Política Podcast analiza el CAE y el futuro de la educación en Chile
En el episodio más reciente del Política Podcast, conducido por Rocío Gambra, el invitado recurrente Juan Carlos Claret abordó algunos de los temas más relevantes en el escenario político chileno, como la propuesta del gobierno respecto al Crédito con Aval del Estado (CAE) y la presentación del libro Tiempos Mejores de Jorge Selume. En el programa, emitido el miércoles 9 de octubre, Claret y Gambra discutieron ampliamente las implicancias del proyecto de ley anunciado por el presidente Gabriel Boric, el cual busca terminar con el CAE y reorganizar las deudas educativas en Chile.
Uno de los temas centrales de la conversación fue la reciente cadena nacional donde el presidente Gabriel Boric detalló las características del nuevo proyecto de ley que reemplazará el CAE. Este plan se centra en tres puntos clave: la condonación parcial de las deudas educativas, la reorganización de los pagos pendientes, y la creación de un nuevo mecanismo de financiamiento público para la educación superior.
Juan Carlos Claret expresó sus dudas sobre la conveniencia y moralidad de condonar deudas a personas que, en sus palabras, “se farrearon la universidad”, refiriéndose a aquellos que no aprovecharon las oportunidades académicas. Sin embargo, también reconoció que el sistema actual genera una carga financiera excesiva para muchos estudiantes, quienes a pesar de haber cumplido con sus estudios, salen debiendo montos considerables, comparables con el valor de una vivienda.
Por su parte, Rocío Gambra destacó que uno de los principales problemas del CAE ha sido la acumulación de intereses y la morosidad, que ha crecido considerablemente en los últimos años. Según cifras mencionadas durante el podcast, cerca del 69% de los deudores del CAE tienen ingresos mensuales inferiores a los 750.000 pesos chilenos, lo que genera dificultades para cumplir con los pagos. Además, Gambra señaló que la morosidad ha aumentado un 7% en 2023 respecto al año anterior, evidenciando la complejidad del panorama actual.
La discusión sobre el CAE llevó a un debate sobre la gratuidad en la educación superior. Gambra expresó su escepticismo sobre la gratuidad universal, argumentando que puede generar incentivos negativos, como la falta de compromiso de algunos estudiantes. Según su perspectiva, los recursos públicos deberían focalizarse en la educación temprana, donde se generan las mayores brechas, en lugar de destinarlos íntegramente a la educación superior.
Por otro lado, Claret manifestó su apoyo a la gratuidad, argumentando que la educación es un bien social que enriquece a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, coincidió en que el sistema actual presenta serios problemas de acceso y calidad que deben ser abordados.
En otro punto de la conversación, Rocío Gambra compartió reflexiones sobre el libro Tiempos Mejores de Jorge Selume, que se enfoca en las dinámicas internas del gobierno de Sebastián Piñera. En este contexto, Gambra destacó la importancia de humanizar la política y reconocer los errores que cometen los políticos. Según ella, uno de los mayores problemas en la política chilena actual es la improvisación, en contraposición a los grandes planes estructurados que se esperan de los gobiernos. Esto, sumado a la falta de evaluación posterior de las leyes, dificulta la implementación de políticas públicas efectivas.
Fuente información: Rocío Gambra
El futuro del CAE y su impacto en la educación superior
Uno de los temas centrales de la conversación fue la reciente cadena nacional donde el presidente Gabriel Boric detalló las características del nuevo proyecto de ley que reemplazará el CAE. Este plan se centra en tres puntos clave: la condonación parcial de las deudas educativas, la reorganización de los pagos pendientes, y la creación de un nuevo mecanismo de financiamiento público para la educación superior.
Juan Carlos Claret expresó sus dudas sobre la conveniencia y moralidad de condonar deudas a personas que, en sus palabras, “se farrearon la universidad”, refiriéndose a aquellos que no aprovecharon las oportunidades académicas. Sin embargo, también reconoció que el sistema actual genera una carga financiera excesiva para muchos estudiantes, quienes a pesar de haber cumplido con sus estudios, salen debiendo montos considerables, comparables con el valor de una vivienda.
Por su parte, Rocío Gambra destacó que uno de los principales problemas del CAE ha sido la acumulación de intereses y la morosidad, que ha crecido considerablemente en los últimos años. Según cifras mencionadas durante el podcast, cerca del 69% de los deudores del CAE tienen ingresos mensuales inferiores a los 750.000 pesos chilenos, lo que genera dificultades para cumplir con los pagos. Además, Gambra señaló que la morosidad ha aumentado un 7% en 2023 respecto al año anterior, evidenciando la complejidad del panorama actual.
¿Es viable la gratuidad universal?
La discusión sobre el CAE llevó a un debate sobre la gratuidad en la educación superior. Gambra expresó su escepticismo sobre la gratuidad universal, argumentando que puede generar incentivos negativos, como la falta de compromiso de algunos estudiantes. Según su perspectiva, los recursos públicos deberían focalizarse en la educación temprana, donde se generan las mayores brechas, en lugar de destinarlos íntegramente a la educación superior.
Por otro lado, Claret manifestó su apoyo a la gratuidad, argumentando que la educación es un bien social que enriquece a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, coincidió en que el sistema actual presenta serios problemas de acceso y calidad que deben ser abordados.
La improvisación en la política chilena
En otro punto de la conversación, Rocío Gambra compartió reflexiones sobre el libro Tiempos Mejores de Jorge Selume, que se enfoca en las dinámicas internas del gobierno de Sebastián Piñera. En este contexto, Gambra destacó la importancia de humanizar la política y reconocer los errores que cometen los políticos. Según ella, uno de los mayores problemas en la política chilena actual es la improvisación, en contraposición a los grandes planes estructurados que se esperan de los gobiernos. Esto, sumado a la falta de evaluación posterior de las leyes, dificulta la implementación de políticas públicas efectivas.
Fuente información: Rocío Gambra