Experto cuestiona debate sobre voto migrante en Chile: "Es evidente que hay un cálculo político"
El académico y analista de la Universidad Central, Gustavo Campos, abordó en una entrevista con PL Prensa la discusión sobre el voto migrante en Chile, especialmente de cara a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. Campos señaló que si bien el debate es legítimo, realizarlo a pocos meses de los comicios genera incertidumbre y cuestiona la seriedad del sistema electoral chileno. Advirtió sobre la inconveniencia de modificar las normativas electorales "casi encima de que se empieza a jugar el partido", sugiriendo que detrás de la premura existiría un "cálculo político" por parte de algunos sectores. El experto enfatizó que la legislación actual permite el voto de extranjeros con más de cinco años de residencia, y que la obligatoriedad del sufragio, al igual que para los chilenos, se aplica a quienes estén inscritos en el padrón electoral. Comparó la situación de Chile con otras naciones, indicando que a nivel internacional existe mayor consenso para el voto migrante en elecciones locales que en presidenciales.
En un contexto de creciente debate sobre la participación electoral de los extranjeros residentes en Chile, el académico y analista de la Universidad Central, Gustavo Campos, entregó su perspectiva en una entrevista concedida a PL Prensa. El experto profundizó en la normativa vigente, las implicancias de posibles modificaciones y la comparación con la legislación internacional.
Actualmente, la ley chilena otorga el derecho a voto a los extranjeros que acrediten más de cinco años de residencia continua en el país. "Es un derecho adquirido que tienen los extranjeros que obtienen la ciudadanía", explicó Campos, aunque precisó que el derecho a voto no está necesariamente ligado de forma automática a la obtención de la visa permanente, sino que puede requerir una tramitación adicional. Con la reciente reinstauración del voto obligatorio en Chile, esta condición se extiende a todos los integrantes del padrón electoral, incluyendo a los migrantes habilitados.
Campos destacó que la discusión sobre el voto migrante ha cobrado relevancia debido al significativo flujo migratorio que ha experimentado Chile en los últimos años. "Esta normativa lleva muchos años, sin embargo, el tema de la inmigración está siendo relevante para nuestro país en los últimos años y esto puede generar modificaciones en el padrón electoral, por cierto, y en los resultados electorales", comentó.
Una de las preocupaciones que surgen en el debate público es la situación de aquellas personas que ingresaron al país de manera irregular. Al respecto, Campos aclaró: "Si una persona ingresa de manera irregular, pero después en función de las distintas disposiciones legales o incluso administrativas logra regularizar su situación, en el fondo se entiende que es una persona regular y por lo tanto no la forma de ingreso no necesariamente puede implicar que no tenga derecho a votar". Enfatizó que existe un proceso y requisitos que cumplir, incluyendo los cinco años de residencia legal, antes de acceder al derecho a sufragio, desmitificando la idea de una participación inmediata tras un ingreso irregular.
Al analizar la situación chilena en el contexto internacional, Campos señaló que la participación de migrantes en elecciones municipales o locales cuenta con un amplio consenso. "La lógica que predomina acá es principalmente decir que resulta razonable que un extranjero o un inmigrante regular, pueda opinar respecto a los asuntos que directamente afectan su vida cotidiana", indicó. Esto se debe a la contribución directa de los migrantes a la vida local a través del pago de impuestos y permisos.
Sin embargo, la discusión se torna más compleja en lo referente a elecciones presidenciales y parlamentarias. "Ahí los países tienen mayor diversidad de criterios y es un poco lo que hoy día está planteando el gobierno (chileno). O sea, hace sentido que elijan a nivel local, pero no necesariamente a nivel presidencial o inclusive parlamentario", sostuvo Campos. Argumentó que en el ámbito internacional existe un "sesgo relativamente restrictivo respecto a la elección de presidente", asociado a la idea tradicional de que sean los nacionales quienes elijan a las máximas autoridades. No obstante, reconoció que esta visión se está revisando en un mundo globalizado.
La controversia en Chile se intensifica por la proximidad de las elecciones presidenciales y parlamentarias. "Estamos muy encima del proceso discutiendo quiénes pueden votar o no. Eso la verdad es que en ninguna parte del mundo se ve muy serio y tampoco es muy recomendable", criticó el académico. Campos fue enfático al señalar: "Uno esperaría que a pocos meses de una elección presidencial tengamos claros quiénes son los que votan. De lo contrario estamos modificando las reglas del juego casi encima de que se empieza a jugar el partido".
El analista sugirió que la premura en este debate podría responder a motivaciones políticas. "Es evidente que hay un cálculo político en esto y ese cálculo que puede ser muy de corto plazo le quita seriedad a un sistema electoral que en el caso chileno es bastante ejemplar", afirmó. Cuestionó por qué esta discusión no se abordó con anterioridad, por ejemplo, antes de las elecciones municipales.
Campos también se refirió a la hipótesis que manejan algunos sectores oficialistas respecto a una supuesta tendencia del voto migrante hacia opciones de centroderecha, especialmente de aquellos provenientes de países con gobiernos de izquierda. "Esa es la hipótesis que hoy día están manejando algunos sectores oficialistas que hacen que pongan su intención en restringir la obligatoriedad o derechamente el derecho a voto de los extranjeros en las elecciones presidenciales y parlamentarias", explicó. Sin embargo, consideró que esta presunción responde más a la "intuición que de la evidencia" y que sería un "muy mal argumento para hacer un cambio de fondo en las reglas del juego".
El académico advirtió que este tipo de maniobras, percibidas como un acomodo de la clase política a un escenario electoral, minan la confianza ciudadana en las instituciones. "Lo que se ve acá es una clase política acomodándose sacando cuentas cortas con la calculadora, en vez de pensar por el bien del país", sentenció.
La obligatoriedad del voto, tanto para chilenos como para extranjeros habilitados, introduce un factor de incertidumbre en los análisis electorales. A diferencia del voto voluntario, donde participan electores más politizados, el voto obligatorio incorpora a ciudadanos menos predecibles, que no necesariamente consumen política y deciden su voto a último minuto. Esto, según Campos, desafía a las encuestadoras y analistas.
De no mediar cambios legislativos, el sistema actual se mantendrá: extranjeros con más de cinco años de residencia, inscritos en el padrón, estarán obligados a votar en todas las elecciones, al igual que los ciudadanos chilenos.
Finalmente, Gustavo Campos reiteró su llamado a la prudencia y al respeto por la institucionalidad. "Si nosotros queremos fortalecer nuestras instituciones, este tipo de discusiones las podemos tener, pero no a pocos meses de tener la elección", concluyó. Insistió en que "cambiar las reglas tan cerca nunca se va a ver bien, independiente a quién favorezca o no la calculadora". Su análisis subraya la importancia de la oportunidad y la seriedad en los debates que afectan los fundamentos del sistema democrático chileno.
Fuente información: Rocío Gambra
Esta nota podría tener imágenes de: https://pixabay.com/es/ - https://unsplash.com/
Actualmente, la ley chilena otorga el derecho a voto a los extranjeros que acrediten más de cinco años de residencia continua en el país. "Es un derecho adquirido que tienen los extranjeros que obtienen la ciudadanía", explicó Campos, aunque precisó que el derecho a voto no está necesariamente ligado de forma automática a la obtención de la visa permanente, sino que puede requerir una tramitación adicional. Con la reciente reinstauración del voto obligatorio en Chile, esta condición se extiende a todos los integrantes del padrón electoral, incluyendo a los migrantes habilitados.
Campos destacó que la discusión sobre el voto migrante ha cobrado relevancia debido al significativo flujo migratorio que ha experimentado Chile en los últimos años. "Esta normativa lleva muchos años, sin embargo, el tema de la inmigración está siendo relevante para nuestro país en los últimos años y esto puede generar modificaciones en el padrón electoral, por cierto, y en los resultados electorales", comentó.
Una de las preocupaciones que surgen en el debate público es la situación de aquellas personas que ingresaron al país de manera irregular. Al respecto, Campos aclaró: "Si una persona ingresa de manera irregular, pero después en función de las distintas disposiciones legales o incluso administrativas logra regularizar su situación, en el fondo se entiende que es una persona regular y por lo tanto no la forma de ingreso no necesariamente puede implicar que no tenga derecho a votar". Enfatizó que existe un proceso y requisitos que cumplir, incluyendo los cinco años de residencia legal, antes de acceder al derecho a sufragio, desmitificando la idea de una participación inmediata tras un ingreso irregular.
