¿Cómo enfrentar los resultados PSU?
Osorno. Por: Loreto Bustos.
Luego de vivir períodos de intenso trabajo y fuerte preparación para rendir la PSU, llega el momento tan esperado: los tan ansiados resultados. Cuando apenas estemos reponiéndonos de las celebraciones de fin año, muchos jóvenes estarán enfrentados a nuevas emociones vinculadas al momento en que se publican estos puntajes, que son de tanta trascendencia para la vida académica futura. Para algunos constituirá un momento de grandes alegrías, en el cual deberán con bastante calma y reflexión, postular a la opción de enseñanza superior que les permita alcanzar las metas propuestas. Si están claros en lo que desean, la decisión es más simple. Es necesario compatibilizar las aptitudes con los intereses, y buscar la casa de estudios que tenga el programa con la malla curricular que responda a lo que se espera de la formación profesional.
Todo ello es posible explorarlo en las páginas de las Instituciones de Enseñanza Superior. Así mismo, es importante considerar los puntajes de corte, para ver si hay posibilidades de ingresar. Cuando aún no tienen claro qué es lo que más les atrae, está la opción de ingresar a un bachillerato o al college, programas que permiten realizar estudios terciarios mientras van aclarando sus preferencias.
Pero existe otro grupo de jóvenes cuyos resultados serán inferiores a los esperados. En ellos, la frustración que los invade es muy grande, suelen estar angustiados, tristes y decepcionados, emociones que son normales en esos momentos. Esto suele vivirse como un intenso fracaso y se tiende a pensar que todas las puertas están cerradas. Sin embargo, para poder salir de este momento difícil, hay que expresar los sentimientos, ya que de ese modo se torna más llevadero.
Luego del shock inicial, hay que darle a los resultados la dimensión que realmente tienen, y verlo como una evaluación, y no como el fracaso de una vida. Es necesario mirar con mayor objetividad y planificar qué hacer a continuación, visualizando lo vivido como una oportunidad de análisis, reflexión y aprendizaje, incluso como una forma de sobreponerse al dolor. Puede buscarse una alternativa académica acorde al puntaje obtenido, en otra institución, o se puede pensar en una actividad diferente: trabajar y juntar dinero durante un año, capacitarse en otro ámbito, preparar nuevamente la prueba, u otra. Es importante darse cuenta que a muchas personas les ha ocurrido lo mismo, y no son personas infelices. Lo importante es sacar un aprendizaje de ello y entender por qué ocurrió.
Sin embargo, esta mirada más positiva no será posible si el entorno que acompaña al joven no le brinda la contención y apoyo necesario y, por el contrario, se dedica a recriminarlo por la falta de logros. En esto, una actitud cauta, respetuosa y apoyadora de parte de la familia y amistades, contribuirá a hacer menos duro este momento, y permitirá que esta experiencia sea efectivamente vivida como una oportunidad de crecimiento.
Luego de vivir períodos de intenso trabajo y fuerte preparación para rendir la PSU, llega el momento tan esperado: los tan ansiados resultados. Cuando apenas estemos reponiéndonos de las celebraciones de fin año, muchos jóvenes estarán enfrentados a nuevas emociones vinculadas al momento en que se publican estos puntajes, que son de tanta trascendencia para la vida académica futura. Para algunos constituirá un momento de grandes alegrías, en el cual deberán con bastante calma y reflexión, postular a la opción de enseñanza superior que les permita alcanzar las metas propuestas. Si están claros en lo que desean, la decisión es más simple. Es necesario compatibilizar las aptitudes con los intereses, y buscar la casa de estudios que tenga el programa con la malla curricular que responda a lo que se espera de la formación profesional.
Todo ello es posible explorarlo en las páginas de las Instituciones de Enseñanza Superior. Así mismo, es importante considerar los puntajes de corte, para ver si hay posibilidades de ingresar. Cuando aún no tienen claro qué es lo que más les atrae, está la opción de ingresar a un bachillerato o al college, programas que permiten realizar estudios terciarios mientras van aclarando sus preferencias.
Pero existe otro grupo de jóvenes cuyos resultados serán inferiores a los esperados. En ellos, la frustración que los invade es muy grande, suelen estar angustiados, tristes y decepcionados, emociones que son normales en esos momentos. Esto suele vivirse como un intenso fracaso y se tiende a pensar que todas las puertas están cerradas. Sin embargo, para poder salir de este momento difícil, hay que expresar los sentimientos, ya que de ese modo se torna más llevadero.
Luego del shock inicial, hay que darle a los resultados la dimensión que realmente tienen, y verlo como una evaluación, y no como el fracaso de una vida. Es necesario mirar con mayor objetividad y planificar qué hacer a continuación, visualizando lo vivido como una oportunidad de análisis, reflexión y aprendizaje, incluso como una forma de sobreponerse al dolor. Puede buscarse una alternativa académica acorde al puntaje obtenido, en otra institución, o se puede pensar en una actividad diferente: trabajar y juntar dinero durante un año, capacitarse en otro ámbito, preparar nuevamente la prueba, u otra. Es importante darse cuenta que a muchas personas les ha ocurrido lo mismo, y no son personas infelices. Lo importante es sacar un aprendizaje de ello y entender por qué ocurrió.
Sin embargo, esta mirada más positiva no será posible si el entorno que acompaña al joven no le brinda la contención y apoyo necesario y, por el contrario, se dedica a recriminarlo por la falta de logros. En esto, una actitud cauta, respetuosa y apoyadora de parte de la familia y amistades, contribuirá a hacer menos duro este momento, y permitirá que esta experiencia sea efectivamente vivida como una oportunidad de crecimiento.