¿Cómo elegir el mejor jardín infantil para tu hijo? Claves de una experta
Jardines infantiles en Chile: lo que todo padre debe saber antes de tomar una decisión.
Elegir un jardín infantil para nuestros hijos es una decisión crucial que puede impactar significativamente en su desarrollo y bienestar. Sabrina Devia Storga, educadora de párvulos y académica de la Universidad Central, abordó este tema en una reciente entrevista para Paislobo Prensa, donde entregó herramientas prácticas para identificar un espacio educativo seguro, estimulante y de calidad.
La educación parvularia es fundamental, no solo como una etapa de aprendizaje integral para los niños, sino también como una garantía de su derecho a la educación desde sus primeros años. Sabrina Devia explicó que, aunque muchas familias priorizan aspectos prácticos, como la cercanía del establecimiento al hogar o al lugar de trabajo, es esencial poner el foco en el proyecto educativo del jardín infantil. "La decisión debe basarse en qué queremos que nuestros hijos aprendan y cómo queremos que se desarrollen", afirmó la especialista.
Un proyecto educativo claro y bien definido es el primer indicador de un jardín infantil de calidad. Este documento, que es obligatorio para todos los jardines infantiles certificados en Chile, debe describir la visión y enfoque pedagógico del establecimiento. Según Devia, algunos de los enfoques más comunes son Montessori, Waldorf, Reggio Emilia o modelos integrales y cognitivos.
"Es importante que los padres consulten directamente con el sostenedor o director del establecimiento para conocer el proyecto educativo y asegurarse de que sea coherente con los valores y expectativas familiares", recomendó Devia.
Además, destacó que el jardín infantil debe estar certificado por el Ministerio de Educación, con reconocimiento oficial o autorización de funcionamiento, para garantizar que cumple con los estándares mínimos de calidad.
En Chile, la educación parvularia se rige por las bases curriculares del Ministerio de Educación, que buscan un desarrollo integral en los niños. Este enfoque abarca áreas como el desarrollo emocional, social, cognitivo y físico, sin priorizar un área específica como matemáticas o lenguaje, como ocurre en niveles escolares posteriores.
"No se trata de enseñar asignaturas, sino de propender al desarrollo integral del niño o la niña, atendiendo también aspectos básicos como los cuidados, que son fundamentales en las primeras etapas de vida", explicó Devia. Esto incluye la autonomía, la interacción con otros y el aprendizaje a través del juego.
Una de las inquietudes más comunes de los apoderados es la seguridad y calidad de los jardines infantiles. Sabrina Devia hizo hincapié en que los establecimientos deben contar con certificaciones oficiales del Ministerio de Educación. "Si un jardín infantil no tiene reconocimiento oficial ni autorización de funcionamiento, podría estar funcionando de manera irregular, enfocándose solo en el cuidado y dejando de lado el componente educativo", advirtió.
En relación a otros servicios como guarderías o after-school, Devia señaló que muchas veces estos se centran únicamente en el cuidado, sin cumplir con los estándares pedagógicos obligatorios. Por ello, instó a los padres a verificar que el lugar elegido sea un jardín infantil formal, con profesionales capacitados en educación parvularia.
Respecto al uso de cámaras de vigilancia en los jardines infantiles, Devia expresó que, aunque estos sistemas ofrecen tranquilidad a las familias, también pueden ser contraproducentes. "La oferta pública no cuenta con cámaras, y confiar en los equipos profesionales certificados debería ser suficiente", aseguró. Además, destacó que el uso de cámaras podría generar tensiones laborales en los equipos educativos.
Otro aspecto relevante es la duración de la jornada. Sabrina Devia recomendó optar, en la medida de lo posible, por jornadas de medio día, especialmente para niños menores de tres años, a fin de equilibrar su tiempo en el jardín con el tiempo en familia. "La familia es el primer educador, y tercerizar completamente el cuidado de los niños pequeños puede no ser lo ideal", señaló. No obstante, reconoció que las necesidades laborales muchas veces obligan a elegir opciones con jornadas extendidas.
