Las Condes y Osorno: los 2 extremos de esperanza de vida

Fuente: El Mercurio.

Los chilenos están viviendo más que nunca, y así lo demuestra un estudio recientemente realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La investigación calcula la esperanza de vida en las 49 comunas con más de 100 mil habitantes y muestra que en promedio los chilenos están viviendo 78 años: dos años más que la medición realizada en 1998 y 21 años más que en 1950. Esto vuelve a situar al país como la nación más longeva de Sudamérica, cuyos habitantes pueden aspirar a vivir tanto como un francés.

Pero esta longevidad no es equitativa. Cuando se analiza la vida de los chilenos por unidad territorial, las diferencias se hacen visibles. Las Condes arrasa con la proyección, con 82 años de expectativa de vida para sus habitantes (es la comuna que más aumentó en una década). Osorno, en cambio, es la ciudad con menos expectativas de vida en Chile: 74 años en promedio entre hombres y mujeres. Cuatro menos que la cifra nacional y ocho menos que el primero de la lista.

No es sólo el dinero
Según la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida estaría determinada por el número de años de educación que tiene en promedio una comunidad, el nivel económico, la alimentación, la genética y factores ambientales.

Veamos:
Las Condes es una de las comunas más ricas del país (la primera es Vitacura). El ingreso per cápita es de 750 mil pesos, y los años de educación de la comuna superan los 14 (es decir, la mayoría de los habitantes son profesionales). En Osorno, en cambio, la mayoría de los vecinos no terminó la enseñanza media, y la comuna posee un ingreso promedio mucho menor que Las Condes: $230.000 aproximadamente. Aun así, está lejos de ser la comuna con más de 100 mil habitantes más pobre del país (el primer lugar lo tiene La Pintana).

Si hay comunas más ricas que Las Condes y más pobres que Osorno (que no son precisamente las comunas donde más ni menos años se vive en Chile)...¿qué pasa exactamente en estos dos territorios?

El doctor George Swaneck, académico de la Facultad de Medicina de la U. del Desarrollo, responde desde el punto de vista de la ciencia. "Hay genes que son letales y que en ciertos individuos se expresarían a una edad anciana. Pero hay otros que son semiletales, que se van a expresar a temprana o mediana edad de acuerdo con el comportamiento de un individuo". Por ejemplo, explica el docente, si una persona fuma, si consume alcohol o si es sedentario, facilitaría que estos genes letales se expresen antes y por lo tanto el individuo muera más joven.

Aquí pareciera estar la respuesta: los determinantes sociales parecieran ser tan importantes como los estilos de vida, y ese es el abismo que separa a Las Condes de Osorno.

Clima de Osorno impide actividades al aire libre
Un toro de bronce fundido se levanta en medio de la Plaza de Armas de Osorno. Es el ícono de la ciudad de la carne y la leche entera. El volcán orienta en los días despejados. La leña transformada en ceniza impregna la ciudad con su olor. El humo gris de las chimeneas se confunde con las nubes, y las cuatro plantas de cecinas y un matadero hacen recordar que es la ciudad ganadera por excelencia en Chile.

El alcalde Jaime Bertin cuenta que en la comuna se come carne roja, y mucha. Una de las razones es que es más barata que en el resto del país. El kilo de asiento picana se encuentra por menos de cuatro mil pesos (en Santiago casi llega a los cinco mil). Los precios de las frutas y verduras, en cambio, durante el invierno se disparan en el sur...

El seremi de Salud de la X Región, Bernardo Martorell, explica que hay lugares que obligan a tener un determinado estilo de vida. En Osorno se dan varios factores: "Hay una alta población indígena, la cual está desfavorecida en cuanto a acceso a la salud. El hospital base atiende a otras comunas rurales que corresponden a las más pobres de Chile, como San Juan de la Costa". Además, explica, hay determinantes sociales que juegan en contra: población con un mediano nivel de educación, alto consumo de alcohol y tabaco. Además, la obesidad en Chile va aumentando de norte a sur. En Osorno, por otra parte, una importante fuente laboral es la agricultura, un sector cuyos trabajadores deben enfrentar duras condiciones climáticas y de horarios.

En Osorno no hay muchos lugares donde entretenerse, de hecho las dos salas de cine que hay son municipales. A esto se suma la contaminación y el clima, que perjudican las actividades al aire libre. "A mí parecer esas son las razones de por qué los osorninos viven menos que el resto del país", señala Martorell.

