El quiebre del vínculo paterno-filial: ¿Por qué hijos no aman a sus padres?

El quiebre del vínculo paterno-filial: ¿Por qué hijos no aman a sus padres?
En una reveladora entrevista el destacado psicólogo Franco Lotito abordó un tema de gran sensibilidad y relevancia social: la compleja dinámica del vínculo emocional entre padres e hijos y las razones por las cuales este lazo, a menudo idealizado como natural e inquebrantable, puede no formarse o, en su defecto, romperse. La conversación desmitificó la creencia de un amor filial automático, enfatizando la responsabilidad de los adultos en la construcción y mantenimiento de esta fundamental relación.

El Dr. Franco Lotito, con su vasta experiencia, ofreció una mirada profunda a las heridas, carencias e historias familiares que subyacen a estas realidades, desmontando la noción de “hijos desnaturalizados” como una etiqueta simplista y a menudo errónea.

El mito del vínculo inquebrantable y la responsabilidad parental 


La entrevista comenzó cuestionando la suposición de que el afecto y el amor recíproco entre padres e hijos es una verdad incuestionable. El Dr. Lotito afirmó categóricamente que no siempre responde a la realidad de los hechos observados en la vida real. “Uno sabe que efectivamente el vínculo, supuestamente, debería ser en forma natural, espontánea, pero eso requiere efectivamente que ambas partes, y en este caso obviamente los adultos, pongan de su parte”, explicó Lotito. Cuando esta participación adulta falla, es cuando el vínculo se quiebra.

El psicólogo enfatizó que la formación de este lazo depende en gran medida de los padres, quienes son los que deben proveer cariño, afecto, interés y respeto al hijo desde sus primeros momentos. La ausencia de estos elementos puede llevar a trastornos severos en el desarrollo emocional del menor.

Depresión postparto y el inicio del desapego


Un factor crucial en la formación del vínculo es la conexión inicial, especialmente con la madre. El Dr. Lotito mencionó casos dramáticos de madres que, debido a trastornos como la depresión postparto, rechazan a sus hijos, llegando incluso a intentar agredirlos. Subrayó que la madre es la figura principal en la generación del apego, que se forma a través del contacto físico y las muestras de amor maternal desde el nacimiento.

La discusión se enriqueció con el testimonio de Mónica Pedrero, quien compartió su experiencia de “baby blues” posparto, un período de llanto incontrolable y angustia que muchas madres primerizas experimentan debido a los cambios hormonales y el impacto emocional de la maternidad. Lotito agradeció este testimonio, destacando su utilidad para otras mujeres que puedan pasar por situaciones similares, y recalcó la importancia de no minimizar la depresión postparto, un trastorno que requiere atención y respeto profesional.

El psicólogo detalló que la depresión postparto es multifactorial, pudiendo ser de origen hormonal, un trastorno preexistente o incluso conflictos en la relación de pareja. Asimismo, advirtió sobre la peligrosa práctica de buscar tener un hijo para solucionar problemas matrimoniales, una decisión que, según él, empeora la situación para todos los involucrados, especialmente para el recién nacido.

El efecto espejo y el abandono emocional


Más allá de los trastornos postparto, el Dr. Lotito señaló que muchos padres son emocionalmente fríos y distantes, lo que genera un “efecto espejo” en los hijos. Esta teoría, basada en el descubrimiento de las neuronas espejo por el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, explica cómo los niños replican las conductas que observan en sus progenitores. Si un padre es distante y desinteresado, el hijo tiende a adoptar el mismo patrón de comportamiento, construyendo un muro emocional.

Esta frialdad parental se traduce a menudo en una relación “práctico-funcional”, donde los padres se limitan a proveer sustento económico sin ofrecer afecto ni conexión emocional, lo que es interpretado por los hijos como una prohibición de cruzar esa línea afectiva. El psicólogo enfatizó que el abandono y los malos tratos, ya sean físicos o emocionales, son causas evidentes del desapego filial.

Dentro de las diversas formas de abandono, Lotito identificó el abandono por desinterés, donde los padres, aunque cohabiten con sus hijos, no se involucran en su crianza ni en sus logros. También mencionó la delegación de la crianza a terceros, como nanas, lo que puede generar un vínculo más fuerte con el cuidador que con la propia madre. La falla sistemática de los padres en momentos cruciales de la vida de los hijos instala en ellos un sentimiento de desconfianza y distancia, que conduce al desamor.

El rol del padre y la “Ley Papito Corazón”


El Dr. Lotito también abordó la figura paterna, reconociendo la diversidad de roles que pueden asumir los padres, desde aquellos que se involucran desde el inicio del embarazo hasta los que desarrollan el amor paternal una vez que el hijo ha nacido. Sin embargo, también se refirió a la problemática de los padres ausentes, haciendo alusión a la “Ley Papito Corazón” en Chile, que obliga legalmente a los padres a cumplir con sus responsabilidades económicas. Esta ley, según Lotito, es un reflejo de la gran cantidad de padres que no se preocupan ni financiera ni emocionalmente por sus hijos. Lamentó que, de no existir este tipo de regulaciones, la cantidad de niños abandonados sería aún mayor.

Asimismo, destacó que en algunos casos el padre puede llegar a ser una figura tan o más importante que la madre, e incluso generar síndromes como el “complejo de Electra”, donde la hija se enamora del padre como figura principal.

Recomponer el vínculo: Un camino complejo y con apoyo profesional


Finalmente, el psicólogo abordó la posibilidad de recomponer estos vínculos familiares dañados. Lotito fue enfático en señalar que este proceso es extremadamente complejo y requiere de la intervención de un experto. Comparó la dificultad con la resolución de conflictos de pareja, añadiendo que la presencia de hijos eleva exponencialmente la complejidad.

Aunque es posible recomponer la relación en muchos casos, no funciona en todos. En situaciones extremas, en lugar de amor, puede surgir un odio profundo y un rechazo total, especialmente cuando ha habido abusos, abandonos o incluso abuso sexual.

Para aquellos hijos que sienten culpa por no amar a sus padres, el Dr. Lotito aconsejó no culparse por situaciones que no son su responsabilidad, como la separación o divorcio de sus padres. Recomendó buscar apoyo en personas de confianza y practicar la “catarsis” a través del diálogo y el análisis para sanar heridas.

Para los padres que se sienten mal porque sus hijos no los quieren, Lotito sugirió que si realmente desean recuperar el afecto, deben dar el primer paso y buscar todas las alternativas posibles, incluso si enfrentan rechazo inicial.

Finalmente, el Dr. Lotito se refirió a los casos donde los hijos maltratan o abusan de sus padres, especialmente de adultos mayores. En estos casos, donde no cumplen con los deberes “naturales”, se les considera “hijos desnaturalizados” y, lamentablemente, a menudo es necesaria la intervención de familiares y de la ley para proteger a los padres. Instó a la reflexión sobre estos casos, que calificó de “abrumadores”.

El Dr. Franco Lotito concluyó la entrevista con una reflexión positiva, enfatizando que, si bien los conflictos existen, con voluntad, interés, respeto y disciplina, es posible superar estas situaciones y lograr cosas extraordinarias en las relaciones familiares. 




Fuente información: Rocío Gambra
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