Las Lagartijas
En Africa viven unas lagartijas, que se les llaman las mahjullas, las cuales se meten por los recovecos de las casas, de techo de paja, y cuando llega la noche, hacen un ruido bien extraño, que dice más o menos así thuc thac, thuc thac.
Eran dos lagartijas que se peleaban en la mañana en un pueblito, y hacían el ruido que les caracteriza, cuando de pronto un perro se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, por lo que dijo no no no no no!, tenemos que separar a las lagartijas, debemos hacer algo para que no haya violencia en este pueblo, todo el mundo tiene que levantarse, todos unidos contra la violencia estructural de este país… y como nadie se levantaba, el perro dijo: si trato de separar a las lagartijas, tendría que subirme al techo, pero solo no puedo… alguien tiene que ayudarme! pero quién… ah ya se, el gallo me va a ayudar a separar a las lagartijas, si! es un animal fuerte, poderoso, macho, que tiene todas sus gallinas bajo control, el si me va a ayudar, entonces miró al gallo diciendo: oye gallo hay dos lagartijas que se están peleando en el techo de una casa, hay que hacer algo, el gallo le dice, y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, yo me preocupo de mis gallinas, y el resto, no me importa. Durante ese tiempo las lagartijas seguían peleándose.
El perro dijo: esto no puede ser, tengo que encontrar a alguien para que me ayude a separar a las lagartijas, ya se el buey,¡por supuesto! animal, poderoso, fuerte, si él me va a ayudar, lo mira y le dice: oye buey hay dos lagartijas que se pelean en el pueblito, hay que hacer algo, y el buey todo gordo, le dice: ¡uf, uf, uf!, y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, mira perro yo me preocupo de mis problemas, los demás no son problemas, uf, uf, uf. Durante ese tiempo las dos lagartijas seguían peleándose.
Uyu yu yu yui! dijo el perro, tengo que encontrar a alguien para que me ayude a separar a las lagartijas, ya sé! dijo el burro, ¿por qué no me había dado cuenta antes?, animal viejo, sabio, inteligente, si, si, si! el burro me va a ayudar, y le dice: oye burro, hay dos lagartijas que se pelean desde temprano en el pueblito, hay que hacer algo… y el burro le contesta, diciendo: y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, mira, si no dices nada, si no ves nada, si no escuchas nada, no pasa nada! Durante ese tiempo las dos lagartijas habían subido encima de un techo de paja de una casa y dentro de ella había una abuela preparando una sopa, y la paja cayó adentro de la casa, en el fuego, se dio vuelta la olla, se quemo la casa y la abuela se murió.
La gente del pueblo, en vista de lo que le paso a la abuela, todos se reunieron, y fueron a buscar al burro, para cargarlo con baldes de agua bien pesados, para apagar el fuego. Después de ya estar muerta la abuela, se debió planificar el entierro, pero en África, cuando una persona de edad se muere, hacen una fiesta que dura tres semanas, con todo el pueblo, porque quiere decir que ha pasado bien su vida, para llegar a esa edad. Así que para hacer la fiesta, se necesita músicos, bailarines, toda la gente reunida, pero también se necesita “comida pues” así que agarraron al gallo y “cuic”, agarraron al buey y “cuic”, he hicieron una rica comida, para todo el pueblo…. y el perro, ¿qué paso con el perro?... nada el perro se fue a buscar al burro y le dijo: ya ves burro, dos lagartijas que peleaban, no era tu problema, pero mira que el gallo se murió, el buey se murió, y a ti te duele la espalda de cargar tanta agua, tienes una ciática, y necesitas acupuntura eh! El narrador africano, que cuenta este cuento, agrega al final que, cuando hay un problema en una comunidad, todos deben de reunirse para tratar de resolverlo, aunque sea un problema de “lagartijas no más”, porque los problemas de la minoría, son los problemas de la mayoría, y a mí siempre me hizo reflexionar, lo que decía un jefe espiritual amerindio, que comparaba su sociedad, a la occidental, y decía: “en la sociedad de los blancos, cuando un niño nace, se agrega un cuadradito, en cambio en nuestra sociedad, cuando un niño nace, agrandamos el círculo”. Este cuento nos hace, conocernos a nosotros mismos, considerando que, el capital social, es algo que todavía nos cuesta mucho desarrollar, porque existen siempre excusas, para lanzar la primera piedra.
Sólo puedo agregar, que escuchar tiene un sentido en estos días de tanto revuelo político, por cuanto, mientras más estemos dispuestos a escuchar a los demás, estaremos dispuestos a generar cambios, en nuestro entorno, la otra opción es mucho más fácil, no se requiere ningún requisito.
