Traumas infantiles: cómo identificarlos y ayudar a sanar, según experto en salud mental

Traumas infantiles: cómo identificarlos y ayudar a sanar, según experto en salud mental
Los traumas infantiles, ya sean emocionales, físicos o sexuales, pueden dejar huellas profundas que afectan el desarrollo emocional, social y mental de las personas, incluso en la adultez. El doctor Franco Lotito, psiquiatra y psicólogo, explica cómo identificar estas experiencias traumáticas, sus efectos a largo plazo y las estrategias para ayudar a los niños a sanar. Además, aborda la importancia de prevenir la transmisión de estos traumas a las siguientes generaciones.

Un trauma infantil se define como una vivencia que impacta profundamente a un individuo, caracterizada por emociones intensas como espanto, angustia o repugnancia. Estas experiencias, especialmente cuando ocurren en la infancia, dejan marcas persistentes que pueden manifestarse en la adultez a través de trastornos emocionales, dificultades para relacionarse y otros malestares que afectan la calidad de vida.

El doctor Lotito destaca cuatro tipos principales de traumas infantiles:

  1. Abuso emocional: Incluye violencia verbal, descalificaciones, humillaciones y falta de afecto. Este tipo de abuso puede alterar el desarrollo cerebral del niño, generando cambios significativos en su estructura y funcionamiento.
  2. Abuso físico: Se refiere a lesiones corporales causadas por agresiones. Este trauma puede hacer que la persona sea más vulnerable a enfermedades mentales o físicas en el futuro.
  3. Abuso sexual: Una de las formas más graves de trauma, que incluye cualquier conducta sexual forzada hacia un menor. Las secuelas suelen manifestarse en dificultades para establecer relaciones íntimas y emocionales en la adultez.
  4. Negligencia o desatención: La falta de cuidado y protección por parte de los cuidadores también puede ser traumática, especialmente cuando es recurrente.

En los niños, los traumas pueden manifestarse a través de cambios de comportamiento, como retraimiento, rebeldía, ansiedad o síntomas físicos como vómitos o dolores de cabeza. En los adultos, las secuelas pueden incluir dificultades para mantener relaciones interpersonales, estrés postraumático, depresión e incluso ideaciones suicidas.

Lotito enfatiza la importancia de abordar los traumas lo antes posible. La terapia psicológica es una herramienta clave para procesar estas experiencias y reducir sus efectos a largo plazo. Además, los padres y educadores deben estar atentos a las señales de alerta y brindar un entorno seguro y afectuoso para los niños.

El experto advierte sobre los extremos en la crianza: tanto el abuso físico como la sobreprotección pueden ser perjudiciales. Es crucial establecer límites claros y afectuosos, sin caer en la violencia ni en la permisividad excesiva.




Los traumas infantiles son un problema global que afecta a millones de personas. En Chile, donde la salud mental es un tema creciente, es fundamental concientizar sobre la importancia de identificar y tratar estas experiencias a tiempo. El doctor Lotito destaca que, aunque los traumas pueden dejar secuelas profundas, con el apoyo adecuado es posible sanar y construir una vida plena.


Fuente información: Rocío Gambra
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