Dirigenta vecinal de Osorno cuestiona nuevo plan de transporte
La presidenta de la Junta de Vecinos de Santísima Trinidad, Andrea de la Barra Garay, manifestó su profunda inquietud ante el nuevo plan de transporte público para Osorno. La dirigenta critica la eventual disminución de máquinas, la falta de información y participación ciudadana en el proceso, y los cambios de recorridos que, asegura, afectarán directamente la calidad de vida de adultos mayores y estudiantes de su sector.
Una seria advertencia sobre las posibles consecuencias negativas del nuevo plan de transporte público para Osorno fue planteada por Andrea de la Barra Garay, presidenta de la Junta de Vecinos de Santísima Trinidad. En representación de su comunidad, la dirigenta expresó su preocupación por una serie de deficiencias que, a su juicio, perjudicarán a los usuarios, especialmente a los más vulnerables.
El principal temor radica en la contemplada disminución de microbuses. Según de la Barra, esta medida podría traducirse en recorridos más lentos y un servicio general más deficiente. "Me preocupa que contemplen menos microbuses, porque esto hará que el recorrido sea más lento", señaló, agregando que aunque el sistema actual tiene falencias, "salva" a los usuarios. Teme que al retirar buses, "los perjudicados vamos a ser los vecinos, especialmente adultos mayores y estudiantes".
Otro punto crítico expuesto por la líder vecinal es la falta de participación ciudadana en el diseño e implementación del plan. De la Barra acusa una carencia de reuniones informativas adecuadas, indicando que la única instancia en la que participó data del año 2022. "Lo que se planteó en esa reunión es casi lo mismo que se está planteando ahora", afirmó, subrayando que no ha existido convocatoria a encuentros más recientes. En este sentido, enfatizó la necesidad de que la gente "se empodere de los conocimientos" para poder tomar decisiones informadas o votar sobre las propuestas.
Específicamente sobre los cambios de trazado, la presidenta vecinal detalló que, según la información que maneja, el nuevo recorrido pasaría por la intersección de las calles La Misión con Chauracahuin. Esto implicaría un desplazamiento de "4 a 5 cuadras" desde el punto donde actualmente se detiene la línea 1B, una distancia -que según su parecer-, afectaría de manera particular a los adultos mayores de su sector.
Finalmente, Andrea de la Barra Garay mostró su escepticismo frente a las promesas de modernización del servicio, como la inclusión de wifi o asientos reclinables en las nuevas máquinas. Argumentó que la prioridad de los usuarios es la funcionalidad: "que funcione bien, que cumpla los horarios y que haga los recorridos que tiene que hacer". Para la dirigenta, la teoría del plan puede parecer adecuada, pero la "práctica" en las calles de Osorno es lo fundamental, las cuales, en su opinión, no están preparadas para los buses propuestos. Asimismo, desestimó la comparación con el sistema implementado en Antofagasta, debido a las evidentes diferencias climáticas y geográficas de Osorno, una ciudad "lluviosa, helada y con muchas cuestas".
Fuente información: Álvaro Torres Riobó
Una seria advertencia sobre las posibles consecuencias negativas del nuevo plan de transporte público para Osorno fue planteada por Andrea de la Barra Garay, presidenta de la Junta de Vecinos de Santísima Trinidad. En representación de su comunidad, la dirigenta expresó su preocupación por una serie de deficiencias que, a su juicio, perjudicarán a los usuarios, especialmente a los más vulnerables.
El principal temor radica en la contemplada disminución de microbuses. Según de la Barra, esta medida podría traducirse en recorridos más lentos y un servicio general más deficiente. "Me preocupa que contemplen menos microbuses, porque esto hará que el recorrido sea más lento", señaló, agregando que aunque el sistema actual tiene falencias, "salva" a los usuarios. Teme que al retirar buses, "los perjudicados vamos a ser los vecinos, especialmente adultos mayores y estudiantes".
Otro punto crítico expuesto por la líder vecinal es la falta de participación ciudadana en el diseño e implementación del plan. De la Barra acusa una carencia de reuniones informativas adecuadas, indicando que la única instancia en la que participó data del año 2022. "Lo que se planteó en esa reunión es casi lo mismo que se está planteando ahora", afirmó, subrayando que no ha existido convocatoria a encuentros más recientes. En este sentido, enfatizó la necesidad de que la gente "se empodere de los conocimientos" para poder tomar decisiones informadas o votar sobre las propuestas.
Específicamente sobre los cambios de trazado, la presidenta vecinal detalló que, según la información que maneja, el nuevo recorrido pasaría por la intersección de las calles La Misión con Chauracahuin. Esto implicaría un desplazamiento de "4 a 5 cuadras" desde el punto donde actualmente se detiene la línea 1B, una distancia -que según su parecer-, afectaría de manera particular a los adultos mayores de su sector.
Finalmente, Andrea de la Barra Garay mostró su escepticismo frente a las promesas de modernización del servicio, como la inclusión de wifi o asientos reclinables en las nuevas máquinas. Argumentó que la prioridad de los usuarios es la funcionalidad: "que funcione bien, que cumpla los horarios y que haga los recorridos que tiene que hacer". Para la dirigenta, la teoría del plan puede parecer adecuada, pero la "práctica" en las calles de Osorno es lo fundamental, las cuales, en su opinión, no están preparadas para los buses propuestos. Asimismo, desestimó la comparación con el sistema implementado en Antofagasta, debido a las evidentes diferencias climáticas y geográficas de Osorno, una ciudad "lluviosa, helada y con muchas cuestas".
Fuente información: Álvaro Torres Riobó