"Déjense de llorar": la frase que desató la polémica
📌 El concejal de Purranque, Eduardo Winkler, cuestionó la actitud del ministro y la ausencia del Ministerio del Interior en la Comisión de Agricultura.
En el más reciente episodio de Política Podcast, el concejal de Purranque, Eduardo Winkler, abordó la controversia en torno a la reciente intervención del Ministro de Agricultura en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Durante su participación, el Ministro minimizó las demandas de los alcaldes rurales, argumentando que las comunas ya reciben fondos del royalty minero, lo que generó rechazo transversal en el mundo político y agrícola.
Uno de los momentos más controvertidos de la sesión fue la respuesta del Ministro de Agricultura a los reclamos de alcaldes y parlamentarios sobre la falta de seguridad en las zonas rurales. Según Winkler, el Ministro desestimó las preocupaciones del sector agrícola, señalando que las comunas reciben financiamiento del royalty minero, sugiriendo que con esos recursos deberían abordar sus problemas de seguridad.
“No es la primera vez que el ministro se refiere en estos términos a agricultores o autoridades rurales. Antes dijo que los forestales estaban ‘lloriqueando’. Es curioso porque, aunque no tiene formación en agricultura, al menos debería saber comunicarse bien, siendo periodista”, criticó Winkler.
El concejal también destacó que esta postura ha generado rechazo en parlamentarios de todos los sectores, quienes cuestionan la falta de liderazgo del ministro y su aparente desprecio por las problemáticas del mundo rural.
Uno de los puntos centrales del debate fue la relación entre el Ministerio de Agricultura y la seguridad en las zonas rurales. Winkler argumentó que, si bien la seguridad es competencia del Ministerio del Interior, el Ministro de Agricultura tiene la responsabilidad política de interceder por los agricultores.
El problema, según Winkler, es que el Ministro se ha desentendido del tema, delegando la responsabilidad a municipios que no tienen ni los recursos ni las competencias para enfrentar la crisis de seguridad rural.
Desde la oposición, han solicitado la renuncia del Ministro de Agricultura, mientras que desde el oficialismo, algunos parlamentarios lo han defendido, destacando su rol en acuerdos comerciales como la exportación de uvas a EE.UU.
Para Winkler, el problema va más allá de una frase desafortunada y responde a una falta de gestión real: “No es pecado no saber, pero aquí hay una combinación de ignorancia y soberbia. No basta con gestionar bien un área si dejas abandonado al resto del sector agrícola. Chile no es solo fruta y la zona central, hay ganadería, lechería y cultivos en todo el país. Y el ministro no ha estado a la altura de esa responsabilidad”.
A pesar de su crítica, Winkler sostuvo que pedir la renuncia del Ministro ahora no resolvería el problema, ya que el gobierno ha demostrado una falta de capacidad para enfrentar los desafíos del agro.
El concejal también alertó sobre el crecimiento de la violencia en el campo, con delitos como el abigeato (robo de ganado) y la presencia de grupos del crimen organizado en zonas rurales. “No es solo que te roben las vacas, es que cada vez hay más violencia. En Graneros ya vimos asesinatos a sangre fría. Y esto se da porque hay una ausencia del Estado en estas zonas”, afirmó.
Según Winkler, las municipalidades han debido suplir la falta de respuesta del gobierno, invirtiendo en cámaras de seguridad y patrullajes, algo que no debería ser su responsabilidad.
El podcast también abordó la problemática de regulaciones desconectadas de la realidad agrícola, como la nueva normativa que obliga a los agricultores a informar con 48 horas de anticipación la aplicación de agroquímicos. “Esto fue diseñado desde una oficina en Santiago sin considerar la realidad del campo. Si un agricultor necesita aplicar un fungicida urgente tras una lluvia, ¿debe esperar dos días porque la norma lo dice? No tiene sentido”, criticó Winkler.
A su juicio, este tipo de regulaciones demuestran la desconexión del gobierno con el mundo agrícola y afectan principalmente a los pequeños productores, que no tienen los recursos para cumplir con exigencias burocráticas absurdas.
