Proponen la construcción de un monumental "Arco de Osorno" de 120 metros de altura
El arquitecto y ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción de Osorno, Andrés Angulo, ha reimpulsado un ambicioso proyecto para dotar a la ciudad de un hito arquitectónico de escala territorial: un gran arco con forma de la letra "O", de 120 metros de altura y 90 metros de ancho, emplazado en el estratégico cruce de la Ruta 5 Sur y la Ruta 215 (camino internacional). La iniciativa, concebida inicialmente en 1988 y retomada con el apoyo del alcalde Jaime en dos ocasiones (2016 y 2025), busca homenajear el histórico éxito de Osorno como centro productivo agrícola y comercial del sur de Chile. El proyecto se encuentra actualmente en fase de actualización de diseño, definición de materialidades modernas y cotización de cálculos estructurales, aprovechando coyunturas como la renovación de la concesión de la Ruta 5 y la revisión del Plan Regulador Comunal para habilitar el sitio propuesto.
La idea de construir un elemento distintivo y de gran escala para Osorno nace, según explica Andrés Angulo, de un profundo orgullo y arraigo por la ciudad. "Amar esta ciudad hasta las patas es lo que nos hace funcionar", afirma Angulo, destacando la necesidad de reconocer el éxito histórico y presente de Osorno. La propuesta de un arco monumental es vista como un "premio" que la ciudad, por su trayectoria y rol en el territorio, "merece".
El origen del proyecto se remonta a 1988, ligado a visiones anteriores para potenciar la identidad urbana y territorial de Osorno, como la propuesta del Parque Los Ríos. En ese tiempo, la reflexión apuntaba a la singularidad de Osorno, fundada en 1558 con el propósito específico de ser un centro productor de alimentos para abastecer otras plazas fuertes. Tras ser arrasada y abandonada, la ciudad fue refundada en el mismo lugar y con el mismo propósito agrícola, el cual, según Angulo, se ha cumplido "con éxito" hasta el día de hoy. Osorno opera como el centro de insumos, productos y tecnología para un vasto territorio agrícola que se extiende entre Paillaco y el río Puelo.
Considerando este rol productivo y su ubicación estratégica, el monumento propuesto debe tener una "escala de territorio", visible más allá del ámbito urbano tradicional. El lugar ideal identificado es el cruce de la Ruta 5 y la Ruta 215, donde la ciudad se transforma en una "esquina" continental, un punto neurálgico del tránsito vial y comercial del sur de Chile. Es en esta "esquina" donde se propone erigir el arco.
El diseño del "Arco de Osorno" toma la forma de una estilizada letra "O", la vocal que se repite tres veces en el nombre de la ciudad. Sus dimensiones contemplan 90 metros de ancho por 120 metros de altura, proporciones que, según los proyectistas, se ajustan al espacio disponible en el nudo vial y le otorgan la escala territorial deseada. El concepto se inspira en los arcos de triunfo y homenaje de la antigüedad, buscando en este caso honrar la productividad y resiliencia de la ciudad.
En la reciente actualización del proyecto, se ha incorporado al arquitecto Brian Miller, especialista en diseño paramétrico. Esta técnica, junto al Control Numérico Computarizado (CNC), permite generar formas complejas y fabricarlas en secciones que se ensamblan con precisión. En cuanto a la materialidad, si bien la estructura principal combinaría hormigón en su base (siguiendo proporciones similares al Arco de San Luis, en Estados Unidos, que tiene un tercio de su altura en hormigón) y una parte superior metálica, el revestimiento sería un "tectil metálico". Este material, más ligero y duradero que el metal macizo, ofrecería el brillo característico del acero inoxidable, que ha sido elegido como un emblema de la exitosa industria lechera y agrícola de la zona. Este enfoque busca garantizar durabilidad, facilidad de instalación y bajo mantenimiento.