Sabrina Devia también reflexionó sobre la situación de la educación parvularia en el país. Aunque existe una ley que establece el kinder como obligatorio, esta no se encuentra plenamente implementada debido a la falta de infraestructura en zonas rurales y localidades más aisladas. "La educación inicial es clave, y debería ser una prioridad para las políticas públicas y la inversión estatal, porque impacta directamente en el desarrollo de ciudadanos más preparados y autónomos", concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra
Elegir un jardín infantil para nuestros hijos es una decisión crucial que puede impactar significativamente en su desarrollo y bienestar. Sabrina Devia Storga, educadora de párvulos y académica de la Universidad Central, abordó este tema en una reciente entrevista para Paislobo Prensa, donde entregó herramientas prácticas para identificar un espacio educativo seguro, estimulante y de calidad.
La educación parvularia es fundamental, no solo como una etapa de aprendizaje integral para los niños, sino también como una garantía de su derecho a la educación desde sus primeros años. Sabrina Devia explicó que, aunque muchas familias priorizan aspectos prácticos, como la cercanía del establecimiento al hogar o al lugar de trabajo, es esencial poner el foco en el proyecto educativo del jardín infantil. "La decisión debe basarse en qué queremos que nuestros hijos aprendan y cómo queremos que se desarrollen", afirmó la especialista.
Un proyecto educativo claro y bien definido es el primer indicador de un jardín infantil de calidad. Este documento, que es obligatorio para todos los jardines infantiles certificados en Chile, debe describir la visión y enfoque pedagógico del establecimiento. Según Devia, algunos de los enfoques más comunes son Montessori, Waldorf, Reggio Emilia o modelos integrales y cognitivos.
"Es importante que los padres consulten directamente con el sostenedor o director del establecimiento para conocer el proyecto educativo y asegurarse de que sea coherente con los valores y expectativas familiares", recomendó Devia.
Además, destacó que el jardín infantil debe estar certificado por el Ministerio de Educación, con reconocimiento oficial o autorización de funcionamiento, para garantizar que cumple con los estándares mínimos de calidad.
En Chile, la educación parvularia se rige por las bases curriculares del Ministerio de Educación, que buscan un desarrollo integral en los niños. Este enfoque abarca áreas como el desarrollo emocional, social, cognitivo y físico, sin priorizar un área específica como matemáticas o lenguaje, como ocurre en niveles escolares posteriores.
"No se trata de enseñar asignaturas, sino de propender al desarrollo integral del niño o la niña, atendiendo también aspectos básicos como los cuidados, que son fundamentales en las primeras etapas de vida", explicó Devia. Esto incluye la autonomía, la interacción con otros y el aprendizaje a través del juego.
Una de las inquietudes más comunes de los apoderados es la seguridad y calidad de los jardines infantiles. Sabrina Devia hizo hincapié en que los establecimientos deben contar con certificaciones oficiales del Ministerio de Educación. "Si un jardín infantil no tiene reconocimiento oficial ni autorización de funcionamiento, podría estar funcionando de manera irregular, enfocándose solo en el cuidado y dejando de lado el componente educativo", advirtió.
En relación a otros servicios como guarderías o after-school, Devia señaló que muchas veces estos se centran únicamente en el cuidado, sin cumplir con los estándares pedagógicos obligatorios. Por ello, instó a los padres a verificar que el lugar elegido sea un jardín infantil formal, con profesionales capacitados en educación parvularia.
Respecto al uso de cámaras de vigilancia en los jardines infantiles, Devia expresó que, aunque estos sistemas ofrecen tranquilidad a las familias, también pueden ser contraproducentes. "La oferta pública no cuenta con cámaras, y confiar en los equipos profesionales certificados debería ser suficiente", aseguró. Además, destacó que el uso de cámaras podría generar tensiones laborales en los equipos educativos.
Otro aspecto relevante es la duración de la jornada. Sabrina Devia recomendó optar, en la medida de lo posible, por jornadas de medio día, especialmente para niños menores de tres años, a fin de equilibrar su tiempo en el jardín con el tiempo en familia. "La familia es el primer educador, y tercerizar completamente el cuidado de los niños pequeños puede no ser lo ideal", señaló. No obstante, reconoció que las necesidades laborales muchas veces obligan a elegir opciones con jornadas extendidas.
Sabrina Devia también reflexionó sobre la situación de la educación parvularia en el país. Aunque existe una ley que establece el kinder como obligatorio, esta no se encuentra plenamente implementada debido a la falta de infraestructura en zonas rurales y localidades más aisladas. "La educación inicial es clave, y debería ser una prioridad para las políticas públicas y la inversión estatal, porque impacta directamente en el desarrollo de ciudadanos más preparados y autónomos", concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra