Mirada científica, intuición y corazonada
Por: Jorge Nusser Arend [*]
Hay más científicos en vida e investigando hoy en día que en toda la historia previa de la humanidad. La mirada científica acompaña a los estudiantes desde muy temprano, permeando el quehacer en las escuelas. Sin embargo, de una forma porfiada, tal vez atávica, nuestra mirada cae una y otra vez al abismo de lo mágico, lo incomprendido explicado por movimientos astrales, lo oculto mediante creencias refutables una y otra vez. Terremotos provocados por caída de dominós o por ondas de radio, guatitas redondas que presagian el nacimiento de un varón o un mechón de cabello quemado en ceremonia vudú atrapan con fuerza una y otra vez las miradas, creencias y almas humanas.
El mundo científico no es ajeno a prácticas inconsistentes con la realidad. En la charla TED de Ben Goldacre (www.ted.com) se explica un fenómeno persistente en la publicación de resultados de las investigaciones en medicina. Los resultados positivos se publican en un 90%, los ensayos que prueban lo contrario o que las drogas son peligrosas y que no funcionan reciben menos de un 5% de publicación en las revistas. No consiguen ser leídas o conocidas por los médicos que las prescriben.
Toda la comunidad académica y científica, los editores de las publicaciones y las empresas caen presa de esta sed de buenos resultados. Las consecuencias de esto son catastróficas y se paga finalmente con vidas humanas.
¿Es necesaria una mirada que no sea científica? ¡Por supuesto! La intuición, las corazonadas, el amor y la influencia de nuestros deseos más queridos hacia nuestro entorno son los pilares de la vida, pero no la explican por completo. Sin embargo hay una enorme distancia de allí a asumir que una alineación de Júpiter con Saturno afectará el diseño estructural del edificio que estoy estudiando. Más lejos aún creo que se encuentra el apagón solar predicho por los Mayas.
Oswald Spengler escribe en una época en que se critica la modernidad, los efectos de la técnica, la ciencia, los excesos de la razón y la destrucción de la cultura. Fue en 1932 y nos predecía la decadencia de occidente. Hay bastante de eso pues estamos en un momento de cambio, suceden cosas en forma acelerada y parece bien que así sea. Sin embargo, la vuelta de la mirada hacia la magia de las cavernas que predice en su libro, no va justamente en la dirección que necesitamos para construir una mejor humanidad.
[*]Director de Ingeniería Civil, Universidad San Sebastián
Hay más científicos en vida e investigando hoy en día que en toda la historia previa de la humanidad. La mirada científica acompaña a los estudiantes desde muy temprano, permeando el quehacer en las escuelas. Sin embargo, de una forma porfiada, tal vez atávica, nuestra mirada cae una y otra vez al abismo de lo mágico, lo incomprendido explicado por movimientos astrales, lo oculto mediante creencias refutables una y otra vez. Terremotos provocados por caída de dominós o por ondas de radio, guatitas redondas que presagian el nacimiento de un varón o un mechón de cabello quemado en ceremonia vudú atrapan con fuerza una y otra vez las miradas, creencias y almas humanas.
El mundo científico no es ajeno a prácticas inconsistentes con la realidad. En la charla TED de Ben Goldacre (www.ted.com) se explica un fenómeno persistente en la publicación de resultados de las investigaciones en medicina. Los resultados positivos se publican en un 90%, los ensayos que prueban lo contrario o que las drogas son peligrosas y que no funcionan reciben menos de un 5% de publicación en las revistas. No consiguen ser leídas o conocidas por los médicos que las prescriben.
Toda la comunidad académica y científica, los editores de las publicaciones y las empresas caen presa de esta sed de buenos resultados. Las consecuencias de esto son catastróficas y se paga finalmente con vidas humanas.
¿Es necesaria una mirada que no sea científica? ¡Por supuesto! La intuición, las corazonadas, el amor y la influencia de nuestros deseos más queridos hacia nuestro entorno son los pilares de la vida, pero no la explican por completo. Sin embargo hay una enorme distancia de allí a asumir que una alineación de Júpiter con Saturno afectará el diseño estructural del edificio que estoy estudiando. Más lejos aún creo que se encuentra el apagón solar predicho por los Mayas.
Oswald Spengler escribe en una época en que se critica la modernidad, los efectos de la técnica, la ciencia, los excesos de la razón y la destrucción de la cultura. Fue en 1932 y nos predecía la decadencia de occidente. Hay bastante de eso pues estamos en un momento de cambio, suceden cosas en forma acelerada y parece bien que así sea. Sin embargo, la vuelta de la mirada hacia la magia de las cavernas que predice en su libro, no va justamente en la dirección que necesitamos para construir una mejor humanidad.
[*]Director de Ingeniería Civil, Universidad San Sebastián