La propuesta no es ajena a las autoridades locales. En 2016, la idea fue presentada al alcalde Jaime Bertin, quien, según Angulo, mostró apoyo y la consideró un proyecto emblemático para la ciudad. Si bien la iniciativa se "diluyó" en el tiempo, fue retomada con fuerza a principios de 2025, en una nueva reunión con el jefe comunal, quien "nos ha dado el sí dos veces", confirmando su respaldo a la visión.
Actualmente, el equipo impulsor se enfoca en aspectos técnicos cruciales. El cálculo estructural de una obra de esta magnitud y forma es complejo y requiere de especialistas de fuera de la región; ya se han recibido dos ofertas para realizar dicho estudio. Paralelamente, se trabaja en la actualización completa de la imagen y los detalles técnicos del proyecto, incorporando las nuevas tecnologías y materialidades.
Un factor clave para la viabilidad del emplazamiento es la necesidad de habilitar el espacio dentro del cruce vial. Angulo menciona que se está trabajando en la renovación de la concesión de la Ruta 5 y la revisión del Plano Regulador Comunal para asegurar que los terrenos circundantes al trébol de acceso queden "aptos para edificar", lo que permitiría la instalación del arco.
La reciente visibilidad pública del proyecto se gestó a partir de una conversación entre Angulo, Brian Miller, Ricardo Alt y el periodista Carlos Basso, quien posteriormente publicó una nota sobre la iniciativa en el medio digital El Mostrador, generando interés y debate local.
Más allá del arco, Angulo también menciona una visión a largo plazo para Osorno que incluye la posibilidad de un sistema de transporte elevado (monorriel o Maglev) que estructure la ciudad a lo largo de su eje central (República-Mackenna-Buschmann), conectando puntos clave como el aeropuerto y zonas pobladas como Rahue Bajo y Ovejería, y que hipotéticamente, podría pasar en línea recta cruzando por el eje de la Ruta 215, cerca del futuro emplazamiento del arco. Sin embargo, el enfoque inmediato y concreto es la realización del arco como un premio tangible y un reconocimiento a la identidad productiva de Osorno.
El proyecto del "Arco de Osorno" se presenta así como una iniciativa de largo aliento, que busca capitalizar la posición geográfica y la historia de éxito de la ciudad para materializar un símbolo que trascienda la escala urbana y marque la presencia de Osorno a nivel nacional e incluso internacional. El futuro de esta monumental "O" dependerá de la concreción de los estudios técnicos, la materialización de los permisos regulatorios y el sostenimiento del apoyo político y ciudadano en los próximos años.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó
La idea de construir un elemento distintivo y de gran escala para Osorno nace, según explica Andrés Angulo, de un profundo orgullo y arraigo por la ciudad. "Amar esta ciudad hasta las patas es lo que nos hace funcionar", afirma Angulo, destacando la necesidad de reconocer el éxito histórico y presente de Osorno. La propuesta de un arco monumental es vista como un "premio" que la ciudad, por su trayectoria y rol en el territorio, "merece".
El origen del proyecto se remonta a 1988, ligado a visiones anteriores para potenciar la identidad urbana y territorial de Osorno, como la propuesta del Parque Los Ríos. En ese tiempo, la reflexión apuntaba a la singularidad de Osorno, fundada en 1558 con el propósito específico de ser un centro productor de alimentos para abastecer otras plazas fuertes. Tras ser arrasada y abandonada, la ciudad fue refundada en el mismo lugar y con el mismo propósito agrícola, el cual, según Angulo, se ha cumplido "con éxito" hasta el día de hoy. Osorno opera como el centro de insumos, productos y tecnología para un vasto territorio agrícola que se extiende entre Paillaco y el río Puelo.
Considerando este rol productivo y su ubicación estratégica, el monumento propuesto debe tener una "escala de territorio", visible más allá del ámbito urbano tradicional. El lugar ideal identificado es el cruce de la Ruta 5 y la Ruta 215, donde la ciudad se transforma en una "esquina" continental, un punto neurálgico del tránsito vial y comercial del sur de Chile. Es en esta "esquina" donde se propone erigir el arco.
