Texto y vídeo discurso del Presidente Piñera emitido por cadena nacional
Fuente: Gobierno de Chile.
Queridos compatriotas:
Todos sabemos que hemos tenido que vivir tiempos muy difíciles. Ayer todos los recordábamos aquella triste madrugada de febrero, cuando la tierra se remeció bajo nuestros pies, el mar asoló nuestras costas y fuimos golpeados por el quinto peor terremoto de la humanidad y el más destructivo de nuestra historia.
Esa madrugada, 525 compatriotas perdieron sus vidas y 25 siguen aún desaparecidos. Nuestras oraciones están con ellos y nuestro corazón con sus familias.
En pocos minutos 220 mil viviendas y una de cada tres escuelas y hospitales se derrumbaron o quedaron gravemente dañadas. Cientos de puentes, obras de regadío y agua potable, decenas de aeropuertos y puertos quedaron paralizados o destruidos. Más de 2 millones de compatriotas resultaron damnificados. El costo total ascendió a casi un quinto de nuestro Producto Nacional Bruto.
Ese 27/F destruyó muchas obras materiales, pero no logró quebrar ni mucho menos debilitar el espíritu ni el temple del pueblo chileno. De las ruinas y desolación se alzó un pueblo que supo secar sus lágrimas, enfrentar la adversidad y levantar su vista hacia el futuro.
Días después, y mientras la tierra seguía temblando, el nuevo Gobierno, inspirado en el ejemplo de nuestro pueblo, se comprometió a reconstruir piedra por piedra y ladrillo por ladrillo lo que la naturaleza había destruido, y a pesar del terremoto, a cumplir con nuestro programa de Gobierno.
Nuestro plan contempló 3 etapas: La primera tomó 20 días y consistió en enfrentar la emergencia ciudadana inmediata. Acompañar a los que habían perdido seres queridos, buscar a los desaparecidos, rescatar a los que estaban atrapados bajo los escombros y restablecer el orden público, que estaba quebrado, y el normal abastecimiento de agua, electricidad y alimentos.
La segunda enfrentó la emergencia del invierno. Teníamos que ganarle la carrera al frío, a las lluvias y las enfermedades. Y con la ayuda de todos los chilenos, nos pusimos a trabajar. En sólo 45 días 1 millón 250 mil niños, cuyas escuelas habían sido destruidas o dañadas, pudieron volver a clases. En 60 días restablecimos el acceso a los servicios de salud. En 100 días recuperamos el normal funcionamiento de los caminos, puentes, puertos, aeropuertos, obras de riego y de agua potable. En 120 días logramos construir 80 mil viviendas de emergencia y crear más de 60 mil empleos de emergencia para la reconstrucción.
La tercera etapa apunta a la reconstrucción definitiva y mejor. Todos queremos y necesitamos avanzar más rápido. Hemos hecho lo humanamente posible. Y hoy, a sólo 12 meses de la catástrofe, hemos reconstruido un poco más del 50% de lo que el terremoto y maremotos destruyeron. Pero tenemos muy claro que todavía nos queda la otra mitad. Y, por lo tanto, lejos de bajar la guardia, debemos apurar el tranco para llegar con ayuda y soluciones a tantos compatriotas que la necesitan, y con urgencia.
El año 2010 fue un año muy duro, pero también muy fecundo para los chilenos. A pesar del terremoto, la economía chilena volvió a crecer con fuerza y en forma sana y sustentable. Creamos más de 420 mil nuevos empleos, la cifra más alta de nuestra historia, los salarios volvieron a crecer.
También sacamos adelante la gran Reforma Educacional, que dará a todos nuestros hijos una educación de calidad, como la necesitan y merecen. Las listas de espera por enfermedades y cirugías AUGE se redujeron a la mitad. La delincuencia y la droga por fin empezaron a retroceder, permitiendo una vida con mayor seguridad y paz a nuestras familias. También reestructuramos íntegramente la antigua ONEMI, que esa madrugada del 27 de Febrero mostró todas sus debilidades e incompetencias y no supo proteger adecuadamente la vida de nuestros compatriotas.
