Vecinos de Osorno reclaman por prohibición de instalar calefacción a leña en viviendas nuevas
Decenas de familias de la Villa Nueva Esperanza 2, en el sector de Ovejería en Osorno, acusan que la inmobiliaria INSOC les prohíbe instalar sistemas de calefacción a leña en sus viviendas recién entregadas. Esta medida los ha forzado a utilizar alternativas eléctricas o a pellet, cuyo elevado costo de operación ha generado deudas. Los afectados exigen una reunión urgente con la empresa, la constructora y el SERVIU para encontrar una solución definitiva a una problemática que se agrava con la llegada de las bajas temperaturas.
Un conflicto enfrentan los residentes de la Villa Nueva Esperanza 2 en Osorno, un conjunto habitacional recientemente inaugurado en el sector de Ovejería, en la ciudad de Osorno. Los vecinos denuncian que la inmobiliaria a cargo del proyecto, INSOC, les ha prohibido de manera explícita la instalación de estufas a leña, el sistema de calefacción más accesible y tradicional en la zona, obligándolos a depender exclusivamente de alternativas eléctricas o a pellet, las que implican un desembolso económico significativamente mayor que muchas de estas familias no pueden sostener.
La imposibilidad de calefaccionar adecuadamente sus hogares, debido a los altos costos operativos, ha traído consecuencias directas y alarmantes para la salud de la comunidad. Según han manifestado los propios afectados, la situación ha derivado en un preocupante aumento de enfermedades respiratorias, afectando con especial dureza a los grupos más vulnerables: lactantes, niños pequeños y adultos mayores. El frío y la humedad constantes al interior de las viviendas se han convertido en el principal factor de riesgo para la salud de decenas de personas.
La carga financiera se ha vuelto insostenible para muchos. Los residentes reportan haber recibido boletas de electricidad con montos que alcanzan hasta los $100.000, una cifra desproporcionada para el presupuesto de familias que accedieron a estas viviendas a través de programas habitacionales. Esta situación ha empujado a algunas de ellas a tomar medidas desesperadas. Se han registrado casos críticos, como el de una madre que se vio forzada a abandonar temporalmente su hogar para proteger la salud de su bebé, o el de otra familia que debió endeudarse por un millón de pesos para poder instalar un sistema de aire acondicionado como única solución viable para combatir el frío.
La controversia se agudiza ante la existencia -según los vecinos-, de información contradictoria entre las entidades responsables. Mientras los vecinos aseguran que la inmobiliaria INSOC mantiene una prohibición estricta sobre el uso de leña, afirman también que desde el Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) —entidad pública que participa en la gestión de proyectos habitacionales de interés social— se les habría indicado que la instalación de este tipo de calefacción sí estaría permitida. Esta discrepancia ha generado confusión e impotencia entre los residentes, quienes se sienten atrapados entre disposiciones aparentemente opuestas.
Frente a este complejo escenario, los vecinos se han organizado para exigir una respuesta formal y una solución concreta. Han solicitado con carácter de urgencia una reunión tripartita en la que participen representantes de la inmobiliaria INSOC, la empresa constructora a cargo de las obras y autoridades del SERVIU de la región. El objetivo es clarificar las normativas, exponer la insostenible situación que viven y encontrar una salida que garantice su derecho a una vivienda digna y segura.
A la problemática central de la calefacción se suman otras deficiencias estructurales que han afectado a los residentes desde que recibieron sus casas. Han denunciado constantes problemas de filtraciones de agua y humedad en diversas áreas de las viviendas, lo que no solo deteriora la infraestructura, sino que también agrava las condiciones de salubridad. Como si fuera poco, un desorden administrativo añade más dificultades a la vida diaria: la entrega de las boletas de servicios básicos, como luz y agua, se realiza de forma irregular, llegando la totalidad de las cuentas a un solo domicilio, desde donde deben ser redistribuidas manualmente entre todos los vecinos del conjunto habitacional.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó
Un conflicto enfrentan los residentes de la Villa Nueva Esperanza 2 en Osorno, un conjunto habitacional recientemente inaugurado en el sector de Ovejería, en la ciudad de Osorno. Los vecinos denuncian que la inmobiliaria a cargo del proyecto, INSOC, les ha prohibido de manera explícita la instalación de estufas a leña, el sistema de calefacción más accesible y tradicional en la zona, obligándolos a depender exclusivamente de alternativas eléctricas o a pellet, las que implican un desembolso económico significativamente mayor que muchas de estas familias no pueden sostener.
La imposibilidad de calefaccionar adecuadamente sus hogares, debido a los altos costos operativos, ha traído consecuencias directas y alarmantes para la salud de la comunidad. Según han manifestado los propios afectados, la situación ha derivado en un preocupante aumento de enfermedades respiratorias, afectando con especial dureza a los grupos más vulnerables: lactantes, niños pequeños y adultos mayores. El frío y la humedad constantes al interior de las viviendas se han convertido en el principal factor de riesgo para la salud de decenas de personas.
La carga financiera se ha vuelto insostenible para muchos. Los residentes reportan haber recibido boletas de electricidad con montos que alcanzan hasta los $100.000, una cifra desproporcionada para el presupuesto de familias que accedieron a estas viviendas a través de programas habitacionales. Esta situación ha empujado a algunas de ellas a tomar medidas desesperadas. Se han registrado casos críticos, como el de una madre que se vio forzada a abandonar temporalmente su hogar para proteger la salud de su bebé, o el de otra familia que debió endeudarse por un millón de pesos para poder instalar un sistema de aire acondicionado como única solución viable para combatir el frío.
La controversia se agudiza ante la existencia -según los vecinos-, de información contradictoria entre las entidades responsables. Mientras los vecinos aseguran que la inmobiliaria INSOC mantiene una prohibición estricta sobre el uso de leña, afirman también que desde el Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) —entidad pública que participa en la gestión de proyectos habitacionales de interés social— se les habría indicado que la instalación de este tipo de calefacción sí estaría permitida. Esta discrepancia ha generado confusión e impotencia entre los residentes, quienes se sienten atrapados entre disposiciones aparentemente opuestas.
Frente a este complejo escenario, los vecinos se han organizado para exigir una respuesta formal y una solución concreta. Han solicitado con carácter de urgencia una reunión tripartita en la que participen representantes de la inmobiliaria INSOC, la empresa constructora a cargo de las obras y autoridades del SERVIU de la región. El objetivo es clarificar las normativas, exponer la insostenible situación que viven y encontrar una salida que garantice su derecho a una vivienda digna y segura.
A la problemática central de la calefacción se suman otras deficiencias estructurales que han afectado a los residentes desde que recibieron sus casas. Han denunciado constantes problemas de filtraciones de agua y humedad en diversas áreas de las viviendas, lo que no solo deteriora la infraestructura, sino que también agrava las condiciones de salubridad. Como si fuera poco, un desorden administrativo añade más dificultades a la vida diaria: la entrega de las boletas de servicios básicos, como luz y agua, se realiza de forma irregular, llegando la totalidad de las cuentas a un solo domicilio, desde donde deben ser redistribuidas manualmente entre todos los vecinos del conjunto habitacional.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó