Jubilados al borde de la pobreza

Por: Hugo Pérez White
Esperanzas hubo en los jubilados del país, por la propuesta de algunos parlamentarios para eliminar el 7 % que se descuenta por concepto de salud a los jubilados, ayudando con esta medida a solucionar los problemas que aquejan a estos trabajadores que han dado sus mejores esfuerzos por el bien del país y que están olvidados y postergados al no recibir las remuneraciones que les corresponde por una vida dedicada al servicio público.
Por eso el sistema de salud se denomina solidario porque todos aportan para todos, pero, cuando se logra jubilar y vivir algunos años más, se experimenta otra realidad y en ese cambio se ven reducidos los sueldos a su mínima expresión, situación muy diferente al cual estaban acostumbrados en su vida activa, por los recortes que sufren las remuneraciones al jubilar y en ese contexto la eliminación del impuesto a la salud es un acto de justicia y una reparación económica importante para muchos viejitos que a veces su jubilación ni siquiera les alcanza para cubrir sus recetas médicas, ni satisfacer sus necesidades básicas.
Estas ilusiones y esperanzas se vieron frustradas porque las autoridades que manejan los dineros del país, no han querido hacer un acto de reflexión apelando a su sensibilidad social que los caracteriza y los jubilados todavía esperan que se repare tan oprobioso olvido que los tuvo ilusionados y que aún esperan que la eliminación del impuesto a la salud se va a producir en cualquier momento.
La jubilación es el derecho que tiene todo trabajador a percibir una proporción de su sueldo en un porcentaje muy exiguo, por lo tanto, este impuesto a la salud debe ser derogado sin mayores dilaciones y no es conveniente especular ante una evidente realidad que golpea los hogares de los jubilados porque un 7 % sólo les significa aumentar su remuneraciones mensuales en pequeñas cantidades de dinero y cuando se cierran estas posibilidades, de inmediato surgen algunas voces de protestas y estados de desánimo colectivo porque todas las promesas preelectorales se centraron en derogar este impuesto durante los próximos años y ahora ni siquiera se insinúa en los planes de recuperación social, pretendiéndose seguir jugando con este mínimo porcentaje provocando un desánimo indecible en los jubilados porque el 7% de impuesto que se les descuenta por salud es fundamental para vivir menos agobiados entre tanta tristeza y desolación reconociendo que existen jubilados privilegiados con altas jubilaciones, pero, son los menos.
No hay justicia ni solidaridad hacia los jubilados pobres abandonados del sistema solidario y aunque no lo demuestren, muchos de ellos están al borde de la pobreza.
Esperanzas hubo en los jubilados del país, por la propuesta de algunos parlamentarios para eliminar el 7 % que se descuenta por concepto de salud a los jubilados, ayudando con esta medida a solucionar los problemas que aquejan a estos trabajadores que han dado sus mejores esfuerzos por el bien del país y que están olvidados y postergados al no recibir las remuneraciones que les corresponde por una vida dedicada al servicio público.
Por eso el sistema de salud se denomina solidario porque todos aportan para todos, pero, cuando se logra jubilar y vivir algunos años más, se experimenta otra realidad y en ese cambio se ven reducidos los sueldos a su mínima expresión, situación muy diferente al cual estaban acostumbrados en su vida activa, por los recortes que sufren las remuneraciones al jubilar y en ese contexto la eliminación del impuesto a la salud es un acto de justicia y una reparación económica importante para muchos viejitos que a veces su jubilación ni siquiera les alcanza para cubrir sus recetas médicas, ni satisfacer sus necesidades básicas.
Estas ilusiones y esperanzas se vieron frustradas porque las autoridades que manejan los dineros del país, no han querido hacer un acto de reflexión apelando a su sensibilidad social que los caracteriza y los jubilados todavía esperan que se repare tan oprobioso olvido que los tuvo ilusionados y que aún esperan que la eliminación del impuesto a la salud se va a producir en cualquier momento.
La jubilación es el derecho que tiene todo trabajador a percibir una proporción de su sueldo en un porcentaje muy exiguo, por lo tanto, este impuesto a la salud debe ser derogado sin mayores dilaciones y no es conveniente especular ante una evidente realidad que golpea los hogares de los jubilados porque un 7 % sólo les significa aumentar su remuneraciones mensuales en pequeñas cantidades de dinero y cuando se cierran estas posibilidades, de inmediato surgen algunas voces de protestas y estados de desánimo colectivo porque todas las promesas preelectorales se centraron en derogar este impuesto durante los próximos años y ahora ni siquiera se insinúa en los planes de recuperación social, pretendiéndose seguir jugando con este mínimo porcentaje provocando un desánimo indecible en los jubilados porque el 7% de impuesto que se les descuenta por salud es fundamental para vivir menos agobiados entre tanta tristeza y desolación reconociendo que existen jubilados privilegiados con altas jubilaciones, pero, son los menos.
No hay justicia ni solidaridad hacia los jubilados pobres abandonados del sistema solidario y aunque no lo demuestren, muchos de ellos están al borde de la pobreza.