Comparativa internacional y propuestas de modificación
Al analizar la situación chilena en el contexto internacional, Campos señaló que la participación de migrantes en elecciones municipales o locales cuenta con un amplio consenso. "La lógica que predomina acá es principalmente decir que resulta razonable que un extranjero o un inmigrante regular, pueda opinar respecto a los asuntos que directamente afectan su vida cotidiana", indicó. Esto se debe a la contribución directa de los migrantes a la vida local a través del pago de impuestos y permisos.
Sin embargo, la discusión se torna más compleja en lo referente a elecciones presidenciales y parlamentarias. "Ahí los países tienen mayor diversidad de criterios y es un poco lo que hoy día está planteando el gobierno (chileno). O sea, hace sentido que elijan a nivel local, pero no necesariamente a nivel presidencial o inclusive parlamentario", sostuvo Campos. Argumentó que en el ámbito internacional existe un "sesgo relativamente restrictivo respecto a la elección de presidente", asociado a la idea tradicional de que sean los nacionales quienes elijan a las máximas autoridades. No obstante, reconoció que esta visión se está revisando en un mundo globalizado.
La controversia en Chile se intensifica por la proximidad de las elecciones presidenciales y parlamentarias. "Estamos muy encima del proceso discutiendo quiénes pueden votar o no. Eso la verdad es que en ninguna parte del mundo se ve muy serio y tampoco es muy recomendable", criticó el académico. Campos fue enfático al señalar: "Uno esperaría que a pocos meses de una elección presidencial tengamos claros quiénes son los que votan. De lo contrario estamos modificando las reglas del juego casi encima de que se empieza a jugar el partido".
El "cálculo político" y la incertidumbre electoral
El analista sugirió que la premura en este debate podría responder a motivaciones políticas. "Es evidente que hay un cálculo político en esto y ese cálculo que puede ser muy de corto plazo le quita seriedad a un sistema electoral que en el caso chileno es bastante ejemplar", afirmó. Cuestionó por qué esta discusión no se abordó con anterioridad, por ejemplo, antes de las elecciones municipales.
Campos también se refirió a la hipótesis que manejan algunos sectores oficialistas respecto a una supuesta tendencia del voto migrante hacia opciones de centroderecha, especialmente de aquellos provenientes de países con gobiernos de izquierda. "Esa es la hipótesis que hoy día están manejando algunos sectores oficialistas que hacen que pongan su intención en restringir la obligatoriedad o derechamente el derecho a voto de los extranjeros en las elecciones presidenciales y parlamentarias", explicó. Sin embargo, consideró que esta presunción responde más a la "intuición que de la evidencia" y que sería un "muy mal argumento para hacer un cambio de fondo en las reglas del juego".
El académico advirtió que este tipo de maniobras, percibidas como un acomodo de la clase política a un escenario electoral, minan la confianza ciudadana en las instituciones. "Lo que se ve acá es una clase política acomodándose sacando cuentas cortas con la calculadora, en vez de pensar por el bien del país", sentenció.
La obligatoriedad del voto, tanto para chilenos como para extranjeros habilitados, introduce un factor de incertidumbre en los análisis electorales. A diferencia del voto voluntario, donde participan electores más politizados, el voto obligatorio incorpora a ciudadanos menos predecibles, que no necesariamente consumen política y deciden su voto a último minuto. Esto, según Campos, desafía a las encuestadoras y analistas.
Proyección y llamado a la seriedad institucional
De no mediar cambios legislativos, el sistema actual se mantendrá: extranjeros con más de cinco años de residencia, inscritos en el padrón, estarán obligados a votar en todas las elecciones, al igual que los ciudadanos chilenos.
Finalmente, Gustavo Campos reiteró su llamado a la prudencia y al respeto por la institucionalidad. "Si nosotros queremos fortalecer nuestras instituciones, este tipo de discusiones las podemos tener, pero no a pocos meses de tener la elección", concluyó. Insistió en que "cambiar las reglas tan cerca nunca se va a ver bien, independiente a quién favorezca o no la calculadora". Su análisis subraya la importancia de la oportunidad y la seriedad en los debates que afectan los fundamentos del sistema democrático chileno.
Fuente información: Rocío Gambra
Esta nota podría tener imágenes de: https://pixabay.com/es/ - https://unsplash.com/