Crisis del acero en Latinoamérica

Crisis del acero en Latinoamérica
La industria siderúrgica de América Latina enfrenta una profunda crisis tras décadas de estancamiento, con un descenso significativo en la producción de acero y una competencia creciente de importaciones baratas desde China. Según datos de la World Steel Association (WSA), la participación de la región en la producción mundial de acero ha disminuido del 6,6% en 2000 al 3,1% en 2023.

En el año 2000, América Latina se propuso fortalecer su sector manufacturero para reducir su dependencia de la exportación de materias primas, que generan empleos menos calificados y de menores salarios comparados con la manufactura. El acero, una aleación esencial de hierro y carbono, fue visto como clave para esta transición, dado su uso en una amplia gama de productos, desde la construcción hasta la tecnología.

Sin embargo, la región nunca logró el despegue esperado en el sector siderúrgico. Mientras que en 2000 se producían 56 millones de toneladas de acero, esta cifra solo aumentó levemente a 67,6 millones en 2011, antes de comenzar a descender hasta los 58,3 millones en el último año. Este declive se atribuye en gran medida al impacto de las importaciones de acero chino, que ha sido acusado de prácticas de "dumping" por vender productos por debajo del costo de mercado, dificultando la competencia.

Alejandro Wagner, Director Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), con sede en Sao Paulo, Brasil, ha señalado a China como el principal culpable de la crisis. Alacero ha denunciado que la sobreproducción china y las políticas de subsidios estatales han permitido que China aumente su producción de acero en casi un 700% desde 2000, dominando el mercado mundial con una participación que pasó del 15% al 54% en 2023, señala un artículo de Veronica Smink Role, publicado en BBC News Mundo.

Las consecuencias de esta competencia desleal son palpables en la región. Siderúrgicas como Huachipato en Chile y Gerdau en Brasil han tenido que suspender operaciones y reducir personal debido a la incapacidad de competir con los bajos precios del acero chino. Esta situación pone en riesgo aproximadamente 1.4 millones de empleos generados por la industria en América Latina.

Ante este escenario, países como México han respondido con aranceles significativos para proteger su industria nacional, pero otros países de la región se enfrentan a limitaciones para hacer lo mismo, dada su dependencia comercial con China. Además, enfrentan el riesgo de represalias y desafíos en organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En un contexto más amplio, la transición global hacia la neutralidad de carbono podría ofrecer una ventaja competitiva para la siderurgia latinoamericana. La producción de acero en la región es considerablemente más limpia en términos de emisiones de CO2 comparada con la china. Esto podría ser crucial a medida que más países y empresas busquen reducir su huella de carbono.

El futuro de la industria siderúrgica latinoamericana dependerá de su capacidad para adaptarse y competir en un mercado global cada vez más enfocado en la sostenibilidad y la eficiencia energética. A pesar de los desafíos actuales, hay un optimismo cauteloso de que con políticas adecuadas y un enfoque en la energía limpia, la región puede revertir el proceso de desindustrialización y crear empleos de alta calidad que contribuyan a la prosperidad económica.


Fuente información: https://www.bbc.com/mundo/articles/cprgz4282ndo

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