Nuevos ataques de perros asilvestrados deja como saldo millonarias pérdidas
La pérdida de dos vacas de alta producción fue el resultado del ataque de una jauría de perros salvajes, perpetrado el pasado domingo 11 de mayo en el predio Millacura, ubicado en Río Negro, a 36 kilómetros de Osorno. Este hecho se suma a la matanza de 16 ciervos provocado por otra jauría de perros asilvestrados, ocurrida durante la semana pasada en el sector rural de Purranque.
El ataque de los perros en el fundo Millacura a un rebaño de vacas que se encontraban en su peak de producción, dejó como saldo un profundo daño en las piernas de estos animales con la pérdida de masa muscular. Afortunadamente solo dos de estos animales tuvieron que ser sacrificados.
Según relata el propietario del predio, Alfredo Geisse, no se trata de la primera vez que suceden estos ataques. “Ya hemos tenido más de cinco ataques de perros salvajes y el peor que recuerdo fue cuando una jauría precipitó a un gran número de vaquillas preñadas a un foso, de lo cual resultaron 23 muertas”.
“En Millacura es un hecho recurrente ver a perros en los campos. Estos hechos dejan al descubierto el problema que aqueja a miles de campesinos que tienen que lidiar todos los días con perros que amenazan con atacar al ganado, las aves y todo tipo de animales de los agricultores de la zona”, manifestó Geisse.
Agrega Geisse que “es penoso como se han dejado de ver aves silvestres que anidaban a ras de piso y sobre todo la nula existencia de pudúes, el principal objeto de los perros asilvestrados”.
Tomás Maquehue Ampuero
El ataque de los perros en el fundo Millacura a un rebaño de vacas que se encontraban en su peak de producción, dejó como saldo un profundo daño en las piernas de estos animales con la pérdida de masa muscular. Afortunadamente solo dos de estos animales tuvieron que ser sacrificados.
Según relata el propietario del predio, Alfredo Geisse, no se trata de la primera vez que suceden estos ataques. “Ya hemos tenido más de cinco ataques de perros salvajes y el peor que recuerdo fue cuando una jauría precipitó a un gran número de vaquillas preñadas a un foso, de lo cual resultaron 23 muertas”.
“En Millacura es un hecho recurrente ver a perros en los campos. Estos hechos dejan al descubierto el problema que aqueja a miles de campesinos que tienen que lidiar todos los días con perros que amenazan con atacar al ganado, las aves y todo tipo de animales de los agricultores de la zona”, manifestó Geisse.
Agrega Geisse que “es penoso como se han dejado de ver aves silvestres que anidaban a ras de piso y sobre todo la nula existencia de pudúes, el principal objeto de los perros asilvestrados”.
Tomás Maquehue Ampuero