Emprendidas Temporada 5 Capítulo 8: ¿Cuándo pedir plata?
En el más reciente capítulo de su podcast, las conductoras de "Emprendidas", Alejandra Ganter, Rocío Gambra y María Pía Bravo, analizaron las decisiones financieras críticas para un negocio. Las expertas recalcaron que antes de solicitar un crédito bancario para cubrir deudas operativas, es fundamental agotar vías como la negociación con proveedores y un análisis riguroso de las finanzas internas, reservando el endeudamiento como una herramienta estratégica para la inversión y el crecimiento.
En un entorno económico donde el acceso a capital es una de las decisiones más determinantes para la supervivencia y expansión de un emprendimiento, el podcast "Emprendidas" dedicó su octavo capítulo a una pregunta fundamental: ¿es realmente necesario pedir financiamiento o existen caminos alternativos antes de contraer una deuda?
Desde su locación en Lophosoria, las especialistas María Pía Bravo, Alejandra Ganter y Rocío Gambra desglosaron los escenarios y las herramientas financieras disponibles, ofreciendo una guía clara para los dueños de negocios. La primera y más enfática advertencia provino de María Pía Bravo, quien fue categórica al señalar el error más común: "nunca nunca nunca nunca salgas a pedir un crédito para pagar a proveedores de cosas que ya usaste, que ya vendiste, porque en el fondo eso es solamente echar a andar la bicicleta".
Según Bravo, cuando un negocio se encuentra con "el agua hasta el cogote", el primer paso no es ir al banco, sino realizar un diagnóstico interno para entender la causa del déficit, que puede deberse a desorden financiero o malos hábitos de gestión. Antes de buscar capital externo, la experta recomendó una serie de acciones previas. La primera es negociar con los proveedores, una alternativa que, según su experiencia, muchos emprendedores no consideran. "Así como muchas veces negocian con ellos los clientes, ellos no ven que ellos también pueden negociar con los proveedores", afirmó.
A esto se suma la necesidad de sincerar los números: determinar cuánto se debe, cuánto de lo adeudado por clientes es realmente cobrable y priorizar los pagos según su urgencia y la importancia estratégica del proveedor. En este punto, Bravo introdujo un principio de responsabilidad ineludible para el dueño del negocio: "cuando tú llegas a ese hoyo financiero, lo primero que tú tienes que cortar es tu propio sueldo. Tú no puedes financiar tu sueldo a costa de tus proveedores".
Por otro lado, el episodio distinguió claramente cuándo el financiamiento es una decisión acertada y saludable. La recomendación es unánime: se debe pedir capital para financiar el crecimiento. Esto incluye proyectos de expansión a nuevos mercados, la compra de maquinaria para desarrollar productos complementarios o la inversión para escalar la operación.
Sin embargo, incluso en estos casos de "deuda buena", se advirtió sobre un error de cálculo frecuente: olvidar el capital de trabajo. Las expertas subrayaron que un nuevo proyecto no genera ganancias desde el primer mes, por lo que el financiamiento solicitado debe contemplar los fondos necesarios para cubrir los costos fijos iniciales hasta que la inversión comience a rendir frutos.
Finalmente, se exploraron distintas herramientas financieras, comparando el crédito bancario con la incorporación de un socio. Se concluyó que un crédito, si bien genera temor, es "más barato" que ceder participación en el negocio, ya que un socio tomará un porcentaje de las utilidades a perpetuidad. También se mencionaron alternativas como el factoring —útil si la empresa está sana—, el crowdfunding y la banca ética para proyectos con impacto social o ambiental.
Fuente información: Rocío Gambra
En un entorno económico donde el acceso a capital es una de las decisiones más determinantes para la supervivencia y expansión de un emprendimiento, el podcast "Emprendidas" dedicó su octavo capítulo a una pregunta fundamental: ¿es realmente necesario pedir financiamiento o existen caminos alternativos antes de contraer una deuda?
Desde su locación en Lophosoria, las especialistas María Pía Bravo, Alejandra Ganter y Rocío Gambra desglosaron los escenarios y las herramientas financieras disponibles, ofreciendo una guía clara para los dueños de negocios. La primera y más enfática advertencia provino de María Pía Bravo, quien fue categórica al señalar el error más común: "nunca nunca nunca nunca salgas a pedir un crédito para pagar a proveedores de cosas que ya usaste, que ya vendiste, porque en el fondo eso es solamente echar a andar la bicicleta".
Según Bravo, cuando un negocio se encuentra con "el agua hasta el cogote", el primer paso no es ir al banco, sino realizar un diagnóstico interno para entender la causa del déficit, que puede deberse a desorden financiero o malos hábitos de gestión. Antes de buscar capital externo, la experta recomendó una serie de acciones previas. La primera es negociar con los proveedores, una alternativa que, según su experiencia, muchos emprendedores no consideran. "Así como muchas veces negocian con ellos los clientes, ellos no ven que ellos también pueden negociar con los proveedores", afirmó.
A esto se suma la necesidad de sincerar los números: determinar cuánto se debe, cuánto de lo adeudado por clientes es realmente cobrable y priorizar los pagos según su urgencia y la importancia estratégica del proveedor. En este punto, Bravo introdujo un principio de responsabilidad ineludible para el dueño del negocio: "cuando tú llegas a ese hoyo financiero, lo primero que tú tienes que cortar es tu propio sueldo. Tú no puedes financiar tu sueldo a costa de tus proveedores".
Por otro lado, el episodio distinguió claramente cuándo el financiamiento es una decisión acertada y saludable. La recomendación es unánime: se debe pedir capital para financiar el crecimiento. Esto incluye proyectos de expansión a nuevos mercados, la compra de maquinaria para desarrollar productos complementarios o la inversión para escalar la operación.
Sin embargo, incluso en estos casos de "deuda buena", se advirtió sobre un error de cálculo frecuente: olvidar el capital de trabajo. Las expertas subrayaron que un nuevo proyecto no genera ganancias desde el primer mes, por lo que el financiamiento solicitado debe contemplar los fondos necesarios para cubrir los costos fijos iniciales hasta que la inversión comience a rendir frutos.
Finalmente, se exploraron distintas herramientas financieras, comparando el crédito bancario con la incorporación de un socio. Se concluyó que un crédito, si bien genera temor, es "más barato" que ceder participación en el negocio, ya que un socio tomará un porcentaje de las utilidades a perpetuidad. También se mencionaron alternativas como el factoring —útil si la empresa está sana—, el crowdfunding y la banca ética para proyectos con impacto social o ambiental.
Fuente información: Rocío Gambra