Ritos de Año Nuevo: simbolismo y tradición

El simbolismo detrás de los ritos de Año Nuevo: una reflexión sociológica

Con la llegada del Año Nuevo, muchas personas alrededor del mundo recurren a ritos y tradiciones cargados de simbolismo. Desde comer lentejas hasta salir con maletas para atraer viajes, estas prácticas representan deseos y esperanzas para el nuevo ciclo. En una entrevista con País Lobo, el sociólogo y académico de la Universidad Central, Rodrigo Larraín, exploró las raíces y significados de estas costumbres.

Larraín explicó que los ritos de Año Nuevo reflejan las aspiraciones positivas de las personas, como prosperidad, amor o salud. “Son acciones simbólicas que concentran las esperanzas de la gente. Por ejemplo, las lentejas simbolizan abundancia porque son nutritivas, y la ropa interior amarilla rememora las antiguas bolsas donde se guardaban monedas de oro, asociadas a la fortuna”, detalló.

Aunque estas prácticas no tienen base científica, forman parte del pensamiento mágico que permite a las personas proyectar sus deseos en acciones concretas. Además, suelen ser comunitarias, reforzando los lazos sociales. “Hacer estos ritos en compañía de amigos o familiares refuerza la sensación de pertenencia y apoyo mutuo”, destacó el sociólogo.

Larraín señaló que estas tradiciones no son estáticas, sino que evolucionan con el tiempo y las circunstancias. “Antes escribíamos los deseos a mano, ahora usamos el computador. Quizás en el futuro, la inteligencia artificial desempeñe un rol en estos rituales”, comentó. También destacó cómo las costumbres varían según la región: en Chile, las lentejas son populares, mientras que en otros países se comen uvas o frutos secos.

Más allá de su efectividad, Larraín subrayó la importancia del simbolismo en la vida humana. “Nuestra vida está llena de símbolos que aprendemos colectivamente, desde cómo nos vestimos hasta con quién compartimos ciertos momentos. Los ritos de Año Nuevo refuerzan esos lazos simbólicos, ayudándonos a enfrentar un nuevo ciclo con optimismo”, explicó.

Para el sociólogo, estas prácticas no solo son una forma de proyectar deseos, sino también una oportunidad para reforzar los vínculos sociales y familiares. “No hay nada peor para el ser humano que la soledad. Estos ritos nos recuerdan que somos parte de algo más grande, y eso nos da protección y sentido”, concluyó.

Con un día para despedir el año, estas tradiciones cobrarán vida nuevamente en hogares de todo el mundo, adaptándose a las circunstancias y culturas, pero manteniendo su esencia simbólica de esperanza y unidad.


Fuente información: Rocío Gambra
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