Preparándonos para la compra de leña
Osorno. Carola Iturriaga.
Aunque estamos en pleno verano y muchos recién comienzan sus vacaciones, ya es un hábito para los habitantes de esta zona, destinar tiempo y recursos de la temporada estival para la compra de leña, para sobrellevar el frío y lluvioso invierno. Sin embargo este acto tan rutinario para muchos debe estar regido por algunas consideraciones básicas que nos aseguren estar adquiriendo un producto que satisfaga nuestras necesidades, sobre todo en lo que tiene relación al precio y calidad de la leña. Por eso es relevante mejorar los hábitos al momento de comprar leña, exigir un producto de calidad que provenga de bosques manejados y no comprar a los camiones que circulan por la ciudad, ya que con ese simple acto, estamos incentivando la venta ilegal de leña y la evasión de impuestos.
Para muchos es casi un ritual la compra de varios metros de leña “verde”, “mojada” o “recién hecha”, la que se compra a un menor valor en estos meses, y que luego se repica y se seca aprovechando los meses de buen tiempo, para luego a fines del verano, guardarla, cuando ya tiene bajo contenido de humedad en la leñera, en bodegas o galpones, a la espera de su utilización cuando llegue el frío.
Algo similar es lo que hacen los comerciantes certificados de la región y de Osorno, que por estos días están en las faenas de adquisición y secado de la madera que comercializarán la temporada 2012. La idea de esta planificación es que se logre entregar al consumidor en los meses de otoño-invierno un producto de alta calidad, leña con bajo contenido de humedad (no mayor al 25%), con el fin de lograr una combustión óptima y los menores índices de contaminación al aire de nuestras ciudades. Esta también es la época en que los servicios públicos, comienzan a realizar las licitaciones de la leña que utilizarán en escuelas, oficinas, hospitales, centros de salud, jardines infantiles, y junto a las autoridades regionales se les ha pedido priorizar la compra de leña certificada, con el fin de resguardar el origen de la madera (bosques bien manejados) y la calidad del producto.
En términos simples cada uno de nosotros tiene responsabilidades como consumidor y en el caso de la leña, está el exigir leña del tipo y especie que se nos ofreció, con la humedad señalada, que tenga los papeles de origen de la leña y como en toda compra, exigir boleta o factura, único medio por el cual podremos realizar algún tipo de reclamo, en el caso de no estar conformes con lo que se nos ha vendido.
Aunque estamos en pleno verano y muchos recién comienzan sus vacaciones, ya es un hábito para los habitantes de esta zona, destinar tiempo y recursos de la temporada estival para la compra de leña, para sobrellevar el frío y lluvioso invierno. Sin embargo este acto tan rutinario para muchos debe estar regido por algunas consideraciones básicas que nos aseguren estar adquiriendo un producto que satisfaga nuestras necesidades, sobre todo en lo que tiene relación al precio y calidad de la leña. Por eso es relevante mejorar los hábitos al momento de comprar leña, exigir un producto de calidad que provenga de bosques manejados y no comprar a los camiones que circulan por la ciudad, ya que con ese simple acto, estamos incentivando la venta ilegal de leña y la evasión de impuestos.
Para muchos es casi un ritual la compra de varios metros de leña “verde”, “mojada” o “recién hecha”, la que se compra a un menor valor en estos meses, y que luego se repica y se seca aprovechando los meses de buen tiempo, para luego a fines del verano, guardarla, cuando ya tiene bajo contenido de humedad en la leñera, en bodegas o galpones, a la espera de su utilización cuando llegue el frío.
Algo similar es lo que hacen los comerciantes certificados de la región y de Osorno, que por estos días están en las faenas de adquisición y secado de la madera que comercializarán la temporada 2012. La idea de esta planificación es que se logre entregar al consumidor en los meses de otoño-invierno un producto de alta calidad, leña con bajo contenido de humedad (no mayor al 25%), con el fin de lograr una combustión óptima y los menores índices de contaminación al aire de nuestras ciudades. Esta también es la época en que los servicios públicos, comienzan a realizar las licitaciones de la leña que utilizarán en escuelas, oficinas, hospitales, centros de salud, jardines infantiles, y junto a las autoridades regionales se les ha pedido priorizar la compra de leña certificada, con el fin de resguardar el origen de la madera (bosques bien manejados) y la calidad del producto.
En términos simples cada uno de nosotros tiene responsabilidades como consumidor y en el caso de la leña, está el exigir leña del tipo y especie que se nos ofreció, con la humedad señalada, que tenga los papeles de origen de la leña y como en toda compra, exigir boleta o factura, único medio por el cual podremos realizar algún tipo de reclamo, en el caso de no estar conformes con lo que se nos ha vendido.