Chilenas y chilenos:
Más allá de la adversidad, también hemos vivido momentos de gran alegría. Esta mañana anuncié al país un Proyecto de Ley que apoya y protege algo tan maravilloso como la familia, la maternidad y la infancia, a través de la ampliación del post natal a 6 meses, y cumpliendo así plenamente nuestro compromiso de campaña.
Este proyecto apoya y protege lo más lindo que la vida nos da a las madres y los padres: tener hijos, quererlos, cuidarlos, verlos crecer, desarrollar sus talentos y realizarse como buenas personas.
Representa también el mejor reconocimiento y homenaje a todas las madres de Chile, por habernos regalado hijos a nuestra patria.
La maravillosa e insustituible relación entre la madre, el padre y el hijo recién nacido, la lactancia materna, el amor, el cariño y el acogimiento de los padres, constituyen sin duda los pilares esenciales para un desarrollo sano en lo físico, intelectual y emocional de nuestros niños.
Sabemos que en Chile la tasa de natalidad y el tiempo de lactancia materna han disminuido durante las últimas décadas, y que las tasas de nacimientos prematuros están aumentando.
También como Presidente tengo plena conciencia de la creciente e importante incorporación de la mujer al mundo del trabajo y de la urgente necesidad de implementar políticas públicas y promover cambios culturales que abran las puertas de ese mundo de manera más justa y compatibilicen mejor el doble rol de madres y trabajadoras de millones y millones de mujeres chilenas.
Sabemos también que nuestro actual sistema de pre y post natal no es justo. Muchas madres trabajadoras de los sectores más vulnerables de nuestro país no obtienen ningún beneficio cuando están embarazadas, porque no tienen un contrato de trabajo por plazo indefinido o no tienen suficientes cotizaciones previsionales. De hecho, hoy día sólo 3 de cada 10 pesos que gasta el Estado en subsidios maternales, benefician al 60% de las mujeres de menores ingresos de nuestro país.
Queremos un país que compatibilice mejor el mundo del trabajo con el mundo de la familia. Donde el tener hijos no sea un impedimento para que una mujer trabaje, ni el trabajo un impedimento para que una mujer tenga hijos.
Queremos un país que facilite a los padres participar más y mejor en la crianza y cuidado de sus hijos, y que promueva y proteja mucho mejor la familia, la maternidad y la infancia de todos nuestros hijos.
Para lograr lo anterior, este Proyecto de Ley mantiene los beneficios del pre y post natal actualmente existentes, es decir 6 y 12 semanas respectivamente, y agrega importantes nuevos beneficios en la calidad, cobertura y flexibilidad.
Y entre ellos destaco:
Incrementa en 12 semanas el permiso post natal, para alcanzar así 24 semanas. Y durante esta extensión, las madres recibirán un subsidio maternal financiado por el Estado, que cubrirá su remuneración, con un tope de 30 UF mensuales, que equivalen hoy día a 650 mil pesos. Esto significa que más de 8 de cada 10 madres beneficiadas, percibirán el cien por ciento de su remuneración durante estas 12 semanas adicionales de post natal.
Las madres a quienes el subsidio maternal no alcance a cubrir íntegramente su remuneración podrán, si así lo desean y para evitar disminuciones de sus ingresos, incorporarse a sus puestos de trabajo con jornadas parciales, después de haber utilizado íntegramente las primeras 12 semanas del permiso post natal.
El Proyecto también ampliará, en forma gradual y focalizada, la cobertura de subsidios maternales, de forma de beneficiar también a las madres trabajadoras más vulnerables de nuestro país, sujeto a una densidad mínima de cotizaciones y con un factor de proporcionalidad en los beneficios.