Fuente información: Rocío Gambra
En el más reciente episodio de Política Podcast, el concejal de Purranque, Eduardo Winkler, abordó la controversia en torno a la reciente intervención del Ministro de Agricultura en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Durante su participación, el Ministro minimizó las demandas de los alcaldes rurales, argumentando que las comunas ya reciben fondos del royalty minero, lo que generó rechazo transversal en el mundo político y agrícola.
Uno de los momentos más controvertidos de la sesión fue la respuesta del Ministro de Agricultura a los reclamos de alcaldes y parlamentarios sobre la falta de seguridad en las zonas rurales. Según Winkler, el Ministro desestimó las preocupaciones del sector agrícola, señalando que las comunas reciben financiamiento del royalty minero, sugiriendo que con esos recursos deberían abordar sus problemas de seguridad.
“No es la primera vez que el ministro se refiere en estos términos a agricultores o autoridades rurales. Antes dijo que los forestales estaban ‘lloriqueando’. Es curioso porque, aunque no tiene formación en agricultura, al menos debería saber comunicarse bien, siendo periodista”, criticó Winkler.
El concejal también destacó que esta postura ha generado rechazo en parlamentarios de todos los sectores, quienes cuestionan la falta de liderazgo del ministro y su aparente desprecio por las problemáticas del mundo rural.
¿Debe el ministro de Agricultura hacerse cargo de la seguridad rural?
Uno de los puntos centrales del debate fue la relación entre el Ministerio de Agricultura y la seguridad en las zonas rurales. Winkler argumentó que, si bien la seguridad es competencia del Ministerio del Interior, el Ministro de Agricultura tiene la responsabilidad política de interceder por los agricultores.
- “Si yo fuera ministro de Agricultura, estaría insistiendo para que el ministro del Interior asista a estas sesiones. Incluso hablaría con el presidente para pedirle que instruya a su equipo a atender las inquietudes del mundo rural. Esto no es un tema político, es una necesidad urgente”, señaló el concejal.
El problema, según Winkler, es que el Ministro se ha desentendido del tema, delegando la responsabilidad a municipios que no tienen ni los recursos ni las competencias para enfrentar la crisis de seguridad rural.
Desde la oposición, han solicitado la renuncia del Ministro de Agricultura, mientras que desde el oficialismo, algunos parlamentarios lo han defendido, destacando su rol en acuerdos comerciales como la exportación de uvas a EE.UU.
Para Winkler, el problema va más allá de una frase desafortunada y responde a una falta de gestión real: “No es pecado no saber, pero aquí hay una combinación de ignorancia y soberbia. No basta con gestionar bien un área si dejas abandonado al resto del sector agrícola. Chile no es solo fruta y la zona central, hay ganadería, lechería y cultivos en todo el país. Y el ministro no ha estado a la altura de esa responsabilidad”.
A pesar de su crítica, Winkler sostuvo que pedir la renuncia del Ministro ahora no resolvería el problema, ya que el gobierno ha demostrado una falta de capacidad para enfrentar los desafíos del agro.
Seguridad rural: un problema creciente
El concejal también alertó sobre el crecimiento de la violencia en el campo, con delitos como el abigeato (robo de ganado) y la presencia de grupos del crimen organizado en zonas rurales. “No es solo que te roben las vacas, es que cada vez hay más violencia. En Graneros ya vimos asesinatos a sangre fría. Y esto se da porque hay una ausencia del Estado en estas zonas”, afirmó.
Según Winkler, las municipalidades han debido suplir la falta de respuesta del gobierno, invirtiendo en cámaras de seguridad y patrullajes, algo que no debería ser su responsabilidad.
El podcast también abordó la problemática de regulaciones desconectadas de la realidad agrícola, como la nueva normativa que obliga a los agricultores a informar con 48 horas de anticipación la aplicación de agroquímicos. “Esto fue diseñado desde una oficina en Santiago sin considerar la realidad del campo. Si un agricultor necesita aplicar un fungicida urgente tras una lluvia, ¿debe esperar dos días porque la norma lo dice? No tiene sentido”, criticó Winkler.
A su juicio, este tipo de regulaciones demuestran la desconexión del gobierno con el mundo agrícola y afectan principalmente a los pequeños productores, que no tienen los recursos para cumplir con exigencias burocráticas absurdas.
Fuente información: Rocío Gambra