Aislamiento y desconexión territorial

Por: Hugo Pérez White.
Puerto Montt es la tierra de mis ancestros donde la lluvia y el viento plasmaron mi vida y acrecentaron el esfuerzo y la constancia, factores fundamentales para sobresalir en la vida.
El mar fue y sigue siendo un aliento para perseverar y una fuente de energía espiritual para afrontar difíciles momentos.
Aún recuerdo aquellos lejanos días de infancia vividos en la Escuela Nº 2 de la calle Guillermo Gallardo y que para llegar a sus aulas había que caminar muchas cuadras desafiando el viento y la lluvia desde un extremo a otro de la ciudad, buscando en ese entonces y en forma inconciente quizás, una mejor calidad de educación y creo que fue acertada la decisión porque fue el trampolín preciso para llegar a la Escuela Normal de Valdivia.
En esa época, muchos compañeros llegaban descalzos a la escuela porque era extrema la situación de pobreza en muchos hogares y aún así, no había discriminación alguna para ingresar a las escuelas públicas a pesar que en muchos hogares no alcanzaba el dinero para comprar zapatos a los niños, situación que en estos días no sucede en ninguna escuela del país.
Puerto Montt estaba aislado del resto del país y todas las embajadas artísticas, los grupos de teatro y los equipos de fútbol profesional, terminaban su itinerario en la ciudad de Osorno.
En el gobierno del presidente Jorge Alessandri se pavimentó la Carretera Panamericana y los trenes llegaron hasta la ciudad puerto siendo los dos hitos más importantes para su desarrollo.
El transbordador surcó las aguas del Canal de Chacao con buques, camiones llevando esperanzas de un futuro mejor para Chiloé que también recibía el progreso, el pavimento, la luz eléctrica, la cultura y el arte provocando la alegría de sus esforzados pobladores.
Chile parece que termina en Puerto Montt porque de ahí todo salta a Punta Arenas, quizás sea por la situación estratégica del Estrecho de Magallanes o por el petróleo que de sus profundidades emerge a borbotones.
Aysén está en el medio, escondido entre cerros cubiertos de nieves eternas, la zona más difícil para volar y cada aterrizaje sigue siendo una incógnita.
Aysén sigue reclamando justicia por el castigo permanente de la naturaleza y el aislamiento geográfico con el resto del país.
Con la erupción del volcán Hudson lo pudimos comprobar una vez más porque en su momento y producida la erupción del volcán, nadie se sensibilizó y la ayuda no llegaba ni tampoco el aliento necesario para abrigar esperanzas ante la emergencia.
La noticia tuvo que dar la vuelta por Argentina primero, mostrando las imágenes impactantes dejadas por la erupción del volcán Hudson con las ciudades cubiertas de cenizas, las cuales pudieron verse en el resto del mundo y recién entonces vino la reacción esperada, por eso es fundamental acelerar la conectividad territorial de todo el país e integrar físicamente a vastos sectores geográficos y poblacionales para integrase al desarrollo nacional.
Puerto Montt es la tierra de mis ancestros donde la lluvia y el viento plasmaron mi vida y acrecentaron el esfuerzo y la constancia, factores fundamentales para sobresalir en la vida.
El mar fue y sigue siendo un aliento para perseverar y una fuente de energía espiritual para afrontar difíciles momentos.
Aún recuerdo aquellos lejanos días de infancia vividos en la Escuela Nº 2 de la calle Guillermo Gallardo y que para llegar a sus aulas había que caminar muchas cuadras desafiando el viento y la lluvia desde un extremo a otro de la ciudad, buscando en ese entonces y en forma inconciente quizás, una mejor calidad de educación y creo que fue acertada la decisión porque fue el trampolín preciso para llegar a la Escuela Normal de Valdivia.
En esa época, muchos compañeros llegaban descalzos a la escuela porque era extrema la situación de pobreza en muchos hogares y aún así, no había discriminación alguna para ingresar a las escuelas públicas a pesar que en muchos hogares no alcanzaba el dinero para comprar zapatos a los niños, situación que en estos días no sucede en ninguna escuela del país.
Puerto Montt estaba aislado del resto del país y todas las embajadas artísticas, los grupos de teatro y los equipos de fútbol profesional, terminaban su itinerario en la ciudad de Osorno.
En el gobierno del presidente Jorge Alessandri se pavimentó la Carretera Panamericana y los trenes llegaron hasta la ciudad puerto siendo los dos hitos más importantes para su desarrollo.
El transbordador surcó las aguas del Canal de Chacao con buques, camiones llevando esperanzas de un futuro mejor para Chiloé que también recibía el progreso, el pavimento, la luz eléctrica, la cultura y el arte provocando la alegría de sus esforzados pobladores.
Chile parece que termina en Puerto Montt porque de ahí todo salta a Punta Arenas, quizás sea por la situación estratégica del Estrecho de Magallanes o por el petróleo que de sus profundidades emerge a borbotones.
Aysén está en el medio, escondido entre cerros cubiertos de nieves eternas, la zona más difícil para volar y cada aterrizaje sigue siendo una incógnita.
Aysén sigue reclamando justicia por el castigo permanente de la naturaleza y el aislamiento geográfico con el resto del país.
Con la erupción del volcán Hudson lo pudimos comprobar una vez más porque en su momento y producida la erupción del volcán, nadie se sensibilizó y la ayuda no llegaba ni tampoco el aliento necesario para abrigar esperanzas ante la emergencia.
La noticia tuvo que dar la vuelta por Argentina primero, mostrando las imágenes impactantes dejadas por la erupción del volcán Hudson con las ciudades cubiertas de cenizas, las cuales pudieron verse en el resto del mundo y recién entonces vino la reacción esperada, por eso es fundamental acelerar la conectividad territorial de todo el país e integrar físicamente a vastos sectores geográficos y poblacionales para integrase al desarrollo nacional.