Las madres beneficiadas con este permiso adicional de post natal tendrán la libertad y flexibilidad para, según su propia voluntad:
a. Traspasar hasta 2 de las 6 semanas del pre natal, para extender el post natal por un periodo equivalente. De esta forma podrán ampliarlo desde 24 a 26 semanas. Y para proteger la salud de la madre y del hijo que está por nacer, esta decisión requerirá la autorización médica respectiva.
b. Además, y para fomentar la participación del padre, la madre le podrá transferir, cuando el hijo haya cumplido sus primeras 12 semanas de vida, hasta 6 de las 12 semanas adicionales del permiso post natal.
Las madres que adopten hijos también tendrán los beneficios del post natal.
El proyecto incorpora también mecanismos apropiados para detectar, evitar y sancionar, y enérgicamente, cualquier intento de impedir el libre ejercicio de estos beneficios por parte de nuestras madres. El funcionamiento eficaz de estos mecanismos permitirá ampliar los niveles de flexibilidad y extenderlos a un mayor número de mujeres, lo que se analizará en el Congreso durante la tramitación de este Proyecto de Ley.
Sabemos que el grado de civilización de una sociedad no se mide tanto por el Producto Nacional Bruto, sino que por la forma en que trata a sus niños, a sus mujeres y a su tercera edad.
Este Proyecto significa el mayor avance en la protección de la familia, la maternidad y la infancia de las últimas cuatro décadas, y permitirá a las madres chilenas cantarles a sus hijos, como lo hizo con sus maravillosos versos nuestra gran Gabriela.
Este proyecto, unido al que propondré durante marzo para eliminar o reducir en forma gradual y focalizada el descuento del 7% de salud a nuestros jubilados, el que establece el Ingreso Ético Familiar para derrotar la extrema pobreza y el que combate con mayor eficacia la violencia intrafamiliar, que es violencia contra la mujer y los niños, significarán un gran salto hacia una sociedad más justa, más humana y más fraterna.
Queridos compatriotas:
Tenemos un país maravilloso y por primera vez en nuestra historia todos juntos, todos unidos, y antes que termine esta década, podemos hacer de Chile un país desarrollado y sin pobreza. Un país capaz de darle a todos sus hijos la seguridad de una vida digna y tranquila, y también las oportunidades para una vida más plena y más feliz. Esa es nuestra misión.
Buenas noches y muchas gracias.
Queridos compatriotas:
Todos sabemos que hemos tenido que vivir tiempos muy difíciles. Ayer todos los recordábamos aquella triste madrugada de febrero, cuando la tierra se remeció bajo nuestros pies, el mar asoló nuestras costas y fuimos golpeados por el quinto peor terremoto de la humanidad y el más destructivo de nuestra historia.
Esa madrugada, 525 compatriotas perdieron sus vidas y 25 siguen aún desaparecidos. Nuestras oraciones están con ellos y nuestro corazón con sus familias.
En pocos minutos 220 mil viviendas y una de cada tres escuelas y hospitales se derrumbaron o quedaron gravemente dañadas. Cientos de puentes, obras de regadío y agua potable, decenas de aeropuertos y puertos quedaron paralizados o destruidos. Más de 2 millones de compatriotas resultaron damnificados. El costo total ascendió a casi un quinto de nuestro Producto Nacional Bruto.
Ese 27/F destruyó muchas obras materiales, pero no logró quebrar ni mucho menos debilitar el espíritu ni el temple del pueblo chileno. De las ruinas y desolación se alzó un pueblo que supo secar sus lágrimas, enfrentar la adversidad y levantar su vista hacia el futuro.
Días después, y mientras la tierra seguía temblando, el nuevo Gobierno, inspirado en el ejemplo de nuestro pueblo, se comprometió a reconstruir piedra por piedra y ladrillo por ladrillo lo que la naturaleza había destruido, y a pesar del terremoto, a cumplir con nuestro programa de Gobierno.
Nuestro plan contempló 3 etapas: La primera tomó 20 días y consistió en enfrentar la emergencia ciudadana inmediata. Acompañar a los que habían perdido seres queridos, buscar a los desaparecidos, rescatar a los que estaban atrapados bajo los escombros y restablecer el orden público, que estaba quebrado, y el normal abastecimiento de agua, electricidad y alimentos.
