La identidad en un mar de diversidad
Nuestra imagen en el espejo ya no es sólo el reflejo de cómo somos, muchas veces está determinado e influenciado por el cómo queremos ser y cómo queremos que nos vean. La identidad se confunde hoy con el formato idealizado sobre el cual se construyen historias de éxito, belleza y armonía. Lograr encontrar y reconocer nuestra identidad es acercarnos a nosotros como personas, como seres humanos completos, íntegros, resueltos.
Hace unos días, se celebró la Semana de la Discapacidad. Cada vez hay más información y mejores intenciones. Necesitamos acercarnos a esta diversidad de forma más natural e inclusiva, juntarnos en un espacio y crear espacios universales donde nuestros cuerpos y almas formen la armonía perfecta y necesaria para dar vida a una sociedad repleta de personas con identidad propia.
Hace poco apareció en internet un video donde se muestran maniquíes inspirados en personas en situación de discapacidad física, los cuales fueron puestos en una vitrina en el centro de Zúrich (Suiza). La idea de la iniciativa era aumentar la conciencia en torno a las personas con discapacidad.
Asombro, alegría, emoción y una cadena de sentimientos surgieron al ver este video. Quiero compartir dos de ellas. Una -y la más importante- fue darme cuenta de la limitada conciencia de perfección y belleza que debemos tener, respetar y aplaudir. Cómo nos dejamos influenciar por el entorno, dominado por imágenes ajenas que nos alejan de nuestra identidad y pertenencia a nuestra sociedad diversa. ¡Qué importante e inclusiva iniciativa! Sin duda existen otras miles de situaciones en las que podemos reconocer nuestra poca experiencia en inclusión.
La segunda reflexión tiene que ver con el propósito de esta iniciativa: aumentar la conciencia en torno a las personas con discapacidad. Sin duda es una buena intención que realmente nos llevará al camino de la inclusión. Creo que debemos tener mayor conciencia de nosotros, de nuestra diversidad, de lo que somos y de nuestra perfecta armonía como seres humanos con características distintas y comunes entre nosotros; con talentos y errores; con ideas y necesidades. Reconocer en uno esa disarmonía que nos hace únicos y prefectos; ésa es realmente nuestra identidad en perfecta armonía.
Ingrid Lazen
Jefa de Carrera Técnico en Educación Especial
Santo Tomás Osorno
Hace unos días, se celebró la Semana de la Discapacidad. Cada vez hay más información y mejores intenciones. Necesitamos acercarnos a esta diversidad de forma más natural e inclusiva, juntarnos en un espacio y crear espacios universales donde nuestros cuerpos y almas formen la armonía perfecta y necesaria para dar vida a una sociedad repleta de personas con identidad propia.
Hace poco apareció en internet un video donde se muestran maniquíes inspirados en personas en situación de discapacidad física, los cuales fueron puestos en una vitrina en el centro de Zúrich (Suiza). La idea de la iniciativa era aumentar la conciencia en torno a las personas con discapacidad.
Asombro, alegría, emoción y una cadena de sentimientos surgieron al ver este video. Quiero compartir dos de ellas. Una -y la más importante- fue darme cuenta de la limitada conciencia de perfección y belleza que debemos tener, respetar y aplaudir. Cómo nos dejamos influenciar por el entorno, dominado por imágenes ajenas que nos alejan de nuestra identidad y pertenencia a nuestra sociedad diversa. ¡Qué importante e inclusiva iniciativa! Sin duda existen otras miles de situaciones en las que podemos reconocer nuestra poca experiencia en inclusión.
La segunda reflexión tiene que ver con el propósito de esta iniciativa: aumentar la conciencia en torno a las personas con discapacidad. Sin duda es una buena intención que realmente nos llevará al camino de la inclusión. Creo que debemos tener mayor conciencia de nosotros, de nuestra diversidad, de lo que somos y de nuestra perfecta armonía como seres humanos con características distintas y comunes entre nosotros; con talentos y errores; con ideas y necesidades. Reconocer en uno esa disarmonía que nos hace únicos y prefectos; ésa es realmente nuestra identidad en perfecta armonía.
Ingrid Lazen
Jefa de Carrera Técnico en Educación Especial
Santo Tomás Osorno