Díscolos existen en todas partes

Por: Hugo Pérez White.


En el diccionario de la RAE aparecen varios sinónimos para la palabra “díscolo” concepto usado constantemente en el ambiente político para referirse despectivamente a aquellos parlamentarios que se han retirado de sus partidos políticos al darse cuenta que los planteamientos por ellos sustentados no fueron acogidos por sus dirigentes máximos, no fueron considerados para asistir a reuniones y tampoco se les otorgó el derecho a discrepar, siendo catalogados como opositores y fueron considerados un obstáculo para la unidad política de sus partidos.

Ante la disyuntiva de ser dóciles u obedientes a las órdenes de las directivas partidarias o emprender vuelo con ideas propias, optan por el camino lógico y correcto de la emancipación ideológica, formando otros referentes a los cuales se integran muchos adherentes lo que les permite tener presencia escénica en el medio nacional y credibilidad en la sustentación de sus propuestas.

La actitud discrepante se está popularizando rápidamente y pronto aparecieron los díscolos en algunos clubes deportivos del balompié profesional los cuales a pesar de ser agrupaciones de personas unidas por intereses económicos y deportivos han demostrado tener poder de convocatoria y éxito en sus objetivos.

Analizando con calma la certeza de esta denominación para quienes no acatan disposiciones de ninguna especie porque suponen que alteran su escala de valores, nos damos cuenta que en las familias también existen hijos díscolos cuyos padres hacen esfuerzos desesperados por mantenerlos dentro de la disciplina del hogar y no logran retenerlos junto a los suyos y se van de sus casas a buscar sus propios destinos, con la incertidumbre que su actitud desafiante significará en la toma de decisiones y el dolor de sus padres al verlos partir.

Para hacer más claridad lingüística en el uso de la palabra díscolo, ella es sinónimo de desobediente, indócil, indisciplinado, rebelde, reacio, avieso, perturbador y revoltoso cuyos usos son todos aceptables y correctos y cada uno le dará la intensidad al contenido, según los puntos de vista con que se analicen en un contexto dado y en el fondo encasillan a las personas según las características que el afectado posea, producto de su genes y a su propia personalidad.

Ser díscolo dicho en forma despectiva, incita a la ciudadanía a apartarse de ellos por ser considerados un mal contagioso y son vistos como traidores a los principios de sus conglomerados ideológicos y ellos sutilmente están ofreciendo a sus seguidores, una nueva alternativa de expresión y han abierto una puerta para que entre aire fresco y renovador a nuestra alicaída sociedad.



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