La otra mirada, la urgente
Por Milagros Bonavia, Directora de Personas y Cultura en Apiux Tecnología.
Hace pocos días regresó a la Comisión de Trabajo y Previsión Social la discusión que busca modificar el código de trabajo en relación a la inclusión de personas con discapacidad y asignatarias de pensión de invalidez. Aunque estos temas suelen sacudir escenarios políticos, es una responsabilidad que los empleadores también deberían poner constantemente sobre la mesa.
El panorama de la inclusión laboral en el mundo hoy no es alentador: las personas con discapacidad tienen 50% menos probabilidades de conseguir empleo, según el Foro Económico Mundial. Esto nos enfrenta a una crisis mundial de inclusión de la discapacidad, ya que hay unos 1.300 millones de personas que hacen parte de esta población hoy en el mundo.
Cuando las empresas empleadoras hablan de inclusión deberían considerar mucho más que incorporar un número de personas exigido por la ley. Es importante ampliar la mirada y entender el valioso aporte del enfoque DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en los equipos empresariales.
Solo por dar un ejemplo, una investigación de Harvard Business Review encontró que los empleados con discapacidad no solo forman un gran grupo de talentos, sino que son potencialmente innovadores: el 75% de ellos afirma tener una idea que generaría valor para su empresa (frente al 66% de los empleados sin discapacidades).
Sin embargo, las personas con discapacidades con frecuencia enfrentan discriminación, prejuicios, exclusión y estancamiento profesional en el lugar de trabajo. Es ahí donde nos preguntamos: ¿Qué estamos haciendo las empresas para fomentar una cultura DEI desde dentro?, ¿seguiremos contratando personas con discapacidad por cumplir una cuota o iremos más allá?
Esta discusión también toca en especial a las empresas de tecnología, como Apiux. La industria del software se ha distinguido de otras por su promesa de construir un nuevo futuro. Sabemos que a pesar de lo avanzados que podemos ser en aspectos técnicos, sufrimos de estancamiento en ser compañías más diversas, equitativas e inclusivas. Hacer un autodiagnóstico y tener la convicción de que esto debe cambiar es un primer paso.
Lo siguiente es que como empresa de tecnología asumamos nuestra responsabilidad de crear un futuro que incluya otras miradas, personas, perspectivas y relatos. La otra mirada es cada vez más urgente, pero no es algo que podamos lograr solos. En nuestro camino hemos encontrado organizaciones aliadas que nos permiten tener esta otra mirada de una manera más profesional y preparada. Ese ha sido el inicio de una cultura DEI que queremos impulsar con más fuerza que nunca en 2022.
Nos proponemos ser una empresa que abraza la diversidad, equidad e inclusión e invitamos a toda la industria tecnológica en Chile a hacerlo también. No esperemos que una ley sea la que nos marque el paso, hagámoslo nosotros desde nuestra cultura.
Fuente: fbascunan@e-press.cl
Hace pocos días regresó a la Comisión de Trabajo y Previsión Social la discusión que busca modificar el código de trabajo en relación a la inclusión de personas con discapacidad y asignatarias de pensión de invalidez. Aunque estos temas suelen sacudir escenarios políticos, es una responsabilidad que los empleadores también deberían poner constantemente sobre la mesa.
El panorama de la inclusión laboral en el mundo hoy no es alentador: las personas con discapacidad tienen 50% menos probabilidades de conseguir empleo, según el Foro Económico Mundial. Esto nos enfrenta a una crisis mundial de inclusión de la discapacidad, ya que hay unos 1.300 millones de personas que hacen parte de esta población hoy en el mundo.
Cuando las empresas empleadoras hablan de inclusión deberían considerar mucho más que incorporar un número de personas exigido por la ley. Es importante ampliar la mirada y entender el valioso aporte del enfoque DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en los equipos empresariales.
Solo por dar un ejemplo, una investigación de Harvard Business Review encontró que los empleados con discapacidad no solo forman un gran grupo de talentos, sino que son potencialmente innovadores: el 75% de ellos afirma tener una idea que generaría valor para su empresa (frente al 66% de los empleados sin discapacidades).
Sin embargo, las personas con discapacidades con frecuencia enfrentan discriminación, prejuicios, exclusión y estancamiento profesional en el lugar de trabajo. Es ahí donde nos preguntamos: ¿Qué estamos haciendo las empresas para fomentar una cultura DEI desde dentro?, ¿seguiremos contratando personas con discapacidad por cumplir una cuota o iremos más allá?
Esta discusión también toca en especial a las empresas de tecnología, como Apiux. La industria del software se ha distinguido de otras por su promesa de construir un nuevo futuro. Sabemos que a pesar de lo avanzados que podemos ser en aspectos técnicos, sufrimos de estancamiento en ser compañías más diversas, equitativas e inclusivas. Hacer un autodiagnóstico y tener la convicción de que esto debe cambiar es un primer paso.
Lo siguiente es que como empresa de tecnología asumamos nuestra responsabilidad de crear un futuro que incluya otras miradas, personas, perspectivas y relatos. La otra mirada es cada vez más urgente, pero no es algo que podamos lograr solos. En nuestro camino hemos encontrado organizaciones aliadas que nos permiten tener esta otra mirada de una manera más profesional y preparada. Ese ha sido el inicio de una cultura DEI que queremos impulsar con más fuerza que nunca en 2022.
Nos proponemos ser una empresa que abraza la diversidad, equidad e inclusión e invitamos a toda la industria tecnológica en Chile a hacerlo también. No esperemos que una ley sea la que nos marque el paso, hagámoslo nosotros desde nuestra cultura.
Fuente: fbascunan@e-press.cl