Los colegios "ni chicha ni limoná" que salvan “jabonados” del análisis Simce

Fuente: www.elojo.cl

Cada año en forma majadera la educación pública sale al tapete por sus malos resultados a raíz de la rendición de la Prueba Simce o Sistema de Medición de la Calidad de la Educación. Los comentarios generalizados hablan de lo mal que está la educación municipal y de las distancias que se observan con la educación pagada; sin embargo, siempre es lo mismo y parece sorprendente cómo pasa inadvertida la educación subvencionada que haciéndose a un lado y escurriéndose del ojo público termina "salvando jabonada".

Resulta realmente vergonzoso analizar los resultados de la medición de 4° y 8° naño básico de 2009 dadas a conocer recientemente, donde establecimientos que surgen en una casa medianamente habilitada y que recibe subvención del Estado, logren resultados tan deficientes.

Es cierto que el sector municipal está a una distancia importante de aquel donde el apoderado costea más de cien mil pesos mensuales por su pupilo, pero también es cierto que en los últimos 3 años ha experimentado un repunte que se debe a los diversos programas educacionales y que involucran mayores apoyos económicos que están dando los primeros resultados, aunque siempre hay excepciones.

Pero lo inexplicable es que existan establecimientos donde incluso se le cobra al apoderado una mensualidad y se reciban los recursos públicos para finalmente a la hora de las mediciones, presenten como promedio 220 puntos en el Simce, bajo la media nacional que habla de 250 puntos.

Entonces ¿a dónde van a parar esos recursos públicos, ese dinero que es de todos los chilenos si dichos establecimientos no cuentan con sendas infraestructuras ni poseen implementación tecnológica de punta y mucho menos cuentan con una planta docente destacada?. Las fiscalizaciones brillan por su ausencia para determinar siquiera si se cumple con la obligación básica de tener efectivamente matriculado a la cantidad de niños que asisten verdaderamente a clases.

La baja cantidad de supervisores en el Departamento Provincial de Educación de Osorno es una realidad nacional que va permitiendo estas malas prácticas que redundan en pobres aprendizajes y que finalmente decantan en la frustración de cientos de jóvenes y de sus familias por no poder alcanzar a ingresar a la universidad.

“LA LUCHA”
El Simce se ha transformado en la “lucha” de los municipales versus los particulares, y la explicación de los expertos siempre va de la mano de las circunstancias económicas.

Entonces, por qué no preguntarse alguna vez ¿y los subvencionados?, ¿cómo les va a los subvencionados?, obviamente, dejando de lado aquellos de tradicional éxito e historia educativa.

¿Cuántos establecimientos con recursos del Estado han aparecido en la última década en Osorno como callampas por el sector periférico y céntrico de la ciudad?, ¿existe algún ojo crítico frente a su funcionamiento?

Hasta ahora la única ventaja de estos establecimientos parece ser la alimentación –otorgada por el Gobierno a través de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Junaeb, que reciben esos niños porque de resultados… mejor seguir haciéndose los lesos y esperar que el próximo año la cosa mejore, como dirían algunos. Mientras no se den las condiciones de mayor atención hacia esos sectores y no se trabaje por una verdadera calidad de la educación, más que el clásico negocio detrás de un colegio que ya se cae, los únicos perjudicados seguirán siendo los hijos de los subvencionados que parecen ser “ni chicha ni limoná”.


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