es necesario resaltar que, si se está jugando de forma más informal, el propio repartidor puede realizarlo usando una ‘carta de corte’.
Asimismo, el corte es fundamental para evitar que alguien haya podido ver o manipular la carta inferior del mazo, debido a que se coloca la mitad superior sobre la mesa y la mitad inferior encima. Y es a partir de este momento cuando el mazo está listo para dar inicio a una nueva mano.
Paso a paso en el Texas Hold'em
Con el paso de los años, el poker ha evolucionado exponencialmente, al punto de seguir estrictas reglas de dirección y orden. De hecho, en modalidades como el Texas Hold’em, la posición del repartidor, la cual es identificada por un disco llamado ‘botón’, determina por dónde empieza la acción, siguiendo una serie de pasos a la hora de repartir que garantizan un juego limpio e íntegro.
El primer paso es la dirección; en esta las cartas siempre se reparten en el sentido de las agujas del reloj, iniciando por el jugador situado inmediatamente a la izquierda del botón.
El siguiente paso del reparto es la distribución inicial, en la cual se entrega una carta a la vez a cada jugador hasta que todos tengan dos cartas boca abajo. Es crucial mantener las cartas pegadas al tapete, puesto que levantarlas demasiado podría exponerlas al resto de jugadores.
Otro de los pasos es la quema de cartas; en este, antes de mostrar cualquier carta comunitaria, el repartidor debe tomar la carta superior del mazo y colocarla boca abajo a un lado, sin mostrarla. La función de esto es proteger la partida en caso de que la cara superior haya sido vista por alguien.
Y el último paso a seguir son las comunitarias; en este se reparten las tres caras del ‘flop’ simultáneamente tras la quema. Posteriormente, tras la siguiente ronda de apuestas, se quema otra y se pone el ‘turn’ y, para finalizar, se repite el proceso para el ‘river’.
Consejos finales
Evidentemente, la mecánica de repartir no solo consiste en mover las manos, ya que también involucra la gestión de la mesa, por lo que un buen repartidor debe mantener el orden y asegurarse de que nadie actúe fuera de su turno, por lo que es importante seguir algunos consejos para evitar inconvenientes y repartir manos excepcionales.
El primero de ellos es evitar el flash, pues nunca debes levantar el mazo del tapete mientras repartes; cuanto más bajas mantengas las manos, menos probabilidades hay de que alguien vea la cara de una carta.
Aunado a esto, debes tener una velocidad constante, pues no intentes ser demasiado rápido al principio, ya que la claridad es más importante, por lo que se prioriza un reparto lento y correcto.
Por último, pero no menos importante, debes practicar constantemente, al punto de barajar mientras miras la televisión o en tus ratos libres, pues esto ayudará a que tus manos desarrollen la memoria muscular necesaria para que el proceso sea fluido y natural, lo que te convertirá en un experto a la hora de barajar y repartir cartas.