La segunda enfrentó la emergencia del invierno. Teníamos que ganarle la carrera al frío, a las lluvias y las enfermedades. Y con la ayuda de todos los chilenos, nos pusimos a trabajar. En sólo 45 días 1 millón 250 mil niños, cuyas escuelas habían sido destruidas o dañadas, pudieron volver a clases. En 60 días restablecimos el acceso a los servicios de salud. En 100 días recuperamos el normal funcionamiento de los caminos, puentes, puertos, aeropuertos, obras de riego y de agua potable. En 120 días logramos construir 80 mil viviendas de emergencia y crear más de 60 mil empleos de emergencia para la reconstrucción.
La tercera etapa apunta a la reconstrucción definitiva y mejor. Todos queremos y necesitamos avanzar más rápido. Hemos hecho lo humanamente posible. Y hoy, a sólo 12 meses de la catástrofe, hemos reconstruido un poco más del 50% de lo que el terremoto y maremotos destruyeron. Pero tenemos muy claro que todavía nos queda la otra mitad. Y, por lo tanto, lejos de bajar la guardia, debemos apurar el tranco para llegar con ayuda y soluciones a tantos compatriotas que la necesitan, y con urgencia.
El año 2010 fue un año muy duro, pero también muy fecundo para los chilenos. A pesar del terremoto, la economía chilena volvió a crecer con fuerza y en forma sana y sustentable. Creamos más de 420 mil nuevos empleos, la cifra más alta de nuestra historia, los salarios volvieron a crecer.
También sacamos adelante la gran Reforma Educacional, que dará a todos nuestros hijos una educación de calidad, como la necesitan y merecen. Las listas de espera por enfermedades y cirugías AUGE se redujeron a la mitad. La delincuencia y la droga por fin empezaron a retroceder, permitiendo una vida con mayor seguridad y paz a nuestras familias. También reestructuramos íntegramente la antigua ONEMI, que esa madrugada del 27 de Febrero mostró todas sus debilidades e incompetencias y no supo proteger adecuadamente la vida de nuestros compatriotas.
Chilenas y chilenos:
Más allá de la adversidad, también hemos vivido momentos de gran alegría. Esta mañana anuncié al país un Proyecto de Ley que apoya y protege algo tan maravilloso como la familia, la maternidad y la infancia, a través de la ampliación del post natal a 6 meses, y cumpliendo así plenamente nuestro compromiso de campaña.
Este proyecto apoya y protege lo más lindo que la vida nos da a las madres y los padres: tener hijos, quererlos, cuidarlos, verlos crecer, desarrollar sus talentos y realizarse como buenas personas.
Representa también el mejor reconocimiento y homenaje a todas las madres de Chile, por habernos regalado hijos a nuestra patria.
La maravillosa e insustituible relación entre la madre, el padre y el hijo recién nacido, la lactancia materna, el amor, el cariño y el acogimiento de los padres, constituyen sin duda los pilares esenciales para un desarrollo sano en lo físico, intelectual y emocional de nuestros niños.
Sabemos que en Chile la tasa de natalidad y el tiempo de lactancia materna han disminuido durante las últimas décadas, y que las tasas de nacimientos prematuros están aumentando.
También como Presidente tengo plena conciencia de la creciente e importante incorporación de la mujer al mundo del trabajo y de la urgente necesidad de implementar políticas públicas y promover cambios culturales que abran las puertas de ese mundo de manera más justa y compatibilicen mejor el doble rol de madres y trabajadoras de millones y millones de mujeres chilenas.
Sabemos también que nuestro actual sistema de pre y post natal no es justo. Muchas madres trabajadoras de los sectores más vulnerables de nuestro país no obtienen ningún beneficio cuando están embarazadas, porque no tienen un contrato de trabajo por plazo indefinido o no tienen suficientes cotizaciones previsionales. De hecho, hoy día sólo 3 de cada 10 pesos que gasta el Estado en subsidios maternales, benefician al 60% de las mujeres de menores ingresos de nuestro país.