El diseño del "Arco de Osorno" toma la forma de una estilizada letra "O", la vocal que se repite tres veces en el nombre de la ciudad. Sus dimensiones contemplan 90 metros de ancho por 120 metros de altura, proporciones que, según los proyectistas, se ajustan al espacio disponible en el nudo vial y le otorgan la escala territorial deseada. El concepto se inspira en los arcos de triunfo y homenaje de la antigüedad, buscando en este caso honrar la productividad y resiliencia de la ciudad.
En la reciente actualización del proyecto, se ha incorporado al arquitecto Brian Miller, especialista en diseño paramétrico. Esta técnica, junto al Control Numérico Computarizado (CNC), permite generar formas complejas y fabricarlas en secciones que se ensamblan con precisión. En cuanto a la materialidad, si bien la estructura principal combinaría hormigón en su base (siguiendo proporciones similares al Arco de San Luis, en Estados Unidos, que tiene un tercio de su altura en hormigón) y una parte superior metálica, el revestimiento sería un "tectil metálico". Este material, más ligero y duradero que el metal macizo, ofrecería el brillo característico del acero inoxidable, que ha sido elegido como un emblema de la exitosa industria lechera y agrícola de la zona. Este enfoque busca garantizar durabilidad, facilidad de instalación y bajo mantenimiento.
La propuesta no es ajena a las autoridades locales. En 2016, la idea fue presentada al alcalde Jaime Bertin, quien, según Angulo, mostró apoyo y la consideró un proyecto emblemático para la ciudad. Si bien la iniciativa se "diluyó" en el tiempo, fue retomada con fuerza a principios de 2025, en una nueva reunión con el jefe comunal, quien "nos ha dado el sí dos veces", confirmando su respaldo a la visión.
Actualmente, el equipo impulsor se enfoca en aspectos técnicos cruciales. El cálculo estructural de una obra de esta magnitud y forma es complejo y requiere de especialistas de fuera de la región; ya se han recibido dos ofertas para realizar dicho estudio. Paralelamente, se trabaja en la actualización completa de la imagen y los detalles técnicos del proyecto, incorporando las nuevas tecnologías y materialidades.
Un factor clave para la viabilidad del emplazamiento es la necesidad de habilitar el espacio dentro del cruce vial. Angulo menciona que se está trabajando en la renovación de la concesión de la Ruta 5 y la revisión del Plano Regulador Comunal para asegurar que los terrenos circundantes al trébol de acceso queden "aptos para edificar", lo que permitiría la instalación del arco.
La reciente visibilidad pública del proyecto se gestó a partir de una conversación entre Angulo, Brian Miller, Ricardo Alt y el periodista Carlos Basso, quien posteriormente publicó una nota sobre la iniciativa en el medio digital El Mostrador, generando interés y debate local.
Más allá del arco, Angulo también menciona una visión a largo plazo para Osorno que incluye la posibilidad de un sistema de transporte elevado (monorriel o Maglev) que estructure la ciudad a lo largo de su eje central (República-Mackenna-Buschmann), conectando puntos clave como el aeropuerto y zonas pobladas como Rahue Bajo y Ovejería, y que hipotéticamente, podría pasar en línea recta cruzando por el eje de la Ruta 215, cerca del futuro emplazamiento del arco. Sin embargo, el enfoque inmediato y concreto es la realización del arco como un premio tangible y un reconocimiento a la identidad productiva de Osorno.
El proyecto del "Arco de Osorno" se presenta así como una iniciativa de largo aliento, que busca capitalizar la posición geográfica y la historia de éxito de la ciudad para materializar un símbolo que trascienda la escala urbana y marque la presencia de Osorno a nivel nacional e incluso internacional. El futuro de esta monumental "O" dependerá de la concreción de los estudios técnicos, la materialización de los permisos regulatorios y el sostenimiento del apoyo político y ciudadano en los próximos años.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó