A propósito de la Casen: tampoco queremos pobreza de argumentos

Por: Francisco Reyes Fuente: www.elojo.cl

Leía el domingo a Eichholz, el de Tolerancia Cero, y podía captar su intolerancia a la política y los temas políticos de los cuales el panelista y columnista se ha hecho parte. Eso de que “Los pobres nos dividen” aparecido en El Mercurio me pareció una contradicción brutal de quien dice estar lejos de los ortodoxos de izquierda y de derecha a la hora de entender y proponer sobre la base de las malas noticias como las que arrojó la última Casen.

Y efectivamente las cifras que arroja esta encuesta de caracterización socioeconómica no son buenas para un país que exportó su Sistema de Protección Social y que en 20 años logró reducir la pobreza de manera sostenida.

Pero llevar el aumento de 13,7% a 15,1% de la pobreza en Chile -desde 2006 a 2009- a culpas socialistas o de izquierda, parece un despropósito del cual muchos, y hasta el propio Presidente, han hecho eco en la última semana.

El Mandatario atribuyó este aumento de pobres a despilfarro de recursos públicos, programas sociales ineficientes y corrupción.

A nivel local, replicó este discurso el gobernador provincial de Osorno, Rodrigo Kauak, carente aún de todo dato duro de la realidad del territorio.
Llevando un problema país a los últimos resultados electorales, Kauak dijo que estas cifras demuestran que las cosas en nuestro país no se venían haciendo bien durante los últimos gobiernos de la Concertación, y que por ello la gente votó por Sebastián Piñera.

“Para quienes formamos parte de este nuevo Gobierno, estos resultados constituyen un enorme desafío, ya que nos imponen la necesidad de trabajar con mucho más fuerza para potenciar las cosas que se venían haciendo bien, pero sobretodo para cambiar todo lo que se venía haciendo mal, y a la luz de lo que dicen los números de la encuesta Casen, hay muchas cosas que no se hicieron bien y por tanto hay mucho trabajo por realizar”, planteó el gobernador a propósito de la Casen.

CAUSAS

Lo cierto es que más allá del necesario análisis que hay que hacer no sólo a los datos, sino a las políticas sociales en revisión y fiscalización permanente, las cifras conocidas hasta el momento no entregan argumentos para sustentar tesis tan temerarias como las esbozadas inicialmente por el Ejecutivo.

Y aunque resulte majadero, ante trabajos precarios, el impacto del alza del valor de los alimentos y la recordada crisis internacional parecieran ser las causas.
De hecho, nuestro país sustenta su lucha contra la pobreza en el crecimiento económico y la generación de empleo. Pero cuando el crecimiento se deteriora en periodos de turbulencias como las vividas en 2009 y si no existe protección a los ingresos laborales, las condiciones socioeconómicas de los más pobres se hacen un infierno.

Y un mecanismo de protección a los ingresos es el seguro de desempleo; pero OJO, éste solamente está disponible para los trabajadores del sector formal y el 45% de los trabajadores asalariados del 10% más pobre es informal.

A MEDIAS

Por eso es que se plantea que las verdades a medias no son nunca una verdad, menos para plantear que el admirado Sistema de Protección Social sucumbió en su primer gran exámen. Recojo las palabras del académico y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, que en el mismo diario de los Edwards sostiene que debe ser materia de exámen “con qué eficiencia, con cuál rigor, con qué escrúpulo” se ejecutó ese puñado de políticas sociales, pero de ninguna forma, pensar que el modelo progresista ya no sigue en pie.

“Piñera tiene todo el derecho de someter a examen lo que- a la luz de esas cifras-hizo el gobierno de Bachelet. La actitud crítica en esa materia es indispensable para la buena salud de los asuntos públicos. ¿Que un debate como ese puede politizar el tema de la pobreza? Sin duda, pero de eso se trata”, plantea.

“Al final del día, el éxito o el fracaso de la política se miden por su capacidad para hacer del mundo un lugar más justo y a la gente menos pobre”, concluye Peña.

Y haciendo historia, sólo basta recordar que a principios de la década de los '90 en Osorno existía un 55% de pobres no indigentes y un 18% de indigencia, lo que se traducía en que 3.500 familias vivían en campamentos, una treintena, como el de Bernardo O'Higgins, Teniente Merino y Vista Hermosa. En el país, 5 millones de pobres dejados por el régimen militar.

Si en 2003 existía un 7,9% de indigencia en la provincia que cayó a un 3,6% en 2006 y el índice de pobres no indigentes alcanzaba al 26% y disminuyó a 14,8% en tan sólo 3 años tarde, ¿tan mal le hizo a Osorno la política social de los últimos gobiernos concertacionistas?

Esperamos que la Casen de 2009 arroje números azules a nivel provincial y que el análisis se realice tomando en cuenta todos los factores, incluida la diferenciación de pobreza urbana y rural, donde San Juan de La Costa da la nota “alta” en todos los indicadores -Peor Índice de Desarrollo Humano de Chile y el más alto nivel de indigencia en el territorio.

Porque seamos francos: no se trata de NO hacer política, porque precisamente, la imposición de argumentos técnicos con visiones de modelos de crecimiento y desarrollo son los que deben saltar al debate serio e informado.

Y en eso, hay que reconocerlo: la Concertación, ni a nivel nacional ni local ha estado a la altura, ni siquiera para defender con fuerza su propio sistema de acompañamiento social.

Tal como lo sostiene la propia jefa del proyecto CASEN 2009, Claudia Sanhueza, cuando Chile logre diseñar un mecanismo de transferencias de ingresos a los más pobres que de verdad sea relevante y proteja sin depender del ciclo económico, entonces podremos esperar algo del gasto social en el combate contra la pobreza en medio de una crisis.

Hoy, el gasto social es mínimo en comparación con otros países de igual nivel de desarrollo.

Por ello, que la pobreza haya aumentado en 1,4% después de una crisis no es nada para sorprenderse. “Más que hacer eficiente el gasto social lo que necesitamos es un mayor gasto social y un mejor sistema de protección social”.
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