El futuro del agua en nuestra región
Por Jorge García Malherbe, candidato a Diputado por el Distrito 25.
Les comparto columna fruto de una interesante conversación con el destacado Magister en Hidrología, miembro del programa hidrológico intergubernamental de UNESCO y académico de la Universidad de Arizona y Colorado School of Mines, Pablo García Chevesich, donde analizamos el futuro del agua en nuestra región.
La disponibilidad de agua se ha transformado en un tema de seguridad nacional en Chile. La combinación entre un progresivo ensanchamiento del Anticiclón del Pacífico y el enfriamiento de la Corriente de Humboldt, se traduce en una disminución de las precipitaciones en gran parte del territorio nacional continental, incluyendo la Región de Los Lagos. Al mismo tiempo, la zona cordillerana de la Región ha estado experimentando un fenómeno común en montañas de todo el mundo: nieva menos, la nieve se derrite más rápido y los glaciares retroceden a pasos preocupantes, lo que se traduce en menos caudal en los ríos y menos recarga de acuíferos locales, incluyendo lagos y lagunas, según indican los estudios.
Por otro lado, la tala de bosque nativo, el establecimiento de parcelas de agrado, un aumento de la actividad agrícola e industrial y el incremento de la población en general se traducen en crecientes demandas y una fuerte presión en los recursos hídricos de la Región.
Una hermosa Región como la nuestra, la cual se caracteriza por su histórica abundancia de este preciado elemento, ya comienza a secarse. De hecho, es cada año más común ver en los medios casos de ciudadanos de la zona que simplemente no tienen agua para subsistir, pues se les secó el pozo, la vertiente, o el estero, necesitando así apoyo del Gobierno Regional, el cual se basa mayormente en los indignos, costosos y contaminantes camiones aljibe. Sin embargo, a medida que el problema continúa agravándose, quienes toman decisiones estratégicas no hacen nada por enfrentar este monstruo que se avecina y que no perdona a nadie: la escasez hídrica.
Considerando lo anterior, es urgente tomar este importante tema social, económico y ambiental con la seriedad que merece, y comenzar a trabajar con miras a futuro, anticipándonos a lo que se viene y solucionando los problemas antes que ocurran. Al respecto, la hidrología como ciencia es fundamental para asegurar la sustentabilidad de los recursos hídricos en nuestra Región. Instrumentación, investigación, fiscalización, eficiencia, educación, tecnologías de última generación, son solo unos cuantos vértices de lo que se debe aplicar para no sufrir como sufre, por ejemplo, gran parte de la zona central de nuestro país. Por ejemplo, el reemplazo de camiones aljibe por máquinas condensadoras de humedad (producción de cientos de litros diarios de agua desde el aire, mediante energía solar), tratamiento de aguas de alcantarillado o residuos industriales para su uso potable o agrícola, captación y almacenamiento de aguas lluvia, entre muchas otras medidas, ya deberían ser una práctica común en la zona, pero lamentablemente esperamos a que los problemas se presenten para solucionarlos. Debemos asegurarnos ahora de que nuestros lagos no se van a secar, como ocurrió por ejemplo en Aculeo.
Siendo el agua el recurso más importante que tenemos, expreso mi preocupación y compromiso por gestionarla como se debe, escuchando a la ciencia y haciendo lo que se deba, según el caso, para así asegurar la sustentabilidad en la Región.
Les comparto columna fruto de una interesante conversación con el destacado Magister en Hidrología, miembro del programa hidrológico intergubernamental de UNESCO y académico de la Universidad de Arizona y Colorado School of Mines, Pablo García Chevesich, donde analizamos el futuro del agua en nuestra región.
La disponibilidad de agua se ha transformado en un tema de seguridad nacional en Chile. La combinación entre un progresivo ensanchamiento del Anticiclón del Pacífico y el enfriamiento de la Corriente de Humboldt, se traduce en una disminución de las precipitaciones en gran parte del territorio nacional continental, incluyendo la Región de Los Lagos. Al mismo tiempo, la zona cordillerana de la Región ha estado experimentando un fenómeno común en montañas de todo el mundo: nieva menos, la nieve se derrite más rápido y los glaciares retroceden a pasos preocupantes, lo que se traduce en menos caudal en los ríos y menos recarga de acuíferos locales, incluyendo lagos y lagunas, según indican los estudios.
Por otro lado, la tala de bosque nativo, el establecimiento de parcelas de agrado, un aumento de la actividad agrícola e industrial y el incremento de la población en general se traducen en crecientes demandas y una fuerte presión en los recursos hídricos de la Región.
Una hermosa Región como la nuestra, la cual se caracteriza por su histórica abundancia de este preciado elemento, ya comienza a secarse. De hecho, es cada año más común ver en los medios casos de ciudadanos de la zona que simplemente no tienen agua para subsistir, pues se les secó el pozo, la vertiente, o el estero, necesitando así apoyo del Gobierno Regional, el cual se basa mayormente en los indignos, costosos y contaminantes camiones aljibe. Sin embargo, a medida que el problema continúa agravándose, quienes toman decisiones estratégicas no hacen nada por enfrentar este monstruo que se avecina y que no perdona a nadie: la escasez hídrica.
Considerando lo anterior, es urgente tomar este importante tema social, económico y ambiental con la seriedad que merece, y comenzar a trabajar con miras a futuro, anticipándonos a lo que se viene y solucionando los problemas antes que ocurran. Al respecto, la hidrología como ciencia es fundamental para asegurar la sustentabilidad de los recursos hídricos en nuestra Región. Instrumentación, investigación, fiscalización, eficiencia, educación, tecnologías de última generación, son solo unos cuantos vértices de lo que se debe aplicar para no sufrir como sufre, por ejemplo, gran parte de la zona central de nuestro país. Por ejemplo, el reemplazo de camiones aljibe por máquinas condensadoras de humedad (producción de cientos de litros diarios de agua desde el aire, mediante energía solar), tratamiento de aguas de alcantarillado o residuos industriales para su uso potable o agrícola, captación y almacenamiento de aguas lluvia, entre muchas otras medidas, ya deberían ser una práctica común en la zona, pero lamentablemente esperamos a que los problemas se presenten para solucionarlos. Debemos asegurarnos ahora de que nuestros lagos no se van a secar, como ocurrió por ejemplo en Aculeo.
Siendo el agua el recurso más importante que tenemos, expreso mi preocupación y compromiso por gestionarla como se debe, escuchando a la ciencia y haciendo lo que se deba, según el caso, para así asegurar la sustentabilidad en la Región.