La escuela, el latir de una comunidad

Por: Fernando Jorquera - www.yoaprendo.cl.

Quien no ha vivido en una comunidad pequeña es difícil que entienda el papel que la escuela juega dentro de ella. Las personas que habitan en las zonas de terremoto no diferencian el hoy del mañana, su futuro inmediato se limita a esperar que amanezca un día más en el que se inicia una lucha por alimentarse y tener un lugar seguro donde vivir, que reemplace el destruido. Esperar en largas colas para recibir un alimento y con pocas posibilidades de realizar trabajo alguno.

Quien ha recorrido estas zonas puede entender la enorme importancia que juegan en este entorno las escuelas. Son uno de los elementos que permite a las poblaciones recuperar, en cierta medida, la normalidad dado que establecen rutinas e incluso ayudan a establecer las horas del día conforme a los horarios de las mismas. La campana estructura el tiempo de las comunidades, mejora las rutinas en la casa

Las escuelas no sólo ayudan a la formación y capacitación de los niños y niñas, sino que también son una fuente de bienestar para la comunidad en su conjunto. La educación previene a los menores de caer en comportamientos de riesgo. Los maestros y maestras son una pieza clave en este proceso, a veces incluso auténticos héroes. La cultura de la vida cobra fuerza a través del sistema educativo, incluso en situaciones de crisis.

La escuela es, a menudo, un medio para acceder a otros servicios y derechos. La escuela es también una vía de transmisión de mensajes sencillos y directos en relación a salud, sanidad, nutrición y acceso a toda una serie de recursos. Además, las actividades educativas mantienen a los niños y niñas ocupados mientras sus padres tratan de adaptarse, en un primer momento, a las nuevas situaciones: hacer colas para recibir alimentos, inscribirse en registros sociales, levantar tiendas de campaña (sus nuevos hogares...), etc.

Sin unas actividades y servicios bien estructurados, las personas refugiadas, en particular los niños, niñas y jóvenes, encuentran mucho más complicado enfrentarse a situaciones de emergencia, violencia y al impacto producido por su desplazamiento. A los escolares les resulta difícil recuperar sus estudios si éstos son interrumpidos un tiempo prolongado.

Por ello es importante que la escuela sea entendida como una prioridad en los primeros días de establecimiento de las viviendas de emergencia, a pesar de que los programas de educación a menudo se pasan por alto. Si los procesos educativos educación no se establece desde los primeros momentos de la emergencia, es muy difícil ponerla en marcha más adelante. Toda esta acción debe realizarse coordinadamente tanto entre los diferentes campos y dentro de ellos para asegurar que la calidad y las oportunidades de acceder a la educación y a otros servicios sociales estén a la misma altura.

Quien pensó optimizar resultados, creando una sola gran escuela para todos, donde los niños y niñas viajaran a ella, no ha vivido en esos lugares y cuando los visito no vio a las personas, solo vio resultados a lograr

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