Estas condiciones, para el doctor Swaneck, estarían asociadas con que en Osorno la gente ostente el récord de la menor esperanza de vida, ya que el factor ambiental es de por sí más letal. Sin embargo, señala, no se puede decir con certeza que sea la única razón, ya que podría haber otros factores, incluso genéticos.

Ejercicio y buena dieta, claves en Las Condes
Basta dar un paseo por Las Condes, y cualquier persona se podrá dar cuenta de que está plagada de edificios. Que los autos estacionados están a la orden del día y que la masa de gente que baja del metro a las siete de la tarde pareciera inagotable.

Pero el académico de la U. del Desarrollo explica el fenómeno que se da en Las Condes: es una comunidad donde se vive la salud preventiva. Y no sólo porque tiene uno de los ingresos económicos más altos del país. A la luz de los datos se puede concluir que en Las Condes también es la comuna la que facilita que la gente pueda vivir más.

Tiene desde Tobalaba hasta Los Dominicos ocho estaciones de metro. Es decir, es la comuna que cuenta con más extensiones en Santiago, lo que facilita la vida de los transeúntes. Se van en bicicleta o en auto, los dejan estacionados y se suben en el transporte público para ir a trabajar. Esto hace que, al igual que en las grandes ciudades del mundo -donde se comparte la caracterítica de la mayor esperanza de vida-, en Las Condes para vivir se deba caminar.

Además, cuenta con 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante y un gimnasio por cada 20. Asimismo, dice el doctor Swaneck, tiene características ambientales que en materia de salud pública juegan a su favor: una población educada, altos ingresos, dieta balanceada (principalmente mediterránea), casas de construcción sólida, trabajos seguros (prácticamente nadie trabaja en la construcción ni en agricultura como en Osorno) y caminan más que sus vecinos de Vitacura.

Un problema que sí tienen, como en el resto del país, es que los niños están con sobrepeso. Las autoridades, sin embargo, lo combaten a tiempo. En la Corporación de Educación y Salud, la doctora Paola Cadenazzo cuenta que en todos los colegios dependientes de la municipalidad se realizan reuniones con apoderados y alumnos para que los niños se alimenten con frutas y verduras, regularizar la entrega de colación saludable, además de hacerles a todos control en el mismo liceo.

Además, le han inculcado a toda la comunidad que realizar deportes debe ser parte del estilo de vida. Trabajan con escuelas de fútbol como Colo Colo, para captar talentos jóvenes y los entrenan en forma gratuita. En el Parque Araucano hay 20 bicicletas que están a disposición del público, y las máquinas de ejercicio están en las veredas y plazas. Los vecinos tienen a su disposición talleres de deporte por menos de 5 mil pesos al mes y ciclovías en cinco avenidas, además de programas especiales para mantener vigente al adulto mayor.

La Pintana sale del último puesto.
La pobreza deja de ser el factor clave en la esperanza de vida:
El mapa mundial es claro: los países desarrollados son los que más viven y los subdesarrollados tienen los índices más bajos de esperanza de vida. Por ejemplo en Suazilandia (África), la población vive en promedio 33 años. Los habitantes de Andorra, en cambio, 84 para ambos sexos.

Sin embargo, hay factores, además de los ingresos, que inciden en la expectativa de vida de una comunidad. En la medición anterior de la esperanza de vida en el país, realizada en 1998, a la cabeza y a la cola del ranking había dos comunas consideradas socialmente extremas: La Pintana ( cuyo ingreso per cápita es de $72 mil) y Vitacura ($850.000). Y entre ambas había una diferencia de 10 años: La Pintana tenía una esperanza de vida de 71 años y Vitacura, de 81.

Pero este contraste ya no sucede: en el reciente estudio del INE, ni una ni la otra encabeza ni termina en último lugar en la lista, pese a que siguen siendo la más rica y la más pobre entre las comunas de más de 100 mil habitantes. Ni si quiera se ubican entre las cinco comunas con mayor o menor esperanza de vida.

Para la Salud Pública, los determinantes sociales como la educación, ingreso, acceso a la salud y genes inciden en cuánto va a vivir su población. Pero el seremi de Salud de la X Región, Bernardo Martorell, cree que las comunas pobres que se encuentran en la Región Metropolitana de todas formas están más amparadas que las de regiones, ya que poseen facilidades para acceder a hospitales equipados.

De lo que sí parece hablar esta nueva medición es que tener una vida saludable parece valer tanto como tener un buen sueldo o muchos años de educación.
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