“Servicio público y solidaridad”

Pto. Montt. Por: General Luis Humberto Valdés Bunting.
A poco más de un mes de la catástrofe que impactó a todo el país, los chilenos trabajamos día a día con el fin de volver a la normalidad. Es un proceso lento, que exige el máximo de nuestros esfuerzos y energías, donde todos nos debemos sumar postergando intereses personales, por legítimos que sean, privilegiando el bien común. Ello se traduce en entregar nuestro trabajo sin preguntar a quién beneficiamos, sin distinguir ni discriminar por raza, condición social, religión, ideología política o inclinación sexual.
Así como la propia tierra en más de tres minutos de intenso actuar, no discriminó a nadie al momento de liberar con potencia su energía, debemos derrochar con la misma fuerza, intensidad y magnitud nuestras capacidades, entregando con espíritu solidario nuestro trabajo a cada uno de los compatriotas; en especial y en forma prioritaria, a quienes más lo necesitan. Ese es el espíritu que debe primar en cada uno de quienes trabajamos en el servicio público: “servir con intensidad, con energía y sin desfallecer”, desde que iniciamos nuestra carrera profesional hasta el día en que somos llamados al justo y buen retiro.
Quienes somos servidores públicos debemos renovar nuestro compromiso de servicio, el cual se transforma en una entrega diaria que, en las circunstancias actuales, nos llama a ser solidarios con quienes se vieron afectados directamente con esta enorme catástrofe natural. La solidaridad no sólo se expresa en nuestros sentimientos de adhesión, o a través de la ayuda material que la región reunió y sigue reuniendo para los damnificados; la solidaridad es asumida también por los carabineros, mediante la postergación de determinados proyectos destinados a la renovación de cuarteles en la zona, que si bien impactarán en las condiciones en que el personal desarrollará sus funciones, éstas no tienen comparación con las circunstancias en que laboran los funcionarios de Carabineros, la PDI, Bomberos y todos los servidores públicos en las regiones afectadas, donde los daños en infraestructura ascienden a miles de millones de pesos.
El servicio no se ha dejado de cumplir ni un solo día; ahí está la esencia de un Carabinero, de un servidor público: la solidaridad, el compromiso y la entrega.
A poco más de un mes de la catástrofe que impactó a todo el país, los chilenos trabajamos día a día con el fin de volver a la normalidad. Es un proceso lento, que exige el máximo de nuestros esfuerzos y energías, donde todos nos debemos sumar postergando intereses personales, por legítimos que sean, privilegiando el bien común. Ello se traduce en entregar nuestro trabajo sin preguntar a quién beneficiamos, sin distinguir ni discriminar por raza, condición social, religión, ideología política o inclinación sexual.
Así como la propia tierra en más de tres minutos de intenso actuar, no discriminó a nadie al momento de liberar con potencia su energía, debemos derrochar con la misma fuerza, intensidad y magnitud nuestras capacidades, entregando con espíritu solidario nuestro trabajo a cada uno de los compatriotas; en especial y en forma prioritaria, a quienes más lo necesitan. Ese es el espíritu que debe primar en cada uno de quienes trabajamos en el servicio público: “servir con intensidad, con energía y sin desfallecer”, desde que iniciamos nuestra carrera profesional hasta el día en que somos llamados al justo y buen retiro.
Quienes somos servidores públicos debemos renovar nuestro compromiso de servicio, el cual se transforma en una entrega diaria que, en las circunstancias actuales, nos llama a ser solidarios con quienes se vieron afectados directamente con esta enorme catástrofe natural. La solidaridad no sólo se expresa en nuestros sentimientos de adhesión, o a través de la ayuda material que la región reunió y sigue reuniendo para los damnificados; la solidaridad es asumida también por los carabineros, mediante la postergación de determinados proyectos destinados a la renovación de cuarteles en la zona, que si bien impactarán en las condiciones en que el personal desarrollará sus funciones, éstas no tienen comparación con las circunstancias en que laboran los funcionarios de Carabineros, la PDI, Bomberos y todos los servidores públicos en las regiones afectadas, donde los daños en infraestructura ascienden a miles de millones de pesos.
El servicio no se ha dejado de cumplir ni un solo día; ahí está la esencia de un Carabinero, de un servidor público: la solidaridad, el compromiso y la entrega.