El secreto detrás de por qué amas u odias el cilantro

El secreto detrás de por qué amas u odias el cilantro
¿Tu ADN tiene la culpa? Descubren el gen relacionado con el rechazo al cilantro

Un estudio reciente publicado en la revista Flavour ha explorado las bases genéticas detrás de la percepción del sabor del cilantro, una hierba que divide opiniones. La investigación se centró en identificar por qué algunas personas describen su sabor como jabonoso, mientras que para otras resulta atractivo. Para ello, se analizaron datos de 14,604 participantes de ascendencia europea, quienes informaron sus percepciones sobre el cilantro en un análisis de asociación del genoma completo.

Los resultados del estudio identificaron una fuerte asociación con el polimorfismo de un solo nucleótido (SNP) rs72921001, situado en un grupo de genes del cromosoma 11 que codifican receptores olfativos. Estos genes, en particular OR6A2, tienen alta afinidad con ciertos aldehídos presentes en el cilantro que le otorgan su aroma distintivo. Este descubrimiento sugiere que la percepción del sabor está influenciada directamente por receptores específicos en nuestro sistema olfativo.

La presencia del alelo A en el SNP rs72921001 mostró estar relacionada con una menor probabilidad de que el cilantro se perciba como jabonoso. Esto indica que variaciones genéticas en los receptores olfativos pueden influir significativamente en la aversión hacia esta hierba. Sin embargo, no todas las personas con esta variante genética tienen la misma experiencia sensorial, lo que apunta a factores adicionales en juego.

A pesar de la conexión genética identificada, la heredabilidad de esta percepción es baja, estimada en un 8.7%. Esto sugiere que factores culturales, ambientales y de exposición a la hierba también desempeñan un papel importante. Las preferencias alimenticias pueden moldearse a través de la experiencia y el entorno, lo que explica por qué las opiniones sobre el cilantro varían ampliamente incluso dentro de familias.

Este estudio no solo refuerza la idea de que las preferencias alimenticias tienen una base genética, sino que también destaca la interacción compleja entre biología y cultura en la percepción del sabor. Los hallazgos podrían abrir nuevas líneas de investigación sobre cómo los receptores olfativos influyen en la dieta y en la aceptación de ciertos alimentos, aportando un enfoque más personalizado a las recomendaciones alimenticias en el futuro.

Fuente información: https://flavourjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/2044-7248-1-22
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