Las Lagartijas (cuento de un narrador africano, anónimo)
Guido Asencio Gallardo
Académico e Investigador Universidad de Los Lagos
Miembro Núcleo Desafíos Regionales
Miembro del Consejo Asesor Socio-Productivo
Eran dos lagartijas que se peleaban en la mañana en un pueblito, y hacían el ruido que les caracteriza, cuando de pronto un perro se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, por lo que dijo no no no no no!, tenemos que separar a las lagartijas, debemos hacer algo para que no haya violencia en este pueblo, todo el mundo tiene que levantarse, todos unidos contra la violencia estructural de este país… y como nadie se levantaba, el perro dijo: si trato de separar a las lagartijas, tendría que subirme al techo, pero solo no puedo… alguien tiene que ayudarme! pero quién… ah ya se, el gallo me va a ayudar a separar a las lagartijas, si! es un animal fuerte, poderoso, macho, que tiene todas sus gallinas bajo control, el si me va a ayudar, entonces miró al gallo diciendo: oye gallo hay dos lagartijas que se están peleando en el techo de una casa, hay que hacer algo, el gallo le dice, y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, yo me preocupo de mis gallinas, y el resto, no me importa. Durante ese tiempo las lagartijas seguían peleándose.
El perro dijo: esto no puede ser, tengo que encontrar a alguien para que me ayude a separar a las lagartijas, ya se el buey,¡por supuesto! animal, poderoso, fuerte, si él me va a ayudar, lo mira y le dice: oye buey hay dos lagartijas que se pelean en el pueblito, hay que hacer algo, y el buey todo gordo, le dice: ¡uf, uf, uf!, y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, mira perro yo me preocupo de mis problemas, los demás no son problemas, uf, uf, uf. Durante ese tiempo las dos lagartijas seguían peleándose.
Uyu yu yu yui! dijo el perro, tengo que encontrar a alguien para que me ayude a separar a las lagartijas, ya sé! dijo el burro, ¿por qué no me había dado cuenta antes?, animal viejo, sabio, inteligente, si, si, si! el burro me va a ayudar, y le dice: oye burro, hay dos lagartijas que se pelean desde temprano en el pueblito, hay que hacer algo… y el burro le contesta, diciendo: y a mí qué me importa, dos lagartijas que pelean, no es mi problema, mira, si no dices nada, si no ves nada, si no escuchas nada, no pasa nada! Durante ese tiempo las dos lagartijas habían subido encima de un techo de paja de una casa y dentro de ella había una abuela preparando una sopa, y la paja cayó adentro de la casa, en el fuego, se dio vuelta la olla, se quemo la casa y la abuela se murió.
La gente del pueblo, en vista de lo que le paso a la abuela, todos se reunieron, y fueron a buscar al burro, para cargarlo con baldes de agua bien pesados, para apagar el fuego. Después de ya estar muerta la abuela, se debió planificar el entierro, pero en África, cuando una persona de edad se muere, hacen una fiesta que dura tres semanas, con todo el pueblo, porque quiere decir que ha pasado bien su vida, para llegar a esa edad. Así que para hacer la fiesta, se necesita músicos, bailarines, toda la gente reunida, pero también se necesita “comida pues” así que agarraron al gallo y “cuic”, agarraron al buey y “cuic”, he hicieron una rica comida, para todo el pueblo…. y el perro, ¿qué paso con el perro?... nada el perro se fue a buscar al burro y le dijo: ya ves burro, dos lagartijas que peleaban, no era tu problema, pero mira que el gallo se murió, el buey se murió, y a ti te duele la espalda de cargar tanta agua, tienes una ciática, y necesitas acupuntura eh! El narrador africano, que cuenta este cuento, agrega al final que, cuando hay un problema en una comunidad, todos deben de reunirse para tratar de resolverlo, aunque sea un problema de “lagartijas no más”, porque los problemas de la minoría, son los problemas de la mayoría, y a mí siempre me hizo reflexionar, lo que decía un jefe espiritual amerindio, que comparaba su sociedad, a la occidental, y decía: “en la sociedad de los blancos, cuando un niño nace, se agrega un cuadradito, en cambio en nuestra sociedad, cuando un niño nace, agrandamos el círculo”. Este cuento nos hace, conocernos a nosotros mismos, considerando que, el capital social, es algo que todavía nos cuesta mucho desarrollar, porque existen siempre excusas, para lanzar la primera piedra.
Sólo puedo agregar, que escuchar tiene un sentido en estos días de tanto revuelo político, por cuanto, mientras más estemos dispuestos a escuchar a los demás, estaremos dispuestos a generar cambios, en nuestro entorno, la otra opción es mucho más fácil, no se requiere ningún requisito.
Las Lagartijas (cuento de un narrador africano, anónimo)
Guido Asencio Gallardo
Académico e Investigador Universidad de Los Lagos
Miembro Núcleo Desafíos Regionales
Miembro del Consejo Asesor Socio-Productivo