Queremos un país que compatibilice mejor el mundo del trabajo con el mundo de la familia. Donde el tener hijos no sea un impedimento para que una mujer trabaje, ni el trabajo un impedimento para que una mujer tenga hijos.
Queremos un país que facilite a los padres participar más y mejor en la crianza y cuidado de sus hijos, y que promueva y proteja mucho mejor la familia, la maternidad y la infancia de todos nuestros hijos.
Para lograr lo anterior, este Proyecto de Ley mantiene los beneficios del pre y post natal actualmente existentes, es decir 6 y 12 semanas respectivamente, y agrega importantes nuevos beneficios en la calidad, cobertura y flexibilidad.
Y entre ellos destaco:
Incrementa en 12 semanas el permiso post natal, para alcanzar así 24 semanas. Y durante esta extensión, las madres recibirán un subsidio maternal financiado por el Estado, que cubrirá su remuneración, con un tope de 30 UF mensuales, que equivalen hoy día a 650 mil pesos. Esto significa que más de 8 de cada 10 madres beneficiadas, percibirán el cien por ciento de su remuneración durante estas 12 semanas adicionales de post natal.
Las madres a quienes el subsidio maternal no alcance a cubrir íntegramente su remuneración podrán, si así lo desean y para evitar disminuciones de sus ingresos, incorporarse a sus puestos de trabajo con jornadas parciales, después de haber utilizado íntegramente las primeras 12 semanas del permiso post natal.
El Proyecto también ampliará, en forma gradual y focalizada, la cobertura de subsidios maternales, de forma de beneficiar también a las madres trabajadoras más vulnerables de nuestro país, sujeto a una densidad mínima de cotizaciones y con un factor de proporcionalidad en los beneficios.
Las madres beneficiadas con este permiso adicional de post natal tendrán la libertad y flexibilidad para, según su propia voluntad:
a. Traspasar hasta 2 de las 6 semanas del pre natal, para extender el post natal por un periodo equivalente. De esta forma podrán ampliarlo desde 24 a 26 semanas. Y para proteger la salud de la madre y del hijo que está por nacer, esta decisión requerirá la autorización médica respectiva.
b. Además, y para fomentar la participación del padre, la madre le podrá transferir, cuando el hijo haya cumplido sus primeras 12 semanas de vida, hasta 6 de las 12 semanas adicionales del permiso post natal.
Las madres que adopten hijos también tendrán los beneficios del post natal.
El proyecto incorpora también mecanismos apropiados para detectar, evitar y sancionar, y enérgicamente, cualquier intento de impedir el libre ejercicio de estos beneficios por parte de nuestras madres. El funcionamiento eficaz de estos mecanismos permitirá ampliar los niveles de flexibilidad y extenderlos a un mayor número de mujeres, lo que se analizará en el Congreso durante la tramitación de este Proyecto de Ley.
Sabemos que el grado de civilización de una sociedad no se mide tanto por el Producto Nacional Bruto, sino que por la forma en que trata a sus niños, a sus mujeres y a su tercera edad.
Este Proyecto significa el mayor avance en la protección de la familia, la maternidad y la infancia de las últimas cuatro décadas, y permitirá a las madres chilenas cantarles a sus hijos, como lo hizo con sus maravillosos versos nuestra gran Gabriela.
Este proyecto, unido al que propondré durante marzo para eliminar o reducir en forma gradual y focalizada el descuento del 7% de salud a nuestros jubilados, el que establece el Ingreso Ético Familiar para derrotar la extrema pobreza y el que combate con mayor eficacia la violencia intrafamiliar, que es violencia contra la mujer y los niños, significarán un gran salto hacia una sociedad más justa, más humana y más fraterna.
Queridos compatriotas:
Tenemos un país maravilloso y por primera vez en nuestra historia todos juntos, todos unidos, y antes que termine esta década, podemos hacer de Chile un país desarrollado y sin pobreza. Un país capaz de darle a todos sus hijos la seguridad de una vida digna y tranquila, y también las oportunidades para una vida más plena y más feliz. Esa es nuestra misión.
Buenas noches y muchas gracias.